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Ricardo Hausmann: Chile sorprende por sus pocas empresas globalmente competitivas
En conversación con ESTRATEGIA, el Director del Centro Internacional de Desarrollo de la Universidad de Harvard, dijo que nuestro país “saca 7 en muchas asignaturas”, pero el día en que se acabe el boom del cobre no existirá motor económico.
—De forma equilibrada, ¿cómo evalúa el modelo socioeconómico chileno?
—Chile saca 7 en muchas asignaturas, pero hay una en la que saca 3 o 4, y no se ha notado más porque ha tenido la suerte de tener las reservas de cobre, aunque traer inversión extranjera ha sido una estrategia relativamente costosa para el país, porque paga el 7,5% del PIB en renta de capital extranjero. Ha tenido la suerte de haber heredado un conjunto de ideas productivas como el salmón, el vino, las frutas, que son de vieja data. Las únicas cosas nuevas que ha desarrollado han sido las AFP y Falabella, junto a Cencosud. El país tiene sorprendentemente pocas empresas globalmente competitivas, y eso muestra una falta de diversificación que le debiera preocupar. Porque a los autocomplacientes les encanta compararse con los desastres de algunos países de América Latina, pero la estrategia que Chile sigue no se parece en nada a la de Singapur, Corea, Israel, Turquía u otros.
—¿Cuál es el riesgo de mantener dicha senda?
—El día en que el cobre pierda dinamismo, o caigan los precios, Chile se va a encontrar sin motor de desarrollo, por que qué van a hacer ¿más salmón?, ¿más frutas?, las cifras de exportación de Chile son sorprendentemente poco diversificadas. Son menores que todos los países con su nivel de ingresos. Las exportaciones de servicio también son mínimas.
—¿Por dónde pasarían las soluciones?
—Chile tiene que tomar la diversificación se su aparato productivo como un objetivo y resolver problemas prácticos dejando la idea de que si ayudan a un sector en particular, están haciendo política industrial y esas cosas no se hacen. Chile tiene de hecho, esa actitud frente al sector financiero, ahí resuelve los problemas prácticos, pero no tiene una actitud similar en otras actividades, y las hace innecesariamente de una manera demasiado transversal. Entonces les gusta el programa tipo Start up Chile, donde no tiene que escoger ninguna industria en particular, pero así nunca van a tener una industria farmacéutica, de química avanzada, etc.
—¿Cuál es el límite de esta diversificación, cuando evidentemente puede haber desventajas competitivas?
—Eso es totalmente falso, la diversificación puede extenderse muchísimo. Holanda es un país que tiene la misma población que Chile, y exporta el 92% de los ítems arancelarios, eso es puro cuento.
—¿Por qué entonces existe tanta resistencia a su planteamiento?
—Porque requiere de un rol del Estado que no están dispuestos a asumir. Hay una ideología mirando hacia los errores de la Unidad Popular y de la sustitución de importaciones, y no hacia los países con los ingresos hacia los que Chile aspira. No se trata de poner aranceles, de dar subsidios, sino de acumular conocimiento productivo en la sociedad y articular políticas de investigación, de desarrollo. Chile no tiene, como Israel en el ministerio de Economía, una persona encargada de entender dónde están las oportunidades científicas que puedan apoyar al desarrollo.
—¿No debiese apuntarse más a la educación?
—En Chile ha aumentado enormemente la matrícula universitaria. Es un gran logro, entiendo que los costos en que incurren las familias para ello han sido elevados, entiendo el debate, pero el sistema universitario co evoluciona con el aparato productivo. El número de ingenieros que se gradúa en Chile tiene que ver con su aparato productivo. La ausencia de esa estrategia se refleja también en el sector universitario
—¿Cómo discriminar los sectores que reciben apoyo Estatal?
—No se trata de que el Gobierno escoja sectores, sino que defina concursos, llamando al sector privado, las universidades, a organizarse y el que logre una propuesta de desarrollo que tenga potencial exportador, es decir, que la disciplina de mercado venga de la exportación, derive en la promoción del Estado de investigación básica, tratamiento laboral, de infraestructura. Que no sea el Gobierno el que tenga la varita mágica, sino que convoque al mercado, que abra la ventanilla.
—Álvaro Vargas Llosa señaló que el principal riesgo para Chile es la alta concentración en mercados clave, ¿cómo ve esto?
—Ese es uno de los problemas. Hay muy pocos países que pasaron de ser ingresos medios a altos, en todos ellos la forma de hacerlo fue crear empresas realmente competitivas, porque si no las compañías que crecen se instalan en el mercado interno y como es chico, los que tienen escala eficiente monopolizan mucho. La única forma es poner empresas competitivas que estén peleando internacionalmente.
—Cambiando de tema, ¿cómo ve a la economía global, de cara a 2013?
—Soy relativamente optimista. Veo crecimiento en países de ingresos medios como China, India, algunos africanos y en algunos de América Latina, todos representando más PIB mundial que antes. En segundo lugar, la economía norteamericana ya ha girado, el asunto del fiscal Cliff es una distracción de corto plazo. Europa va a seguir inestable, pero acompañada de una profundización de la integración. Entonces de cierto modo estamos viendo el nacimiento de una nueva Europa, y en ese proceso se genera volatilidad. Le quedan uno o dos años más de recesión y crecimiento lento, pero luego tendremos uno más alto a largo plazo para la economía mundial, de modo que creo que 2013 y 2014 van a ser años de avances cercanos al 4% a nivel planetario.