El sueño americano ya no es el gran imán que atrae a los emigrantes latinoamericanos. O por lo menos no el único. Las cifras más recientes sobre flujos migratorios en la región indican que aunque Estados Unidos y Canadá siguen siendo los países del continente con mayor población extranjera, comienza a tomar auge la migración interregional, es decir, entre vecinos.
Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), en la última década 700.000 sudamericanos emigraron a un país vecino para buscar mejores oportunidades. De ese total, la gran mayoría -unos 500.000- eligieron Argentina y el resto se instalaron principalmente en Brasil, Chile y Uruguay, en ese orden.
"Esta tendencia se da por un conjunto de factores; por un lado, hay mayores oportunidades en Suramérica y por el otro, es un momento difícil para conseguir trabajo en Europa y EE. UU.", explica el director regional de la OIM para América del Sur, el uruguayo Juan Artola.
Este fenómeno se evidencia claramente en México, un país con una larga tradición de emigración hacia el vecino del norte. Según Tonatiuh Guillén López, director del Colegio de la Frontera Norte (Colef) -institución de investigación científica y docencia especializada en el fenómeno migratorio-, los flujos de emigrantes desde México hacia EE. UU. han caído por la contracción de la economía en ese país, que ha afectado las industrias de la construcción, los servicios y la agricultura (las que más emplean mexicanos) y porque cada vez es más difícil cruzar la frontera, debido al endurecimiento de los controles.
Mientras en el 2006 la tasa de mexicanos que emigraban era de 144 por cada 10.000 habitantes, en el 2011 la cifra pasó a 39,4 -el nivel histórico más bajo- según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística de México (Inegi). Aún así, en el 2011, alrededor de 350.000 mexicanos emigraron a EE. UU., según datos del Colef. Los más apetecidos De los países de la región que han emergido como receptores de emigrantes latinoamericanos, Argentina se ha convertido en el destino más atractivo. Entre el 2004 y el 2012, la cifra de extranjeros que solicitaron permiso de residencia en ese país superó los 1,5 millones, según datos de la Dirección General de Migraciones. Esta ola llega principalmente de los vecinos del norte: Paraguay y Bolivia. Mientras que en el 2004 las autoridades argentinas otorgaron unos 5.000 permisos de residencia a paraguayos, apenas dos años después la cifra subió a casi 180.000. En el caso de los bolivianos, el número pasó de 10.000 a más de 86.000 en el mismo periodo.
En Chile -otro de los destinos más apetecidos de la región- el número de extranjeros se ha duplicado en los últimos 10 años. Mientras que en el 2002 los inmigrantes registrados eran alrededor de 184.000 (un 66 por ciento de ellos procedente de países suramericanos) la cifra actualmente llega los 370.000. La colonia peruana en el país austral es la más importante, con 138.535 registrados; seguida por la argentina, con 61.783, y la boliviana, con 25.143. Sin embargo, llama la atención el crecimiento exponencial de la colonia colombiana, que ha aumentado un 252 por ciento en la última década y hoy está conformada por unas 14.000 personas.
Si bien durante la segunda parte del siglo XX Uruguay fue un país emisor de emigrantes, debido a la dictadura y a la complicada situación política y económica, actualmente es otro de los grandes receptores. En el periodo del 2000 al 2011, el pequeño del Cono Sur recibió 25.000 extranjeros, la mayoría argentinos, brasileños y españoles.
Pero mientras algunos países de la región empiezan a erigirse como destinos atractivos, otros que tenían una larga tradición de acogida de inmigrantes, como Venezuela, viven el fenómeno contrario. El país bolivariano viene experimentado un éxodo que en el 2012 alcanzó su cota más alta, y muchos de los ciudadanos que están abandonando el país miran hacia sus vecinos. La Oficina de Migración de Colombia, por ejemplo, registró el año pasado la entrada de 181.674 venezolanos que llegaron para residir en el país de manera permanente. Un negocio para mafias Pero los nuevos movimientos migratorios comienzan a generar también alerta en los organismos de seguridad de varios países de la región, que han detectado mafias al estilo de las que vienen operando desde hace décadas en Centroamérica.
Según datos de la Policía de Ecuador, se han detectado verdaderas organizaciones de 'coyoteros' (traficantes de seres humanos) que actúan en el austro ecuatoriano (provincias de Cañar y Azuay). Su mecanismo para enganchar a posibles víctimas es publicar anuncios en los medios de comunicación ofreciendo viajes -con visa incluida- a países como EE. UU.
Por lo que respecta a Colombia, 2012 fue el segundo año con más casos de extranjeros víctimas de trata de personas detectados, después del 2010. Las estadísticas de Migración Colombia señalan que en diferentes puntos del país, especialmente en Nariño y Antioquia (la ruta marítima hacia Centroamérica) fueron descubiertos 700 extranjeros que tenían como destino final EE. UU.
La mayoría de ellos, 333, eran cubanos. Los chinos (125) fueron el segundo grupo más numeroso. Pero también había nepalíes (44) y emigrantes de otros países africanos como Somalia o Eritrea. En el país hay alerta porque el número de casos descubiertos aumentó en 69 por ciento con respecto al 2011, cuando en los diferentes puestos de control en las fronteras y carreteras fueron descubiertas 414 víctimas de la trata de personas. La inmigración china Sergio Bueno, director de Migración Colombia, señaló que se han incrementado las acciones de control en las rutas usadas para el tráfico y, además, con la Policía se han firmado convenios para fortalecer la investigación criminal, con el fin de desvertebrar las redes de traficantes. "Estas personas (los emigrantes) son víctimas y como tal las protege el Estado colombiano", afirmó.
En los últimos años se ha detectado también en la región una abundante llegada de inmigrantes chinos sin documentos, movidos por traficantes de personas. En Perú hay 5. 533 chinos que se desempeñan en el sector servicios y comercio. Pero este es el rostro formal de una comunidad compuesta también por muchos 'sin papeles'. La Policía y la Dirección General de Migraciones y Naturalización (Digemin) han alertado de que desde el 2008, cuando Ecuador eliminó la visa de turismo para todos sus visitantes extranjeros, la poco controlada frontera norte se convirtió en la principal ruta de acceso de inmigrantes chinos indocumentados a Perú.
Asimismo, una investigación de la organización Capital Humano y Social (CHS), basada en 17 casos de inmigrantes chinos ilegales, reveló que la mayoría paga entre 40.000 y 70.000 dólares a los traficantes y estos no solo se encargan de llevarlos a Perú, sino también de alojarlos, buscarles empleo y gestionarles una nueva identidad como ciudadanos peruanos.
Aunque en menor medida, Uruguay también registró el año pasado incidentes que dan cuenta de que el tráfico de personas es un delito creciente en Suramérica. En diciembre del 2012, la Policía uruguaya desarticuló una red integrada por argentinos y uruguayos que traficaba con personas de origen chino. Quienes comandaban la red eran policías argentinos y funcionarios de la Dirección Nacional de Migraciones de Uruguay. El propósito final era la explotación laboral de los chinos en Argentina, y Uruguay servía como país de tránsito.
En cuanto al gigante brasileño, la Comisión Parlamentaria de Interrogatorio (CPI) del Senado, que investiga el tráfico de personas, ha realizado varios reportes en los que alerta sobre el aumento de casos en el país.
Las víctimas, principalmente asiáticas, llegan en su mayoría a Sao Paulo. También se han detectado embarcaciones de africanos, que arriban de manera clandestina por las playas de Salvador en grandes embarcaciones, y algunos de los cuales mueren en la travesía. Los haitianos 'ilegales' también abundan en las ciudades del norte del país aunque, tras el refuerzo policial en esa frontera, los traficantes están desviando a los inmigrantes, que ahora pasan por Bolivia e ingresan por el Mato Grosso.
Con información de los miembros del Grupo de Diarios América (GDA): 'La Nación', de Argentina; 'O Globo', de Brasil; 'El Mercurio', de Chile; EL TIEMPO, de Colombia; 'La Nación', de Costa Rica; 'El Comercio', de Ecuador; 'El Universal', de México; 'El Comercio', de Perú; 'El Nuevo Día', de Puerto Rico; 'El País', de Uruguay, y 'El Nacional' de Venezuela.
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