España a diferencia de Inglaterra, estuvo marcada por dos puntos.
Primero, el gran garante legal de su poder en América, era la aceptación del papado, el cual aún entrando en la modernidad seguía siendo el gran actor político capaz de dirimir las diferencias entre los diferentes reyes. El Papa había dictaminado que España debía hacerse de la gran mayoría de América siempre y cuando evangelizara a los indígenas. Pero cuando llegaron las noticias del maltrato que recibían los indígenas, y en vista del peligro que se veía en caso de que el Papa retirara apoyo a las coronas, hubo que dictar un reglamento que limitara el comportamiento del español en este continente.
Segundo, el modelo económico instaurado acá requería necesariamente de la mano de obra cuasi esclava. El indígena fue fundamental. Por lo mismo la gran caída demográfica de los aborígenes en este continente no se dio por las matanzas, sino que por el extenso nivel de explotación que rompió con los esquemas sociales y culturales que la población autóctona poseía.
Pero no se trata de que España haya hecho un mejor trato a los indígenas solo porque sí y por altruismo. No se puede argumentar eso, considerando que en un lapso de 100 años, la población aborigen se vio reducida en más o menos un 90%.
Y si hoy existen aún indígenas en América, pues se da porque luego del pasar los siglos, la tendencia al crecimiento demográfico se volvió a dar. Pero ya nunca fue lo mismo, porque este continente pasó a ser un continente poblado por indígenas, mestizos y blancos en diferentes proporciones. Pero como rasgo común, los indígenas se fueron extinguiendo con el paso del tiempo y pasando a ser una suerte de indomestizos, como los mapuche en Chile, quienes en gran mayoría desconocen su idioma.
Además hay que agregar que los países más poblados con indígenas, que son Perú, México y Bolivia, son los países donde históricamente existió una abundante reserva de los mismos. Eran estos focos de desarrollo prehispano, y contenían mayor concentración de personas. Cosa diferente es Argentina, Uruguay, el sur de Chile, Estados Unidos y Canadá, donde las concentraciones de habitantes eran bastante inferiores y por ende el mestizaje con aporte europeo fue mayor. Mención aparte valen los casos como Argentina, Uruguay, y Canadá, donde las intensas migraciones europeas cambiaron los rostros hacia unas réplicas de Europa y sin casi rasgos de mestizaje. También merecen mención aparte países del Caribe donde las intensas entradas de africanos llevaron a constituirlos como países con una importante herencia negra. Y además merece mención aparte Estados Unidos, país que por su historia como foco mundial de desarrollo pasó de ser un territorio poco desarrollado con indígenas poco desarrollados en el siglo XVI, a un país con una población blanca y anglosajona dominante durante el siglo XIX, y luego un país con una variedad racial importante entre el siglo XX e inicios del XXI.