España, líder mundial en el desarrollo de infraestructuras

[Fray]

España, líder mundial en el desarrollo de infraestructuras

Uno de los proyectos más importantes es la adquisición de la empresa Australiana Transfield Services por parte de Ferrovial, un contrato que representa un trampolín hacia China.

Cualquier persona que haya visitado España en los últimos 30 años puede dar testimonio de la notable transformación que han experimentado las infraestructuras en el país; con la construcción de una red de autopistas, aeropuertos y una línea de alta velocidad, la segunda más grande del mundo después de China. Si hay una crítica sería que se ha puesto demasiado énfasis en mejorar las infraestructuras y demasiado poco en mejorar el capital humano, como sigue mostrando la larga crisis económica del país y una tasa de desempleo del 23.7%.

Menos conocido, en general, es el éxito de las empresas españolas en conseguir contratos para infraestructuras emblemáticas en el extranjero, entre los que se incluyen la construcción de una línea de alta velocidad entre La Meca y Medina, en Arabia Saudí, y la ampliación del Canal de Panamá.

Estos contratos unidos a las adquisiciones por parte de las empresas y bancos españoles mejoran la presencia global del país. Actualmente España se sitúa como el quinto país del mundo por su grado de internacionalización, con una exposición al exterior (comercio exterior más inversiones directas) del 166% del PIB, similar a la de Alemania y superior a la de Francia, según un reciente informe de PricewaterhouseCoopers.

El origen de este éxito excepcional, que ha ayudado a las empresas a superar la grave desaceleración del previamente pujante sector de construcción e infraestructuras en España, comienza a finales de los años 60 y 70 cuando empezó el proceso de utilizar las autopistas de peaje para construir la infraestructura a la vez que la industria de turismo masivo estaba en pleno proceso de constitución. Sin embargo, a diferencia de Francia e Italia, España no eligió el modelo de utilizar empresas públicas para desarrollar las carreteras sino que optó por utilizar un modelo fundamentalmente de sector privado.

Otro factor fue, que las carreteras comenzaron a abrirse al público a principios de 1970 antes de que la energía dependiente de España recibiera un golpe por la crisis del petróleo. El gobierno se ofreció a recomprar las acciones en las carreteras de peaje infrausadas de las empresas, pero decidieron aguantar, dado que las concesiones eran a largo plazo. Cuando se terminó la crisis y el mercado mejoró, las carreteras volvieron a dar beneficios.

Todo eso fue una valiosa experiencia, especialmente cuando España formó parte de la Unión Europea en 1986 y de la eurozona en 1999 y el país sintió todos los efectos de la competencia. Como resultado las empresas se expandían al extranjero. El mercado nacional se había vuelto demasiado pequeño.

América Latina fue la primera elección lógica para las empresas españolas que tenían planes de expansión. A parte de los factores de empuje propios de las empresas, hubo varios factores de atracción. Dos eran puramente económicos: la liberalización y la privatización abrieron sectores de la económica de América Latina anteriormente fuera de su alcance y hubo una constante necesidad de capital para desarrollar la generalmente escasa infraestructura de esta región. Dos son culturales: por una parte comparten el mismo idioma y por lo tanto, se pueden transferir métodos de gestión de forma más fácil. Otra atracción es el enorme tamaño del mercado latinoamericano y su grado de subdesarrollo. Los ejecutivos españoles se adaptaban perfectamente a la gestión de los nuevos negocios en América Latina, dado que habían acumulado mucha experiencia en su país. Finalmente, resultó mucho más barato financiar estas empresas cuando España se unió al euro.

La primera concesión para una carretera de peaje en Estados Unidos la consiguió Cintra, filial de Ferrovial, en 1999 en consorcio con el banco Australiano Macquaire Bank, cuando se adjudicó el contrato para la autopista 407 de Toronto, un contrato de 99 años de duración y la privatización más grande de la historia de Canadá. El contrato abrió el camino de Cintra en los Estados Unidos, donde compró en 2004 los derechos para mejorar y operar la Chicago Skyway, la única carretera de peaje de la ciudad, por 1.830 millones de dólares, para los próximos 99 años.

Las empresas españolas han ido consiguiendo contratos en muchos otros tipos de infraestructuras aparte de carreteras de peaje. En 2013 obtuvieron contratos en el extranjero por valor de más de 3.500 millones de euros; su cartera de proyectos internacionales llegó a los 75,000 millones de euros. Más del 80% de las carteras de las empresas grandes corresponden a contratos en el extranjero. Esto se compara con el gasto en obras públicas en España, que cayó desde los 39.800 millones de euros en 2008 a los 6.000 millones de euros en 2012.

Durante varios años más compañías de España que de cualquier otro país, han ocupado el ranking mundial de empresas de gestión de transporte compilado por la revista estadounidense Public Works Financing. En el último ranking, publicado el día 4 Noviembre, aparecen seis empresas españolas entre los primeros doce puestos y otras tres aparecen entre las 39 primeras.

El total de la inversión original, expresado en dólares nominales, de todos los proyectos de gestión de transporte APP que una empresa ha financiado y puesto en construcción o en marcha, o adquirido o mejorado, desde 1985 hasta el 1 de octubre de 2014. La cifra correspondiente al capital invertido representa el total de los fondos públicos y capital gestionado de manera privada reunidos por parte de un gestor de capital para prestar los servicios públicos de proyectos de gestión de propiedad pública. Muchos importante proyectos APP los desarrolla un consorcio de empresas, que lleva a que algunos proyectos se cuenten por partida doble entre las empresas detalladas aquí. Estos incluyen la adquisición, renovación y gestión de los aeropuertos de BAA en el Reino Unido, con un valor empresarial de 24,300 millones de dólares

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P.D. No eramos irrelevantes en el mundo?