¡Mamita, vienen los Chilenos!
"Palmario, las republicanas bisabuelas juzgaban de esta manera: Quien grita "¡cuidado con el lobo!" es porque quiere que el lobo venga. Y que se lo coma, o se la coma ... Una mezcla de deseo y de rechazo. "Que venga pero que no se quede, que me goce pero que se vaya, que me hagan pecar y que se largue. En suma, que me haga el favor."
Al fin y al cabo el soldado chileno de la alevosa y brutal (para nosotros) guerra de 1879 era bien parecido, blanco y educado. Todo lo opuesto a nuestros patrióticos pero inútiles defensores peruvianos: feos, prietos y analfabetos. A la par de esto, la soldadesca sureña ostentaba el don de la constancia y de la previsión, mientras que nuestras huestes andaban con los ánimos mas destrozados que sus andrajosos "uniformes".
Entonces, ¿qué más puede haber detrás de la expresión ¡mamita, vienen los chilenos! junto con el miedo? ¿Lo dudan? No nos hagamos los tontos. Ahí no sólo hay cólera por lo que nos toca padecer, sino también lubricidad. El anhelo de la cópula, de carnalidad. Pensamientos orgiásticos, roces, vestidos rotos, virginidades hechas pedazos, y no por el filo de la bayoneta."
Publicado en el Diario Correo de Lima - Perú el 08/05/2005
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