Lentamente Estados Unidos se acerca a una encrucijada que le podría costar la vida.
De buenas a primeras, Khalid Muhamad, el cerebro de los atentados del 9-11 en Estados Unidos, amenaza con revelar todos los secretos que involucran en la autoría del ataque a Arabia Saudí. Pide una cosa a cambio, que la Justicia estadounidense nunca le aplique la pena de muerte.
Si se revelan estos secretos, Estados Unidos podría confiscar todos los activos y bienes de Arabia Saudí y en el lugar que pueda en el mundo, con lo que el país entero saudí iría directo a la bancarrota, afirma Bruce Fein, exfiscal general adjunto de Estados Unidos.
Si esto pasara, Arabia Saudí podría usar los bonos de deuda del Departamento del Tesoro que tiene, que son miles de millones de dólares también. Si esto pasara, las dos naciones se hundirían en una guerra financiera interminable, o terminable de alguna forma inesperada y no querida.
La oferta que hoy hace Khalid también pone entre la espada y la pared al presidente estadounidense, Donald Trump, quien es amigo de los saudíes.
El pueblo estadounidense verá de qué lado está su presidente, si de las víctimas que denuncian a ese país o de los negocios saudíes. Preguntemos en un momento clave todas las implicaciones y tesis que giran en torno a esta nueva noticia que estremecerá a los implicados.
En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen.
El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la noche; México, Colombia y Chicago a la una de la tarde.
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