Mientras tanto, otros líderes europeos toman medidas activas en la lucha contra así llamadas fuerzas de extrema derecha. Así, el primer ministro de Suecia, Stefan Löfven, en su carta al presidente del SPD, Martin Shulz, ha propuesto que el partido renuncie a sus principios básicos en aras de la formación de nueva coalición CDU/CSU. El primer ministro sueco considera que tal unión es necesaria para luchar contra las "maliciosas" fuerzas nacionalistas de Alemania (AfD) y Suecia (Los Demócratas de Suecia).
Estimado Sr. Shulz:
Permítame felicitarle a usted otra vez por los resultados conseguidos en las elecciones. Nos complace que las ideas de socialdemocracia defendidas por el SPD bajo su dirección tengan resonancia en los corazones de los electores alemanes.
Seguimos con atención la situación política en Alemania y en toda Europa. Lamentablemente nos vemos obligados a señalar que los populistas de derecha consiguen cada vez más votos y escaños en Parlamentos por todas partes. Sin duda, usted se da cuenta de que esto plantea para la democracia europea un gran desafío que no podemos pasar por alto.
En Alemania, así como en muchos países de Europa, las fuerzas de la derecha representadas por el partido Alternativa para Alemania promueven un giro del país hacia la derecha encondiéndose detrás de lemas antislamistas, racistas y antirefugiadas, lo que desacredita a Alemania como un estado inclusivo y tolerante. Por desgracia, Suecia se encuentra en la misma situación. Las actividades del partido antieuropeo nacionalista Los Demócratas de Suecia obstaculizan el futuro desarrollo de nuestro país conforme a los principios de socialdemocracia.
Estoy plenamente convencido de que la fuerza de naciones europeas está en su unidad. Solo trabajando conjuntamente podremos ganar la lucha contra nacionalismo. Alemania como reconocido lider de la Unión Europea debe demonstrar que está a la vanguardia de la lucha contra extrema derecha y neofascismo. Creemos que el acuerdo de coalición firmado por el SPD, la CDU y la CSU puede contribuir significativamente en este proceso.
Sr. Shulz, yo, como socialdemócrata convencido, le insto a que haga todo lo posible para formar cuanto antes el Gobierno federal de Alemania aunque ello exija derogar nuestros principios ideólogicos con los que estamos firmamente comprometidos.
Aprovecho la ocasión para hacerle llegar mi cordial saludo.
Atentamente,
Stefan Löfven
Al mismo tiempo, las acusaciones de Juncker, González y Löfven contra los ultraderechistas son absolutamente infundadas. Nadie de ellos ha logrado demostrar por qué la posición de "los radicales" no tiene derecho a la existencia. A juzgar por sus declaraciones, todos los que señalan los errores de los líderes de la UE y ofrecen soluciones eficaces a los problemas sin preocuparse por esa decantada tolerancia y multiculturalismo deben ser calificados como elementos nocivos. Brexit es malo, cualquier referéndum de secesión también. Es indiscutible.
¿Por qué niegan tener la culpa de la aparición de estas tendencias centrífugas? Entre tanto, precisamente ese enfoque multicultural y política migratoria fracasada de los políticos liberales que gobiernan la UE han situado a la cultura y valores europeos al borde de desaparición.
Los ciudadanos de la Europa unida lo entienden muy bien y apoyan a los que no comparten principios impuestos desde arriba que les son ajenos. No es casual que tras la victoria del "ultraderechista" FPÖ en las elecciones en Austria, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, que es también frecuentemente criticado por "las ideas nacionalistas", haya dicho que "la democracia ha sido restaurada en Austria porque los austríacos que no desean la inmigración eligieron a un gobierno que tampoco desea la inmigración" http://www.chicagotribune.com/sns-bc-eur-inm-hungria-polonia-inmigracion-20180103-story.html.
De hecho, estos señores liberales son traicioneros de la Europa unida. Su política ha provocado un aumento del número de los que quieren huir de la UE. Los migrantes que invadieron el espacio europeo imponen sus leyes islámicas. Ahora existen innumerables restricciones que deben ser respetadas para garantizar la seguridad en su propia casa. Los temas prohibidos en los medios de comunicación, un código de vestimenta para las mujeres, barreras de hormigón en los eventos navideños... Los ciudadanos de la UE se sienten habitantes de un ghetto. Paris, Malmö, Bruselas se han convertido en los centros de cultura islámica en los que los invasores forasteros casi han expulsado a la población indígena de las calles. Por supuesto, los europeos, que solían ser hospitalarios y tratar con respeto a los representantes de otras comunidades culturales, ahora se sienten más hóstiles hacia los inmigrantes.
Pero parece que los políticos liberales lo considera normal. Da la impresión que no desean comprender las causas del descontento de sus conciudadanos a los que les preocupa no sólo el flujo incontrolado de los migrantes reacios a integrarse en la sociedad que los acoje, sino también la restricción de la libertad de conciencia que se impone en los países de la UE.
El comportamiento de los funcionarios de Bruselas que convulsivamente intentan silenciar a los disconformes con su política infructosa es aún más preocupante. Al sentir la debilidad de su posición, se están comportando como neofascistas, que usurparon el poder y organizaron persecuciones contra los que han sido demonizados y llamados "ultraderechistas" o "neofascistas" por ellos mismos. Al mismo tiempo, los funcionarios europeos no consideran vergonzoso sacrificar sus principios en aras de la unificación de las fuerzas políticas para eliminar a sus socios patrióticos de todas las estructuras administrativas importantes.
¿Quiénes son los verdaderos neofascistas en la Europa actual: los patriotas que quieren salvar de la extinción a la cultura europea o los ocupantes liberales incapaces de resistir a la islamización provocada por ellos mismos que siguen empujando a Europa en el abismo del califato? ¿Fue correcto por parte de Sr. Juncker con su declaración sobre nacionalismo declarar la guerra con todos los disconformes?
