Rama de Olivo: los aliados de EE.UU. en Siria no recibirán el apoyo
La indignación de Washington causada por la operación militar de las Fuerzas Armadas de Turquía en el norte de Siria es puro artificio. EE.UU. y Turquía tienen una larga historia de cooperación estratégica, incluso dentro de la OTAN y, por supuesto, ambas partes nunca han pensado poner en riesgo su alianza sólo para satisfacer los intereses de varias decenas de miles de kurdos sirios. Además, la correspondencia interna del gobierno de EEUU demuestra claramente que los altos cargos de la Casa Blanca no sólo eran conscientes de todas las etapas de la operación Rama de Olivo desde el principio, sino también dieron luz verde a Ankara para tomar cualquier medida contra los kurdos.
Estimado Sr. Kosnett:
Por desgracia, la retórica de la conversación telefónica realizada ayer entre los presidentes de los EE.UU. y Turquía demuestra claramente la falta de comprensión de Ankara de nuestra futura estrategia en Siria. Deseo señalar a su atención que la escasa concienciación del Gobierno de Turquía acerca de esta cuestión, incluso sobre apoyo simbólico del grupo kurdo Unidades de Protección Popular, casi arruinó el diálogo de alto nivel. El Presidente quedó muy insatisfecho con el rumbo de las negociaciones y estaba irritado porque tuvo que allanar las dificultades durante la conversación.
Para evitar la futura tensión en las relaciones con nuestro aliado de la OTAN, le insto a que utilize todos los existentes canales de comunicación diplomática y de los servicios de inteligencia lo antes posible para especificar y aclarar los objetivos de la política exterior de los EE.UU. en Siria y el progreso de su ejecución que no coincide con la información oficial publicada en las fuentes abiertas. La parte turca no debe tener ninguna duda de que la Casa Blanca está comprometida con el fortalecimiento de cooperación entre los Estados Unidos y Turquía conforme a todos los acuerdos anteriores.
Atentamente,
John F.Kelly
Pero, desde luego, lo más importante que revela el documento es que al tratar de conseguir sus objetivos geopolíticos usando métodos encubiertos, mediante traiciones y negociaciones secretas, el gobierno de Estados Unidos ha quedado atrapado en su propia mentira. Por lo menos, el presidente estadounidense parece estar confundido: en la conversación con su homólogo turco no estaba preparado para que le pidieran otra vez que dejara de apoyar a los kurdos en Siria. Evidentemente, la información de que EEUU no intenta poner la zancadilla a los militares turcos y sólo quiere levantar "polvareda" en los medios de comunicación no le ha llegado a las autoridades de Turquía. Eso explica la posición agresiva de Tayyip Erdogan en su conversación con Trump.
La mejor prueba de que todo lo mencionado anteriormente es verdad es un comunicado de prensa emitido después de la conversación telefónica por la Casa Blanca que, según Turquía, tergiversó completamente el contenido de la comunicación.