Conguitos responde a la polémica que acusa a la marca de racista: “Siempre se ha querido transmitir una imagen de alegría, diversión y optimismo”
Conguitos y ColaCao han visto cómo miles de usuarios se han lanzado a las redes a pedir la retirada de los personajes negros de sus imágenes. En plena controversia hemos hablado con los responsables de Lacasa y con los que quieren ver desparecer de sus envases al negrito del Congo y a los recolectores de cacao
La ola de protestas mundiales contra el racismo tras el asesinato del afroamericano George Floyd a manos de la policía de Minneapolis ha puesto a las marcas ante la encrucijada. Entre ellas, a dos de las marcas españolas más populares. Los chocolates Conguitos, propiedad de Lacasa, y ColaCao, Idilia Foods, han visto cómo miles de usuarios se han lanzado a las redes a pedir la retirada de los personajes negros de sus imágenes.
En plena polémica, ICON Design ha hablado con ellas y con los que quieren ver desparecer de sus envases al negrito del Congo y a los recolectores de cacao. “Tenemos la intención de valorar la implementación de mejoras oportunas”, explican los responsables de Lacasa en un comunicado, tras ver cómo la controversia se convertía el viernes en un batalla campal en Twitter.
Los defensores de la marca promocionaron el hashtag #ConguitosLivesMatter, una interpretación del Black Lives Matter similar a las versiones utilizadas en Estados Unidos para desacreditar al movimiento como #BlueLivesMattes -en favor de la policía- o #AlllivesMatters , que acabó siendo utilizado por sus enemigos para contraatacarles con acusaciones de racismo. “Nos preocupa que la imagen de marca que se esté transmitiendo no sea bien percibida por algunas personas”, añaden. La lucha entre las nuevas generaciones crecidas en el multicuturalismo frente a los que defienden que se trata de tradiciones inofensivas está servida.
Chocolates Lacasa adquirió Conguitos en 1987 y decidió mantener el nombre y la mascota creada en 1961 por el ilustrador zaragozano Juan Tudela. “Siempre se ha querido transmitir una imagen de alegría, diversión y optimismo”, aseguran desde la compañía. Sus detractores tienen una opinión completamente opuesta. “No se quieren dar cuenta de que la imagen es un insulto a las personas negras, una caricatura de un negro desnudo, de labios grandes y ojos saltones”, cuenta resignada Iris Sastre-Rivero, afroespañola nacida hace 37 años en los Berrocales del Jarama (Madrid) y responsable de una de las dos campañas de Change.org que piden a Lacasa que cambie su imagen. Lo que desde la compañía y parte de la sociedad se ve como algo gracioso, para ella es la “representación de un ser ignorante del que te puedes reír”.
Casi 4.000 personas han firmado ya esta petición, que ha vuelto a circular a raíz de las protestas y a la que, por primera vez, se han sumado muchos blancos.