summer_of_69 escribió:El pacto nazi-soviético fue un "entre pillos anda el juego", ambos sabían que, tarde o temprano, llegarían a las manos. Y ambos buscaban retrasar ese enfrentamiento a un momento que les fuera favorable.
Ambos creían ganar con el pacto: Hitler compraba la no intervención de Stalin a cambio de los Países Bálticos, Finlandia, y un buen bocado de Polonia. Y el cálculo de Stalin era que Alemania y los Aliados se desangrarían mutuamente en una larga guerra y que, ganara quien ganara, saldría muy debilitado.
Pero Alemania derrotó a Francia muy rápidamente, y Stalin se encontró en su frontera Oeste a un Hitler mucho más fuerte de lo que esperaba, así que intentó usar una táctica que los Aliados ya habían usado: el apaciguamiento. Y, al igual que a los Aliados, no le funcionó.
Pero el error más grave lo cometió Hitler atacando a la URSS... a los hechos me remito.
En líneas generales estoy de acuerdo, aunque creo que habría que añadir algunos aspectos.
Hoy sabemos que Stalin, un tipo duro como el granito pero sin un pelo de tonto, comprendió hacia 1938 que se le había ido la mano en sus purgas de altos cargos del Ejército Rojo en los dos años anteriores.
Fue sobre todo el general Giorgi Zhukov el que, pese a la rudeza de su carácter, tuvo mucho tiento según dijo en sus memorias al explicarle a Stalin que el Ejército Rojo había quedado prácticamente descabezado y que la mayoría de sus unidades carecían de mandos útiles, ya que los purgados habían sido sustituidos por militares bisoños sin experiencia alguna.
Stalin requirió inmediatamente cifras y datos y pidió a Rokossovsky e Ivan Koniev que valoraran las informaciones de Zhukov, y solo pudieron confirmarlas.
Por tanto, Stalin intentó a toda costa retrasar el inicio de la guerra contra Alemania, que él consideraba inevitable. Al menos, hasta que pudiera recomponer el Ejército Rojo. De ahí el pacto de no agresión Molotov-Ribbentrop, que ante todo y sobre todo buscaba ganar tiempo.
A raíz de la guerra de invierno de 1939-40 contra Finlandia, Stalin se convenció de lo acertado del pacto, ya que, pese a que la URSS obtuvo la victoria y logró todos sus objetivos, alcanzar ese triunfo contra un enemigo juzgado débil le resultó mucho más costoso y difícil de lo previsto. En esa ocasión le agradeció a Zhukov, que había llegado a temer por su vida al hablarle con franqueza a Stalin, haberle abierto los ojos sobre la situación del Ejército Rojo.
El problema que se le presentó al jefe del Kremlin fue que, como has comentado, Hitler acabó con Francia en un abrir y cerrar de ojos, algo que le sorprendió mucho al recordar la I Guerra Mundial, y Gran Bretaña, potencia marítima pero no terrestre, apenas contaba para el caso.
El segundo problema fue que Hitler atacó mucho antes de lo esperado, en junio de 1941, cuando el Ejército Rojo todavía no se había recuperado ni de lejos de las purgas. Sin lugar a dudas, esa fue la razón decisiva para los éxitos iniciales de los alemanes, unida al hecho de la obstinación de Stalin en despachar como bulos interesados los numerosos informes perfectamente detallados que le llegaban a su mesa sobre el próximo ataque alemán (p.e., los de Richard Sorge desde Tokio, entre otros muchos), una actitud paranoica que habría de costar millones de vidas.
Por lo demás, está demostrado por documentos desclasificados del Kremlin, que Stalin trató varias veces de llegar a un acuerdo con las potencias occidentales y crear un frente antihitleriano, intentos que fueron rechazados en especial por Gran Bretaña, que buscaba a toda costa 'apaciguar' a Hitler cediendo una y otra vez a sus provocaciones y agresiones.
El pacto de Múnich por el que Francia y Gran Bretaña dejaron a Checoslovaquia a merced de los lobos sin invitar a la URSS a dicho encuentro, fue para Stalin la gota que colmó el vaso, y les devolvió la pelota en forma del pacto de no agresión Ribbentrop-Molotov al año siguiente.
Todo esto no son opiniones, es historia.