BladeLord escribió:Pikotasso escribió:BladeLord escribió:Pikotasso escribió:BladeLord escribió:Esa hipótesis ya la he escuchado con anterioridad, y si bien es cierto hay algunos indicios (como el tema del crudo estadounidense) pues...
Necesitaríamos cosas mas contundentes para poder afirmarlo a rajatabla. Pero si, es interesante. También llegué a escuchar que los supuestos "ET", no eran sino japoneses malformados, productos de experimentación humana provenientes de los EEUU (los llamados grises). Otra vez, no puedo afirmarlo porque no tengo pruebas contundentes.
Después de haber leído muchas teorías, conspiranoias, artículos de historiadores y reportes diversos, pienso que realmente Roosevelt fue sorprendido por el ataque. No porque no hubiera sopesado esa posibilidad, sino por la forma y la fecha en el que se llevó a cabo.
Tanto el presidente como la mayoría de sus colaboradores creían posible e incluso probable un ataque japonés, pero no en Pearl Harbor, sino más bien contra las bases angloamericanas en Filipinas, Malasia y Singapur, que también se llevó a cabo casi sincronizado con el de Hawái.
Es mi opinión.
Realmente de que hubi sorpresa, la hubo, pero eso mas por la habilidad japonesa y su forma de hacer la guerra. Por ejemplo decimos que Hitler en Europa se demoró 6 semanas en los balcanes Y eso le costó la victoria en Rusia, en el caso japonés apenas fue de 3 horas.
Porque con haber hecho el ataque 3 horas antes, hubieran cogido a toda la flota, no hubiera existido midway y la historia hubiera sido muy distinta.
Aunque las acciones Estados Unidos ya preveían un ataque.
Es bastante difícil porque la historia de Estados Unidos tampoco es muy buena, recordemos que ellos también son muy expertos en hacer trampas como lo que hicieron con el maine.
Aunque hubieran hecho el ataque tres horas antes, los principales objetivos habrían brillado de todos modos por su ausencia y, desde luego, no eran los viejos acorazados, sino los tres portaaviones de la Flota del Pacífico (Enterprise, Lexington y Saratoga), que se encontraban todos fuera de la base aquel día, uno de ellos en California. Un fallo imperdonable de la inteligencia japonesa, no haberse dado cuenta con tiempo de esa circunstancia. El otro error, no menos garrafal, fue dejar intactos los enormes depósitos de combustible y los talleres de la base al renunciar Nagumo a un tercer ataque; unos talleres que pudieron reparar después muchos de los acorazados dañados y aprovisionarse de combustible.
Precisamente los japoneses fueron los primeros en darse cuenta del potencial de los portaaviones en las guerras navales del futuro. Yamamoto y su Estado Mayor analizaron cuidadosamente el ataque británico en noviembre de 1940 contra la flota italiana situada en el Golfo de Tarento que, aunque fue una acción con efectivos muy limitados llevada a cabo con un puñado de viejos biplanos, obtuvo un éxito deslumbrante y fue un golpe devastador para el petulante Duce en el mismo año en el que metió a Italia en la guerra. Los japoneses practicaron después a gran escala en Hawái lo aprendido en Tarento.
O sea, que el país que comprendió en primer lugar el valor de una gran flota de portaaviones y que la era de los grandes acorazados y destructores ya había pasado a la historia, se conformó con dañar o hundir unos cuantos acorazados enemigos en un ataque en el que se decidía su destino. Ya se vieron las consecuencias de todo ello.
Lo de que la demora de unas semanas en el plan de invasión a la URSS por parte de Hitler le costó la victoria, ya ha sido desdeñado como mito insostenible desde hace tiempo. La primavera de 1941 fue excepcionalmente lluviosa, y si Hitler hubiera atacado en mayo, como estaba planeado, en vez de junio, como finalmente hizo, sus tropas habrían quedado atrapadas en un lodazal impracticable. O sea, que la invasión se habría atascado en sus mismos comienzos. Y el resultado final de la guerra habría sido el mismo, incluso es posible que hubiera terminado antes. Esa invasión estaba condenada al fracaso desde el mismo momento en el que fue planeada, de eso no tienen dudas los historiadores serios hoy día.
Ahora que lo mencionas, pues si, recuerdo que Rommel desaconsejó en su momento la operación Barbarroja. Sin embargo, me estoy poniendo a pensar... y creo que te voy a proponer un ejercicio mental.
Supongamos que por un momento (ya que hablamos de Japón) tu (con lo que sabemos hoy por hoy) estuvieras al mando de las fuerzas armadas niponas...
Como hubieras planificado la ofensiva contra EEUU? A donde hubieras pegado, que habrías hecho? Esto se pone interesante.
No solo Rommel, la mayoría de sus generales (Von Bock, Von Leeb, Von Manstein, Heinz Guderian, Von Runstedt, Von Kleist, etc.) intentaron convencer a Hitler de que desistiera de sus planes de invasión de la URSS, ya que ellos sabían perfectamente que ese país no era comparable en tamaño y características con los occidentales en los que habían obtenido fáciles victorias. Incluso varios de sus directos colaboradores, como Goering, Von Ribbentrop, Goebbels o Himmler trataron de disuadirle de la idea, pero un dictador paranoico como él no admitía consejos ni siquiera de sus más cercanos.
Si yo hubiera estado al mando de las Fuerzas Armadas de Japón habría intentado por todos los medios evitar esa guerra, ya que el potencial económico, humano e industrial de EE UU y el Imperio Británico sumados era muy superior al japonés, con lo que su derrota a largo plazo sería inevitable. El mismo almirante Yamamoto, que había sido agregado naval en la Embajada japonesa en Washington y conocía de primera mano el poderío industrial estadounidense, ya advirtió que Japón solo podía aspirar a unas victorias a corto plazo si se decidía a atacar como estaba planeado, pero que después se impondría la superioridad del enemigo. Además, no cabe olvidar que Japón llevaba ya una década empantanado en una interminable guerra contra China, donde tenía situadas gran parte de sus fuerzas.
No obstante, Yamamoto no fue escuchado por la camarilla militar y se le ordenó planear la guerra, cosa que hizo con el ataque a Pearl Harbor por su sentido patriótico y de obediencia, aun estando íntimamente en contra de la decisión.
Bien, si pese a todo yo hubiera estado en el pellejo de Yamamoto y me hubiera visto forzado a iniciar la ofensiva contra EE UU y el Imperio Británico por orden del emperador, no habría bombardeado Pearl Harbor, sino que, ya puestos, habría organizado un desembarco en la isla de Oahu y tomado la base con todos los acorazados, los depósitos de combustible, los aviones y los talleres; por supuesto, asegurándome antes de que estaban allí también los portaaviones de la flota del Pacífico.
Según muchos analistas militares, Japón habría podido conquistar sin problemas la isla si hubiera preparado a fondo el desembarco, ya que las fuerzas estadounidenses se concentraban en la base. Con la isla en manos de Japón, la posición del país en la guerra habría sido radicalmente distinta que lo fue con un bombardeo que apenas logró destruir o dañar unos cuantos acorazados, varios de ellos ya viejos y achacosos, y unas decenas de aviones.
El siguiente paso habría sido retirar todas las fuerzas de China, que se había convertido en un pozo sin fondo para Japón. A continuación, habría lanzado una gran ofensiva hacia el Sur, ocupando Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y varias islas de Indonesia, con lo que quedaría asegurado el suministro energético y de minerales estratégicos. Acto seguido, habría ocupado todas las islas del Pacífico Occidental. Esta parte la cumplió Japón tras el ataque a Pearl Harbor de todos modos.
A continuación habría realizado una política de aproximación y colaboración con las poblaciones locales de los países conquistados para ganar su confianza y apoyo contra los colonialistas occidentales y presentarse como libertadores en lugar de saquearlas, humillarlas y masacrarlas, con lo que solo consiguieron crearse enemigos por doquier. Un tremendo error de los japoneses, cometido igualmente por los alemanes en la URSS, que con su política de exterminio y racismo atroz, solo lograron que surgiera un enorme y feroz movimiento partisano que no daría un minuto de tregua al invasor.
Después, habría establecido un férreo anillo defensivo en el Pacífico, potenciando al máximo las fuerzas aeronavales y dedicando todos los esfuerzos en esa dirección. En esa situación, EE UU habría tenido mucho más difícil vencer a Japón, incluso es posible que se hubiera visto forzado a firmar un acuerdo de paz de prolongarse excesivamente el conflicto, ya que los estadounidenses llevan muy mal eso de sufrir bajas propias.
Claro está que todo esto es pura especulación, nunca sabremos que habría pasado si.....