Es una especie de progre urbanita del Siglo XX, que ya parece en extinción, pero aún vemos algunos ejemplares paseando por la calle o utilizando el transporte público, con ejemplar de "Lo País" (Biblia con forma de periódico) debajo del sobaco.
Dícese que un "sobaco ilustrado" es aquel tipo de izquierdas, orgulloso de serlo, que como todo progre compra El País (¡Ojo! No todos los que compran Lo País son sobaco ilustrado) y va a todos lados con él debajo del sobaco, pavoneandose y dando a entender como que son superinteligentes y cultos por supuestamente leer el periódico de Polanco y Juanli Cebrián.
Una característica común de todo sobaco ilustrado es que en la gran mayoría de los casos, sólo leen los artículos de opinión de los "grandes" que escriben en tan honorables páginas y desprecian a todos aquellos que tienen la osadía de disentir con las Elvira Lindo, los Juan José Millás, los John Carlin o los Carlos Boyero de turno. Si te atreves a tal cosa, eres un ignorante que nos has leído un libro en tu puta vida, porque nosotros, los del sobaco ilustrado, estamos por encima de todos: somos más inteligentes, hablamos con propiedad, leemos y hasta somos más guapos.
¿Cómo se te ocurre, ignorante de la vida (como diría el otro), criticar a la gran Elvira Lindo por decir que las procesiones de la Semana Santa española le parecen excesivas? Cualquiera diría que insinúas que ningún daño hacen y que puedes hacer otra cosa (irte a la playa, hacer senderismo, ir al cine, ...) que no involucren seguir ritos de la tradición cristiana. ¡Cómo te atreves a criticar a Elvira Lindo! Eres un inculto, que no ha leído en su vida, cuyo nivel intelectual es notablemente inferior a nosotros, los progres del sobaco ilustrado.
Esto no es broma y más de uno se ofende y crítica de forma vil, que se te ocurra oponerte a lo que dice alguien en determinado artículo. Como se que discutir con determinados individuos es como hablar con una pared repleta de insultos, ofensas y los argumentos rancios de siempre, mejor es callarse y ahorrar esfuerzos.
Es (o era) muy habitual la ver imagen, de un buen número de "sobacos ilustrados", sentados en una terraza de un bar una mañana de Domingo, pasando páginas de Lo País, mientras dan sorbitos a su taza de café, tratando de estirarla lo más posible, para que les de tiempo en leer algún articulo de opinión de Rosa Montero o Juan José Millás. Absortos a su lectura,
Si el ideario político de este espécimen de progre pudiera describirse cinematodemagogicamente, sería así: Franco, Franco II parte, Franco contrataca, El último franquista, En busca del Franco perdido, Francoestein, Sueños de un franquista, El planeta de los franquistas; Lo que Franco se llevó; La Bella y Franco; Tarzan & Franco, Franco al desnudo…
El progre está convencido de que es una persona culta y puede triunfar en todas las discusiones o debates, no por su argumentario, ni su dialéctica, sino precisamente por su falta de empatía, rigor y delicadeza. El progre no tiene una sola duda razonable.
