axel escribió:Nadie podría prever lo que pasaría después. Y las consecuencias.
Ellos lo hicieron para defenderse.
Quizá si se hubiera quedado vivo, todavía hubiese sido pero para ellos.
En 1942, tres años después del comienzo de la guerra con la invasión de Polonia, se sabía perfectamente cómo se las gastaban los nazis, sobre todo cuando se trataba de aplicar represalias.
Por aquel entonces, estaba en pleno auge la guerrilla de los partisanos en Yugoslavia y la URSS, y los alemanes solían arrasar pueblos enteros y masacrar a sus habitantes cada vez que los guerrilleros cometían un atentado o realizaban alguna acción de sabotaje. De hecho, Hitler dio la orden de que por cada soldado alemán muerto por los partisanos, debían ser fusilados 50 civiles, aunque no tuvieran relación alguna con los hechos.
Respecto a la Operación Antropoide, antes de ponerla en práctica hubo fuertes discrepancias en el seno de la resistencia checa en Londres, precisamente porque eran conscientes de que el atentado contra la bestia rubia acarrearía sin la menor duda una venganza brutal. Había que sopesar si los beneficios por eliminar a Heydrich compensaban las represalias que conllevaría el atentado. Finalmente, los partidarios de la acción se impusieron a duras penas a los reticentes.
Edvard Benes, ex presidente checo en el exilio, tras muchas cavilaciones, dio finalmente luz verde para el atentado buscando impresionar al gobierno británico y obtener así mayor apoyo futuro para la resistencia checa, a la que los aliados reprochaban escasa operatividad comparada con el feroz movimiento partisano de los rusos y yugoslavos. Se trataba también de quebrar el éxito de la táctica del palo y la zanahoria practicada por Heydrich en Checoslovaquia.