Para no pocos inmigrantes, España es el paraíso soñado en la tierra: demasiada libertad mal entendida, demasiado buenismo, demasiada ingenuidad por parte de las autoridades y gran parte de la población, que no acaba de captar cuán seria es ya la situación actual y lo que puede aguardar en el futuro.
Y caso de que la cosa descarrile y haya que pasar un par de años a la sombra (algo excepcional a no ser que haya corrido mucha sangre), para un delincuente colombiano, dominicano, marroquí, nigeriano o senegalés, una cárcel española, comparada con las de sus respectivos países, es una especie de hotel de lujo gratuito en el que además casi siempre podrá continuar tranquilamente con sus actividades. Lo dicho, España es el paraíso en la tierra para la escoria foránea, que abunda extraordinariamente.
Que se lo pregunten por ejemplo a estos 23 sujetos detenidos recientemente en el País Vasco y dedicados a expoliar las arcas españolas a través de supuestas ayudas sociales. Unos tipos procedentes de América Latina, el Sahel y el norte de África.
Por cierto, ya están todos ellos en LIBERTAD PROVISIONAL, es decir, con la posibilidad de fugarse sin mayor dificultad antes de ser juzgados... ¿por qué? Misterios de la Justicia española.
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