La UE ha adoptado un pacto migratorio denominado “el suicidio de Europa” que podría provocar que el continente se vea inundado con 75 millones de nuevos inmigrantes.
La comisión LIBE del Parlamento Europeo adoptó el miércoles la ley que formaliza la distribución de los inmigrantes entre los Estados miembros y castiga a quienes se niegan a acogerlos.
Dado que el enriquecimiento cultural y la diversidad son “nuestra mayor fortaleza”, los países que intenten preservar su identidad nacional sin verse abrumados por los inmigrantes se verán afectados por fuertes sanciones financieras.
Marine Le Pen, líder del ala parlamentaria de la Agrupación Nacional, dijo anteriormente que el acuerdo conduciría al “suicidio de Europa”, añadiendo que era un pacto con el diablo y que representaba un “plan organizado para el hundimiento de Europa y el naciones que lo componen”.
Los Estados miembros se verán obligados a aceptar inmigrantes o pagar una enorme sanción financiera de 25000 euros por inmigrante rechazado.
Esto tiene poco sentido dado que constantemente se nos recuerda que la migración masiva es una bendición económica y es a la vez inevitable y vital para mantener los niveles del PIB.
Sin embargo, esto tiene mucho sentido cuando se comprende que dichas afirmaciones son completamente fraudulentas.
“La siguiente pregunta es cuántos inmigrantes nos impondrán. Ellos deciden ahora. Así que crean reglas que dan a Bruselas el derecho de decir cuántos inmigrantes distribuirán ”, dijo el año pasado el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
“Por eso varios países han indicado que no están de acuerdo. No queremos implementar ese plan. En última instancia, aquí nos enfrentamos a un giro suicida de los acontecimientos”.
Orbán cuestionó por qué, si aceptar inmigrantes era tan rentable desde el punto de vista financiero, los países de Europa occidental intentaban deportarlos a Hungría.
Róbert Gönczi, analista del Instituto Húngaro de Investigación sobre Migraciones, señaló que los inmigrantes enviados a Hungría normalmente terminan yendo a Suecia o Alemania, donde reciben beneficios sociales mucho mayores.
“El sistema de redistribución también podría crear flujos dentro de la UE desde los países donde estos inmigrantes han sido reubicados hacia los países de donde realmente quieren irse, porque en general los países de destino no han cambiado”, dijo Gönczi.
“Pero otros países de la UE deberían ahora acoger a estos inmigrantes, refugiados y solicitantes de asilo”, añadió. El verdadero problema es que el refuerzo de las fronteras exteriores de la UE sería menor, o incluso inexistente, aunque sea realmente necesario”.
Como hemos destacado anteriormente, no existe ningún deseo por parte de la UE de imponer controles fronterizos adecuados.
El nuevo director de Frontex, la agencia de la Unión Europea responsable de proteger las fronteras, pidió recientemente fronteras abiertas y se comprometió a satisfacer a los activistas de izquierda que favorecen la inmigración masiva. “Nada puede impedir que la gente cruce una frontera, ni un muro, ni una valla, ni un mar, ni un río”, afirmó Hans Leijtens, una afirmación extraña, dado que su tarea es precisamente controlar las fronteras.
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