No hace falta ser muy inteligente para darse cuenta que Europa no es una unidad cultural, sino más bien coexisten en el Viejo Continente tres culturas: la nórdico-germánica, la mediterránea y la eslava.
¿Por qué no hacer tres uniones europeas, en función de la afinidad cultural que tengan los distintos países que las configuren?
En primer lugar tendríamos la Unión Europea de los Pueblos del Norte. Estaría compuesta por Inglaterra, los países de influencia germana y los países nórdicos. Se caracterizaría por ser la región más próspera del planeta, con una economía robusta y un poder militar solvente. El estado del bienestar garantizaría que todos sus ciudadanos pudieran realizarse como individuos y como miembros de una comunidad. La honestidad, la ética del trabajo, la disciplina y la solidaridad serían su idiosincrasia. El éxito de su moneda sería incuestionable.
En segundo lugar tendríamos la Unión Europea de los Pueblos del Mediterráneo. Estaría constituida por Portugal, España, Italia y Grecia. Su principal virtud sería su aporte artístico y monumental. Se caracterizaría por ser una región con altibajos económicos, alto desempleo, de economía débil y con un poder militar mediocre. El estado del bienestar quedaría reducido a una mala pensión, a una educación mediocre y a una sanidad suficiente. La picardía, el chanchulleo, la vagancia, la indisciplina y la inexistencia de espíritu de comunidad serían su idiosincrasia. Su moneda sería débil.
En tercer lugar tendríamos la Unión Europea de los Pueblos Eslavos. Estaría constituida por todos los pueblos eslavos, incluida Rusia. Su principal virtud sería el querer parecerse a los países germanos. Se caracterizaría por ser una región pobre, con una economía basada en las mafias, en la generación de riqueza de la nada y en la explotación de sus gentes. No habría estado del bienestar. La vagancia, la falta de ética en todos los aspectos y la brutalidad serían su idiosincrasia. Su moneda no tendría ningún crédito.