por jackdaniels » 03 Dic 2011, 18:19
Una vez transcurridas tres décadas de democracia oficial, la democracia real aún no ha encontrado acomodo en la España de los reinos de taifas. El cainismo está tan enraizado en esta sociedad que hace imposible la tolerancia ante la discrepancia: si vota diferente a mí, es mi enemigo; si no piensa como yo, es mi adversario.
La idiosincrasia de una nación no se cambia por decreto ley. Y España, que por fuera es tan distinta a lo que era en el último cuarto de siglo pasado, por dentro sigue tan negra como siempre. Pero si algo no tolera un español de pro, es a los autodidactas. Porque el autodidacta -o independiente-, el que nunca sigue una senda preestablecida sino que traza su ruta sobre la marcha, es un tipo que despierta recelo y desconfianza entre demócratas de derechas y de izquierda; se trata de un enemigo difícil de marcar, y por tanto hay que entrarle directamente a la tibia.