summer_of_69 escribió:Como dijo la propia Esperanza Aguirre, las leyes pueden cambiarse. De lo contrario, nuestra ley básica aún serían las Leyes Fundamentales del Movimiento... o las Partidas de Alfonso X.
No si a este paso, veremos a los independentistas emplear en sus mítines secesionistas las frases de la Esperanza Aguirre, como argumentos irrefutables... vivir para ver!!
Las leyes se cambian cuando se encuentra una explicación o alternativa mejor, pero es de tontos cambiarlas para empeorar la situación actual y una España sin Cataluña sería malo para España y peor aún para Cataluña.
summer_of_69 escribió:La opción de "disolvemos la Generalitat y ya está" creo que es la peor de las posibles... podría llevar al independentismo a muchos catalanistas que en estos momentos no lo son. Imaginad una Cataluña en huelga y con manifestaciones masivas día sí, día también. ¿Qué hacemos entonces? ¿Estado de Excepción? ¿Ley Marcial? Imaginad en los telediarios de todo el mundo a la Policía Nacional o a la Guardia Civil arrestando o golpeando a miles de manifestantes. O peor aún, que un policía pierda los nervios o se vea rodeado y tire de pistola. Poco bien haría a la causa española todo eso...
Todo eso no hace falta a priori, para reducir el apoyo a la independencia bastaría con que el Gobierno Central hiciera de "contrapoder" a la Generalitat, en el sentido de hacer pedagogía de la españolidad de Cataluña, en lugar de irse de aquí y guardar silencio siempre frente a los continuos desmanes de los independentistas en la Generalidad de Cataluña.
Ya lo he explicado antes. Hay muchas cosas que el Gobierno puede hacer en Cataluña antes de suspender la autonomía, muchísimas y de momento no ha hecho ninguna y eso es lo malo, la sensación de que al Gobierno Central le damos igual, es lo que más fomenta el independentismo en Cataluña.
summer_of_69 escribió:No me gusta la idea del referéndum, pero, dada la situación en la que estamos, podría ser la opción menos mala. El Gobierno tiene la ventaja de que, en ese juego, puede poner las reglas, que es lo que ha hecho Cameron en el caso de Escocia. Y a mí me parecen muy bien las "reglas canadienses", que se aplicaron en el caso de referéndum de Quebec:
1) Un resultad positivo del referéndum no implica necesariamente la independencia, pero tampoco puede ignorarse: obliga al gobierno federal canadiense y al de la provincia de Quebec a negociar.
2) La pregunta del referéndum tiene que ser clara e inequívoca.
3) Para que se dé por ganador al "Sí a la Independencia" tiene que haber una mayoría sustancial. "La mitad más uno" no vale.
Imaginad que Rajoy reta a Mas a celebrar un referéndum con estas condiciones: salvo si el Gobierno Central lo hace rematadamente mal, el independentismo tiene casi imposible ganar ese referéndum. Y le quita a Mas y a Junqueras el argumento de "la inmovilidad del Gobierno" y "España no nos escucha". Además, como el Gobierno sería el que habría dado el primer paso y movido ficha, cualquier intento de Mas y Junqueras de ignorarlo (por ejemplo, intentando convocar su propio referéndum) sería visto por todo el mundo (buena parte de los catalanes incluídos) como un intento de hacer trampa en vistas de que tienen el partido perdido.
Las condiciones ya están en la Constitución. La solución al conflicto no es un referendum sino contrarestar la pedagogía de los secesionistas en Cataluña.
El problema en Cataluña es de educación. Llevamos más de 35 años de educación nacionalista en las aulas de Cataluña, de fomento de la hispanofobia, de aprendizaje e interiorización de frases como la de "España nos expolia", "sin España viviríamos mejor", etc... de desprecio al resto de regiones sobre todo a las del sur (Andalucía, Murcia, Extremadura...) a las que miran con superioridad, desprecio de lo castellano, etc...
Después de más de 35 años en ese escenario pedagógico, ya hay toda una generación de catalanes que creen de verdad que somos mejores que los otros españoles y que con la independencia de España lo demostraremos viviendo mejor, con más poder adquisitivo y tal.
En esos 35 años, las políticas del Gobierno Central han sido de condescendencia, protección y apoyo a las minorías en cumplimiento del mandato Constitucional, transfiriendo poder a las autonomías. Pero en el caso de Cataluña, las competencias han sido utilizadas para servir al objetivo de los independentistas y para apoyar el corpus ideológico que se transmite desde el sistema educativo de Cataluña como país con derecho a ser estado, països catalans, etc...
En definitiva, el Gobierno Central no puede ni debe continuar ignorando lo que ocurre en Cataluña y seguir permitiendo que se eduque a la población en la idea de rechazo al resto de España, de que no somos españoles y permitiendo toda una panoplia de medidas pedagógicas tendentes a romper España.
Y la mejor manera de frenar esa tendencia es la de invertir dinero y esfuerzo en hacer padagogía de "la unión hace la fuerza", "España quiere a Cataluña y la defiende, defiende sus intereses", "España somos todos"... pero sobre todo, acompañando a ese "corpus ideológico" de medidas ejemplarizantes como el regreso de cuarteles militares, el aumento de efectivos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, la exigencia del cumplimiento de las leyes en Cataluña, TODAS, la celebración, con más frecuencia, de eventos deportivos de las selecciones nacionales (fútbol, basket, etc.) en Cataluña, etc... y por supuesto,
revisando la manera como se reparte la financiación de las autonomías y que parecer ser que perjudica a Cataluña, sólo con esta última medida, se cortocircuitaría la máquinaria independentista, rompiendo con la tendencia de muchos catalanes a creer que la independencia es la solución.
Lo que no puede continuar haciéndose es transfiriendo competencias y poder a la Generalidad, a cambio de nada. Hay que negociar y si el estado cede otra competencia más, que sea a cambio de algo, como por ejemplo, el Compromiso real de vigilar y hacer cumplir que se respete el uso de la lengua española en el sistema educativo, fijar los contenidos de la asignatura de historia, etc... so pena de perder la competencia adjudicada y ligada a ese compromiso y si para poder hacer esto el Gobierno debe cambiar la Ley Electoral, que limite la capacidad de influencia de los partidos políticos minoritarios y proindependentistas, pues que lo haga ya...
hay muchas cosas que el Gobierno Central puede hacer para enderezar el rumbo de España, es sólo cuestión de tener voluntad política de hacerlo.