Recopilación de los Grandes Robos y Mentiras del Nacionalism

[Deimos]

Los políticos catalanes MIENTEN al afirmar que con la actual política lingüística de inmersión obligatoria en catalán, ya no existe conflicto lingüístico en Cataluña, porque el conflicto lingüístico continúará existiendo en tanto no se respeta el lugar que le corresponde a cada lengua. Y mientras se discrimine el uso y empleo del español en Cataluña por parte de la administración autonómica, el conflicto lingüístico continuará. Si no hay respeto, habrá conflicto!!

[Bruno]

HISTORIAS OCULTADAS POR EL NACIONALISMO CATALÁN

Video desde : www.youtube.com

[Deimos]

Otra manipulación y mentira de traca:

Arturo Más dice que da igual lo que digan las leyes que es la mayoría la que tiene derecho a decidir en Cataluña. Si esto fuera así Cataluña no tendría hoy autonomía, todo habría sido un sueño, porque la mayoría de los españoles no quieren una España tan dividida como está hora y no votarían una Constitución que permitiera lo que dice Arturo Más. Políticos como este son irresponsables, nos van a dejar unos problemas de convivencia muy grandes en Cataluña que al final pagaremos todos los ciudadanos mientras él y los suyos emigran a Francia o vete a saber a qué paraíso fiscal. Es un grandísimo hijo de la gran Chingala... si lo que los ciudadanos opinemos tiene que estar por encima de las leyes y normas básicas de convivencia muy probablemente hoy estaríamos todavía quemando brujas en las plazas de los pueblos... pero aún hay demasiado memo e insensato que se lo creen todo.

[Deimos]

El estatuto de autonomía de Cataluña comienza en su preámbulo, de la siguiente forma:

Estatuto de autonomía de Cataluña.

El Estatuto de autonomía de Cataluña es la norma institucional básica. Define los derechos y deberes de la ciudadanía de Cataluña, las instituciones políticas de la nacionalidad catalana, sus competencias y relaciones con el Estado y la financiación de la Generalitat de Cataluña.

http://www.gencat.cat/generalitat/cas/estatut/index.htm

Y yo me preguntó ¿Cómo se puede mentir y engañar tanto en tan sólo 2 líneas?.

Para empezar, comenzaré diciendo que la "norma institucional básica" es la Constitución Española y no un Estatuto de Autonomía, el cual emana precisamente de la primera, de la Constitución. Por tanto, la norma institucional básica de convivencia de todos los catalanes es la Constitución Española y sólo a través de ella es de aplicación el Estatuto de cada Comunidad y no al revés.

Dicho lo anterior, es evidente que los derechos y los deberes de la ciudadanía de Cataluña y sus instituciones políticas, así como sus competencias y relaciones con el Gobierno de la Nación los define la Constitución de todos, no un Estatuto, el cual articula y vehiculiza lo que la Constitución de todos los españoles define.

Mal comienzo para un estatuto plagado de mentiras y falsedades y al que desde la primera línea "se le ve el plumero" poniendo de manifiesto el sesgo independentista del mismo. Lo extraño es que el Tribunal Constitucional no enmendara una parte del texto mucho mayor de lo que al final corrigió...

[Gao Pi Yin]

Soberanismo, el cuento de la lechera.
En las últimas semanas hemos vuelto a comprobar que el debate sobre la cuestión territorial está dominado por dos posiciones que, si bien representan visiones enfrentadas, en la práctica comparten estrategias. Neocentralismo y soberanismo son dos imaginarios regresivos en relación al pacto constitucional, pues propagan la tesis del fracaso del modelo autonómico y comparten el deseo de destruirlo. La gravedad de la situación económica facilita que apelen al bolsillo de los ciudadanos para convencerles de la bondad de sus respectivas recetas. Frente a la crisis, plantean dos quimeras nacionalistas repletas de promesas de bonanza y prosperidad.

El neocentralismo ha convertido el modelo autonómico en el chivo expiatorio del despilfarro público y de la crisis política, incluida la corrupción. Propone el retorno al Estado unitarista. La lenguaraz Esperanza Aguirre expresó hace unos días lo que piensa un sector minoritario pero influyente de la derecha española: que las autonomías devuelvan a la Administración central las principales competencias.

Con ello, supuestamente, nos ahorraríamos una porrada de dinero tan inmensa que casi no habría que hacer recortes. El neocentralismo pretende ignorar que en el mundo contemporáneo la eficiencia de los estados está ligada a la gestión descentralizada de los servicios y recursos. Pensemos, por ejemplo, en el modelo federal alemán. Pero, curiosamente, donde más aplausos ha encontrado la presidenta madrileña no ha sido en su partido, sino en el soberanismo catalán, que no se cansa de vilipendiar el mal llamado café para todos. Artur Mas ha aprovechado la ocasión para marcar nuevamente la diferencia entre las nacionalidades históricas, merecedoras del autogobierno, y las «artificiales», aunque sin precisar cuáles son. Este desatino subraya la regresión que, en términos históricos, representa el soberanismo en relación con el catalanismo optimista e integrador del siglo XX. Supone, además, un desprecio ante unas identidades territoriales que en España son muy complejas, sin menoscabo de la existencia de tres culturas nacionales diferentes de la castellana. Cualquiera que relea los debates constituyentes de 1978 verá que desde Miquel Roca a Jordi Solé Tura, pasando por Joan Reventós, los partidos catalanes defendieron que la autonomía era extensible a todos los pueblos de España sin excepción.

Pese a esta coincidencia con el nacionalismo español más castizo, el objetivo del soberanismo es, evidentemente, otro: la conquista del Estado propio. Ahora bien, tiene enfrente un obstáculo sociológico: resulta que la gran mayoría de los ciudadanos nos sentimos en grados diversos catalanes y españoles. Para superar el muro de la doble identidad, el soberanismo neoliberal no desaprovecha la menor ocasión para socializar argumentos de grueso calibre del tipo: «España nos roba, pero libres haríamos de Catalunya una de las economías más prósperas de Europa». En definitiva, la independencia como una gran panacea, según nos relataba ayer con fruición Xavier Bru de Sala, y en la que, por supuesto, florecerían los millonarios y los parados podrían, en el peor de los casos, convertirse en funcionarios del nuevo Estado.

Este tipo de cuentos de la lechera son de una enorme frivolidad. Primero, porque el relato parte de una premisa falsa: que la legalidad española es lo único que impide proclamar la independencia, pues los catalanes ya estamos casi todos de acuerdo. Segundo, se habla solamente de los fabulosos beneficios de la separación, pero jamás de los costes sociales y económicos de la ruptura y de un periodo de transición indeterminado (¿durante cuánto tiempo nos quedaríamos fuera de la UE?). Seamos serios, por favor. Si alguien deja a sus vecinos porque esgrime que le roban, ¿acaso estos van a seguir saludándole y entrando en su negocio o empresa? Tercero, se esconden informaciones esenciales, como el hecho de que, aunque la economía catalana se ha abierto al mundo y exporta, nuestro superávit comercial únicamente se produce, y de manera muy notable, con el resto de España (http://www.c-intereg.es). Cuarto, el repetido argumento de las balanzas fiscales esconde matices y sorpresas. Lo hemos visto en relación a los datos del 2009 suministrados torticeramente por el conseller Mas-Colell.


Hay un abanico de cálculos posibles en función del enfoque que se adopte, que va de un déficit de 16.000 millones a un superávit de poco más de 4.000, pasando por otras aproximaciones intermedias igualmente correctas. Hay un dato revelador del que CiU no habla y que indica hasta qué punto hemos de ser prudentes con las cifras. Desde que comenzó la crisis, la Seguridad Social gasta en Catalu-

nya mucho más de lo que recauda: 1.200 millones ya solo en el 2009.

El problema de fondo es que el grueso del soberanismo es neoliberal y, por tanto, considera que cualquier déficit, sea entre grupos sociales o territorios, es ilegítimo. Entre tanto, nos vende un peligroso cuento de la lechera donde solo existen fabulosos beneficios mientras esconde los costes económicos, sociales y políticos de la ruptura. ¿Acabaremos por tropezar? Historiador.
Fuente:http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/soberanismo-cuento-lechera-1660682

[Deimos]

Hola Gao Pi Yin. Estoy bastante de acuerdo con la opinión que expones. En lo que no puedo estar de acuerdo es en lo de igualar calificando como de nacionalistas, las políticas que aplica la Generalidad en Cataluña y las políticas que se aplican desde el Gobierno de la nación.

Para entenderlo basta recordar que:

El nacionalismo es una ideología y movimiento social y político que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII. También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo.

Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el Estado:

a/El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el Estado.
b/El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio Estado, y que las fronteras del Estado deberían coincidir con las de la nación.

El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas.

En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.

http://es.wikipedia.org/wiki/Nacionalismo


Por lo tanto, una cosa es el nacionalismo y otra es el patriotismo y pero, en cualquier caso, nacionalismo es el que practican con sus políticas, los gobiernos autonómicos de Cataluña y Euskadi, no el Central, que respetando la Constitución que le da legitimidad, reconoce la existencia en España de otras nacionalidades distintas a la española, como son la catalana y la vasca.

Así es que no es correcto comparar e igualar gobiernos y políticas que son distintas en su concepción.

Un saludo.

[Gao Pi Yin]

Hola Gao Pi Yin. Estoy bastante de acuerdo con la opinión que expones. En lo que no puedo estar de acuerdo es en lo de igualar calificando como de nacionalistas, las políticas que aplica la Generalidad en Cataluña y las políticas que se aplican desde el Gobierno de la nación.

Para entenderlo basta recordar que:

El nacionalismo es una ideología y movimiento social y político que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII. También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo.

Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el Estado:

a/El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el Estado.
b/El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio Estado, y que las fronteras del Estado deberían coincidir con las de la nación.

El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas.

En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.

http://es.wikipedia.org/wiki/Nacionalismo


Por lo tanto, una cosa es el nacionalismo y otra es el patriotismo y pero, en cualquier caso, nacionalismo es el que practican con sus políticas, los gobiernos autonómicos de Cataluña y Euskadi, no el Central, que respetando la Constitución que le da legitimidad, reconoce la existencia en España de otras nacionalidades distintas a la española, como son la catalana y la vasca.

Así es que no es correcto comparar e igualar gobiernos y políticas que son distintas en su concepción.

Un saludo.

Totalmente de acuerdo caballero, solo una salvedad, esa opinión no la expongo yo, sino un historiador llamado Joaquín Coll, como puede comprobar si visita el enlace que acompaña el post.
Saludos.

[Deimos]

Hola Gao Pi Yin. Estoy bastante de acuerdo con la opinión que expones. En lo que no puedo estar de acuerdo es en lo de igualar calificando como de nacionalistas, las políticas que aplica la Generalidad en Cataluña y las políticas que se aplican desde el Gobierno de la nación.

Para entenderlo basta recordar que:

El nacionalismo es una ideología y movimiento social y político que surgió junto con el concepto de nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de las Revoluciones (Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII. También puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo.

Como ideología, el nacionalismo pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una comunidad política; y parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el Estado:

a/El principio de la soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el Estado.
b/El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio Estado, y que las fronteras del Estado deberían coincidir con las de la nación.

El término nacionalismo se aplica tanto a las doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas.

En ocasiones también se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.

http://es.wikipedia.org/wiki/Nacionalismo


Por lo tanto, una cosa es el nacionalismo y otra es el patriotismo y pero, en cualquier caso, nacionalismo es el que practican con sus políticas, los gobiernos autonómicos de Cataluña y Euskadi, no el Central, que respetando la Constitución que le da legitimidad, reconoce la existencia en España de otras nacionalidades distintas a la española, como son la catalana y la vasca.

Así es que no es correcto comparar e igualar gobiernos y políticas que son distintas en su concepción.

Un saludo.

Totalmente de acuerdo caballero, solo una salvedad, esa opinión no la expongo yo, sino un historiador llamado Joaquín Coll, como puede comprobar si visita el enlace que acompaña el post.
Saludos.

Hombre Gao Pi Yin, no está bien "lanzar la piedra y esconder la mano". Es decir, tal como yo lo entiendo, al publicar o difundir una opinión, aunque sea la de otra persona, como en este caso, también la estás haciendo tuya, o me equivoco?

[Gao Pi Yin]

Todo el que me conoce en los foros sabe que yo no me caracterizo por tirar piedras y esconder manos caballero, no le voy a negar que aunque discrepando de algunas opiniones del firmante del artículo, estoy mas cerca de sus planteamientos, que de aquellos que intentan vendernos la independencia como el milagro para la grave crisis que azota a Catalunya, y de ahí que haya puesto dicho artículo de opinión.

[Deimos]

Todo el que me conoce en los foros sabe que yo no me caracterizo por tirar piedras y esconder manos caballero, no le voy a negar que aunque discrepando de algunas opiniones del firmante del artículo, estoy mas cerca de sus planteamientos, que de aquellos que intentan vendernos la independencia como el milagro para la grave crisis que azota a Catalunya, y de ahí que haya puesto dicho artículo de opinión.

Si bueno, pero por muy historiador que sea el tal Coll, lo que no puede hacer es hablar de la existencia de un "nacionalismo español" semejante e igual en características al nacionalismo catalán que destilan las instituciones autonómicas en Cataluña, porque, por poner sólo un ejemplo de esta gran diferencia entre Gobierno nacional y autonómico: no es comparable el respeto a las otras lenguas oficiales que muestra el Gobierno Central, con el "respeto" (por llamarlo de alguna manera) que demuestra la Generalidad en Cataluña a las otras lenguas oficiales en esta comunidad, que es muy escaso por no decir, ninguno.

Por no hablar de la parcialidad de las instituciones públicas en Cataluña que dependen de la Generalidad (y que tienen el deber democrático de representar a todos los ciudadanos catalanes por igual), alineadas todas ellas con el pensamiento único en Cataluña, es decir, "un país, una lengua, una única idea de Cataluña" en claro desprecio a la otra mitad de catalanes que tenemos como propia la lengua española (que no la castellana) en Cataluña y que nos sentimos tan de aquí como ellos, aunque no enarbolemos banderas esteladas en nuestros balcones y ventanas.

Así es que ese señor historiador no puede hablar de la existencia de un "nacionalismo español" aquí, porque en Cataluña, el único nacionalismo que existe y se impone cotidianamente es el nacionalismo catalán de los radicales e intransigentes (metidos en política y ahora con más poder que nunca gracias a CIU) que sólo desean imponer una única lengua e idea de Cataluña a todos los catalanes, es decir, nada semejante a las políticas del Gobierno Central en Cataluña, escrupulosamente respetuosas en ese sentido con la Constitución y con las diferencias de todos los españoles.


Nos llevan por muy mal camino...

Un saludo.