Lo que anuncia un portal de empleo vinculado al Gobierno: “Se precisan recolectores de naranja con experiencia. Solo sudamericanos”
Esto ocurre en España a día de hoy. Hemos llegado al punto de discriminar a los españoles en su propio país en el acceso al trabajo, privilegiando a otras categorías nacionales, e incluso raciales o culturales (el anuncio no habla de qué países han de ser los aspirantes al empleo ofrecido, pero si que provengan de una área geográfica y cultural determinada). En otras palabras: esta oferta no es para españoles (ni inmigrantes de otras procedencias, por cierto). “Si eres español, esta empresa no tiene trabajo para tí. ¡Pasa de largo!” Este sería, en palabras más directas, el mensaje del ofertante.
La primera pregunta que se nos ocurre es si esto es legal, y si es legal, en base a qué criterios se ha legislado en favor de los extranjeros por encima de los españoles. Y si el anuncio no es legal en sus términos, entonces alguien debería tomar cartas en el asunto y llevar ante la justicia a los que cometen este tipo de infracciones.
No queremos ni imaginar que pasaría si el anuncio estipulara “sólo para españoles”. El escándalo que organizarían ONGs varias, partidos políticos de cualquier signo y tertulianos de todo pelaje, sería antológico, y el caso terminaría en el Congreso.
Este es un ejemplo del nivel de degradación al que ha caído este país y la hondura de los graves problemas que afectan a esta sociedad. Uno de los mantras de la corrección política es que los inmigrantes vienen a realizar aquellos trabajos que los españoles desdeñan. La realidad nos muestra a diario la total falsedad de esta afirmación. No sólo los españoles no rechazan determinados trabajos sino que se les está impidiendo acceder a ellos. La hipocresía y maldad de este sistema quedan una vez más al descubierto.
Los españoles se están convirtiendo en parias en su propia tierra, en la que ya no tienen derecho ni a ganarse la vida. Ser español se ha convertido en un desventaja, en una condición que te cierra puertas, que te margina, que te echa a la cuneta.
Es hora que los españoles tomen consciencia de su condición de explotados, de discriminados y de ciudadanos de segunda clase. Esta situación debe de ser denunciada y combatida. Los cabrones que nos gobiernan deben ser señalados y denunciados como lo que son: traidores a su pueblo, enemigos de sus compatriotas, escoria que le niega a su gente el pan y la sal.
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