Mas choca con la realidad en Bruselas: Artur Mas protagonizó ayer, a 48 horas del inicio de la campaña electoral, una visita relámpago a Bruselas que debía servir para medir la receptividad de Europa hacia su proyecto independentista, y lo cierto es que el balance no pudo ser más contraproducente para sus intereses. Tantas dudas halló sobre la viabilidad de la secesión en uno de los foros en los que participó, que acabó abriendo la puerta a una Cataluña independiente extramuros de la Unión Europea.
Mas aterrizó en Bruselas a las 9 y, de inmediato, se desplazó a la «embajada» catalana para ofrecer una rueda de prensa en la que anunció los objetivos de su visita: expresar su europeísmo en clave federalista y exponer su voluntad de convertir a Cataluña en un Estado con los mismos poderes que Austria, Finlandia o Dinamarca. Éste era su guión, pero no tardó en saltar por los aires tras el bombardeo de preguntas, menos complacientes de las que acostumbra a responder en Cataluña.
Lejos de llevarse de vuelta a Barcelona un resultado optimista de su visita a Bruselas, Artur Mas pudo constatar que no cuenta con muchas simpatías en la capital europea. De hecho, en el acto principal en el que intervino fue asediado con preguntas y comentarios bastante duros sobre la inviabilidad de una Cataluña independiente, la supuesta pregunta trampa que se propone hacer en el referendo, sobre la inoportunidad de emprender ahora, en medio de una gran crisis económica
¿Está preparada la UE para ofrecer soluciones a países que sólo quieren cambiar su estatus político?».
Mas trasladó esa misma pregunta de la «embajada» al foro Friends of Europe, un «think tank» que, la verdad, no se mostró muy amistoso. La descarga de munición se produjo sin piedad desde el primer instante. «¿Qué amigos tiene usted en Europa?». «Dice que apostaría por una Cataluña dentro de Estados Unidos de Europa, pero en las calles de Barcelona se gritaba por la independencia, no por una Europa federal». «¿No le parecer una contradicción estar dispuesto a ser solidario con Europa y dejar de serlo en España?». «Si tanto quiere cambiar España, ¿por qué no se presenta a presidente del Gobierno?». «¿No cree que la separación de Cataluña pueda afectar a su economía?». El público se intercambiaba el micrófono sin dar respiro a Mas. El líder de CiU se armó de paciencia para responder sin perder la serenidad y sin perder el hilo del inglés, su mejor ejercicio ayer en Bruselas, ya que sólo reclamó ayuda una vez («¿Cómo se dice diagnóstico?»). Mas no contribuyó mucho a despejar las dudas sobre el panorama económico.
Teresa Küchler, del 'Svenska Dagbladet', consideró "deshonesto intelectualmente" que la pregunta de la consulta, si se celebrase, planteara a los votantes si quieren un Estado independiente "dentro" de la Unión Europea, según informa Europa Press.
La propia reportera le recordó al presidente de la Generalitat que "más allá de la posibilidad de veto de España a una eventual Cataluña independiente, probablemente otros países plantearían su derecho a veto".
Y por si aún no había tenido suficiente ración de reveses por parte de la corresponsal sueca, le vino a recordar que en el plano económico se pone en duda que Cataluña dispusiera del dinero necesario para poner en marcha todas las instituciones necesarias para acceder a la UE.