¡¡ MEIDEI !! ¡¡ MEIDEI !! ¡¡ MEIDEI !!

[SorPatata]

Y, por otro lado, no tengo ningún inconveniente en reconocer que me siento bastante identificado con algunos postulados joseantonianos como su amor a España, su rechazo visceral del marxismo y su preocupación por el "hambre de siglos".

¿Algunos postulados falangistas?

¿He leído "algunos"?

Oyesss... que me ha parecido leer "algunos"...

JAJAJAJAJAJA

;-))

.

[Ciudadanito]

(Memeces varias)

JAJAJAJAJAJA

;-))

.

Pues nada, me equivoqué con lo de la mitad.

Es evidente que no has entendido absolutamente nada.

[SorPatata]

Pues nada, me equivoqué con lo de la mitad.

Es evidente que no has entendido absolutamente nada.

Bueno, hombre, bueno... no te me amohines, niñata mía...

Es que yo lo único que veo aquí es que estás en fase mutante, Hombrecito... y de Neocon Vulgaris estás en trance de devenir Zombie Falangitensis a pasos agigantados...

Vale... nihil obstat...

;-))

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[Ciudadanito]

Pues nada, me equivoqué con lo de la mitad.

Es evidente que no has entendido absolutamente nada.

Bueno, hombre, bueno... no te me amohines, niñata mía...

Es que yo lo único que veo aquí es que estás en fase mutante, Hombrecito... y de Neocon Vulgaris estás en trance de devenir Zombie Falangitensis a pasos agigantados...

Vale... nihil obstat...

;-))

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Teniendo en cuenta que soy tan neocón como falangista, sigues en tu linea de miccionar fuera del tiesto.

Es que no das una, Marga.

[summer_of_69]

Ya que estamos, os recomiendo un libro: "El gigante descalzo. El Ejército de Franco", de Gabriel Cardona. Aunque no trata específicamente de la División Azul, sí que dedica un capítulo a ésta y cuenta algunos detalles interesantes...

Por ejemplo, que si bien para los primeros remplazos de la División Azul sobraron voluntarios, en los últimos, costó conseguirlos. De hecho, tuvieron que enviar forzosos a algunos soldados y suboficiales...

Bastantes voluntarios fueron carabineros, guardias civiles y guardias de asalto a los que la guerra pilló en el lado republicano. Pese a que pudieron demostrar que lucharon a favor de la República porque no les quedó otro remedio, seguían siendo sospechosos a ojos de sus jefes. Y lo de irse voluntarios a Rusia era una manera de ganar puntos.

Uno de los oficiales hechos prisioneros por los soviéticos (no los "devolvieron" hasta 1953) escribió un libro sobre sus experiencias en la URSS que tuvo mucho éxito. Se tituló "Embajadores en el Infierno".

Por último, diversos testimonios indican que, entre los civiles y las mujeres rusas, los españoles tenían mucho más aprecio que los alemanes, pues los españoles los trataron como personas, en lugar de como a "infrahombres" (que es lo que eran según la propaganda nazi...).