Según el nuevo calendario, el “extesorero” Luis Bárcenas será contratado todos los lunes y miércoles de cada semana, a las diez de la mañana, aunque podrá entrar a trabajar a las cinco de la tarde gracias a una “claúsula nevada” que tiene en cuenta la diferencia horaria con Canadá y el estado de las pistas de esquí en Vancouver. Los martes y jueves, Bárcenas será despedido fulminantemente, y los viernes recibirá un finiquito que podrá ser prorrateado en forma de cuchufleta, peineta o corte de mangas, dependiendo del curso de las investigaciones del caso Gurtel. La transformación de ese finiquito se hará únicamente a través del transpondedor coaxial de finiquitos, una máquina diseñada personalmente por el mismo Bárcenas y Mariano Rajoy, que utiliza desfachatez y energía eléctrica, sin apenas hacer ruido.
El PSOE, indignado, prepara una proposición de ley para conseguir que cada vez que se nombre a Luis Bárcenas como extesorero del Partido Popular se le añadan unas comillas, tanto en el lenguaje escrito como en el oral. “Por el amor de Dios”, ha exclamado Rubalcaba.
