Me explico. El brazuca cae en la tentación de unificar la auténtica "raza" europea en un solo fenotipo, el nórdico. Pues bien, ni los alemanes ni los franceses, ni los italianos o irlandeses, franceses o suizos son de fenotipo nórdico. Puede que el halogrupo Hl1(nórdico) esté más o menos extendido fuera de Escandinavia (no te equivoques, incluso en España está presente
, mira, investiga..)El hecho es que un nórdico de Ebensee o Estocolmo no es ni mejor europeo, ni más europeo, que un italiano de Milán, una suiza de Ginebra, o un español de León. Creo que es verdaderamente absurdo estar discutiendo sobre esto. Te digo más, casi que prefiero no tener un fenotipo nórdico, porque son bastante más feos que los atlánticos o mediterraneos. En la vida podrás comparar (en general) una mujer española, francesa, o italiana (belgas también, mas o menos) con el resto de europeas. Para encontrar una noruega guapa (aquí se desmontan todos los topicos del mundo, conozco muy bien Noruega), primero tienes que sufrir con una cantidad tan enorme de brujas que es mejor gastarle la pasta del billete de avión en cañas con los amigos. Tengo una amiga inglesa (guapa) que dice que lo pasa mal cuando viene a España porque todas las mujeres son bellas y con una clase muy especial. Bastante tengo con tener los ojos claros (verdes) porque en el clima catalán es una putada, voy deslumbrado todo el puto verano y parte del resto del año. Por cierto el color verde de ojos es el más raro del mundo, 2.6%, originario genéticamente de lo que hoy es Alemania y Hungría.
Los distintos europeos han estado yendo y viniendo por Europa de norte a sur y de este a oeste por milenios, chico.
Para tu archivo, la dominación árabe fue eminentemente cultural, como lo fue la romana.
Más para tu archivo, lee nuestra historia. http://reflexiones-de-un-primate.blogs. ... -europeos/
Las investigaciones de ADN antiguo nos confirman que todos los europeos tenemos un origen común y que 7.000 años (una minucia en comparación con la duración total de nuestra historia evolutiva) han sido suficientes para romper los lazos biológicos que nos unen, entre nosotros y con las poblaciones del Próximo Oriente. La fuerza centrífuga, que a toda costa tratamos de contrarrestar, solo se sustenta en la rica diversidad cultural que atesoramos.
