Por ahí andan la Manola y la Maruja, hablando de sus potorros, como si fuera algo de interés general. Tiene guasa la cosa .... dos par de antibióticos contra la lujuría, manolean y marujean del potorrosí de ambas y además piensan, que son expertas en la materia. Pero a quien cojones le importa el potorro de la maruja, que debe ser un espanto .... y menos su opinión.
Ya me imagino el potorrosí de la marujona, que de ser lo más parecido a la cresta un gallo o el de la manola, que debe estar más seco que la mojama. Si no fueran tan tontas, las llamaría hijasdeputa.
Que asco ... sólo de pensarlo.
http://www.infobae.com/2015/11/25/1772258-las-confesiones-sexuales-manuela-carmena-la-alcaldesa-madrid