Reclamando la independencia de Cataluña del resto de España se consigue el desmenuzamiento de un país que había llegado a un nivel aceptable de convivencia y solidaridad entre sus pueblos dentro de una razonable capacidad de autogobierno (son las españolas las regiones europeas con mayor autonomía). Las gentes que se declaran de izquierdas haciendo el caldo gordo a los independentistas son tonto útiles de éstos. Yo no veo nada de izquierdas en defender que las regiones ricas abandonen a las pobres. El independentismo es como una rebelión de los ricos contra los pobres. Todo lo demás es lagrimeo, victimismo y soflamas emotivas para pasarse la ley por el arco del triunfo. Cada utonomía, cada región, cada ciudad, cada pueblo por toda España tiene una larga lista de reclamaciones incumplidas.
Nos echaríamos una risas y muchos se llevarían un susto con las balanzas fiscales si se cambiara el sistema recaudador y sociedades y quedara en la tierra del comprador y no del vendedor. O si cada CCAA se hiciera cargo de las pensiones de sus ciudadanos, por ejemplo.O si en Cataluña tuvieran que pagar la parte proporcional de los servicios que presta el Estado (Ejército, exteriores, etc.) O si perdieran un mercado gracias al que el año pasado entraron en Cataluña 17.900 millones de euros del resto de españoles, producto del superávit comercial. Pero estos detallitos sin importancia no interesan a muchos. Sin el resto de España iban a comer mierda.