La negociación de los presupuestos del Estado se está convirtiendo en una guerra de guerrillas en el seno de la posconvergencia. Cuando el Gobierno español y los partidos independentistas acercaban posiciones –buscando un relator de la mesa de diálogo que va a crearse- para que las cuentas al menos puedan tramitarse la semana que viene, reapareció una nueva condición –la exigencia de que se negocie explícitamente sobre el derecho a la autodeterminación de Catalunya-. Ambos puntos están en un documento que la Generalitat hará llegar a la Moncloa, documento pactado entre los dos partidos del Govern, según fuentes de Palau.
La portavoz del Govern, Elsa Artadi, mostraba a la una de la tarde una cara optimista, confirmando lo que minutos antes había anunciado el líder del PSC, Miquel Iceta: que el Estado aceptaba la figura de un observador neutral en la mesa de partidos, idea compartida por Torra a Sánchez en la reunión del Palau de Pedralbes de diciembre. Artadi sostuvo que se estaba dando “un paso en la buena dirección”. Ambos gobiernos se emplazaban a enviarse mutuamente propuestas de nombres que generen confianza en ambas partes.
Pues ayer se sacaron de la manga al relator que parece un eufemismo al mediador internacional que han pedido siempre los partidos independentistas. Una figura absurda para unos presupuestos generales.
Y es que mientras unos van a negociar los presupuestos los otros van a buscar concesiones para la causa independentista y los suyos. En menuda se ha metido el PSOE por no retrasar las elecciones solo unos meses.
Lo peor para ellos es que luego habra alguien que dara fe de todas las concesiones. Asi que cede y luego sale a la luz todas las concesiones o no hay presupuestos.