Partamos de la base de que Francia, como selección, no existe. No existe en fútbol y tampo en baloncesto. No pretendo en entrar en disquisiciones raciales ni nada que se le parezca; lo advierto porque siempre suele haber algún necio que ve racismo y prejuicios donde no los hay, pero se trata de un hecho objetivo el que Francia no sea capaz de confeccionar un combinado competitivo con deportistas que no sean franceses circunstanciales.
Yo considero español a todo ciudadano que desee acogerse a nuestra nacionalidad de forma sincera, voluntaria y honesta, pero, el día que nuestros compatriotas originarios de África conformen nuestro equipo de atletismo, estaremos haciendo trampas sin disimulo y vendiendo castillos de cartón piedra.