MANOLO JIMENEZ SIGUE EN EL REAL ZARAGOZA

[El_baturro]

Manolo Jiménez continuará siendo el entrenador del Real Zaragoza. Al terminar la temporada, el técnico sevillano pidió un plazo de cuatro o cinco días para dilucidar su futuro. Un tiempo que está a punto de expirar y en el que preparador y club habrían llegado a un acuerdo. Éste, además de tratar las condiciones laborales y económicas del hispalense y su equipo, consiste en la creación de un nuevo organigrama del club. Las líneas maestras de un proyecto deportivo, trazado por el del Arahal, que contraviene el proceder que, en los últimos años, ha regido los designios de la entidad aragonesa.

Según expuso públicamente, Jiménez ha demandado la creación de lo que llamó un “consejo deportivo” que trabaje en la confección de la plantilla. Esto es, un grupo de expertos al servicio del club que puedan peinar el mercado y generar una base de datos de futbolistas a la que acudir siempre que el equipo tuviese necesidades. Demandas básicas que, actualmente, no existen en el Real Zaragoza.

El otro punto sobre el que fundamentar el funcionamiento futuro del club se enclava en la Ciudad Deportiva. Con el filial luchando por no descender a Tercera División, el sevillano pretende crear una política común para todos los equipos del club. Esto es, un trabajo verdadero de cantera del que se puedan extraer piezas valiosas para el conjunto matriz. Esta nueva etapa, como ha explicado Jiménez en multitud de ocasiones, deberá premiar la promoción de talentos por encima de la supervivencia deportiva. Como ejemplo más claro de esta mentalidad, el poner a jugar en el filial a aquellos elegidos para entrenar y completar el primer equipo. Algo que, actualmente, no ocurre en el club zaragozano, tal y como se demostró en el partido de ida de la promoción, en el que solo Alcolea y Kevin, saliendo desde el banquillo, tomaron parte del choque, quedando Joel y Ortí fuera de la convocatoria.


Garante del cambio

La duda razonable radica en conocer si el cambio será real o solo figurado. Desde los sectores más críticos con la gestión de Agapito Iglesias se llama a la desconfianza. Así lo hizo, por ejemplo, el Movimiento Avispa en su último comunicado. La Plataforma 'Salvemos el Real Zaragoza', que depositó en la DGA 22.400 firmas en contra del empresario soriano, también cree que los motivos para no creer las promesas del presidente son más que suficientes.

Como contrapunto, la confianza existente en Manolo Jiménez. Desde su llegada, al entrenador no le han dolido prendas en retratar la precaria situación en la que se encuentra el club blanquillo. Una sinceridad que, unida a los resultados obtenidos, ha calado hondo en el seno zaragocista. Su palabra, por tanto, se postula como la mayor garantía de cambio. Además, el técnico ha manifestado su voluntad de que las líneas básicas del proyecto se hagan públicas. Una red de seguridad que permita al público ser parte vigilante de las modificaciones que se pretenden llevar a cabo.

De fondo, los fantasmas de los entrenadores destituidos. Gay y Aguirre han llevado, de manera más o menos similar, trayectorias paralelas a la de Jiménez. Esto es, un primer año salvador que, sin embargo, no les libró de ser cesados en el segundo. Sin embargo, el caso del andaluz es diferente debido a los ambicioso de su propuesta. Cambios estructurales que ninguno de sus antecesores intentaron.