En las carreras de motociclismo, los tripletes españoles se vienen sucediendo con una asiduidad tal que convierte al himno español en la pieza musical más escuchada en los circuitos. En el paddok, todos se conocen la sintonía de memoria, y el encargado de seleccionar las banderas de los posibles ganadores se pertrecha de banderas españolas porque lo normal es que copen todos los podiums. Sé que esto que escribo puede sonar a fatuo, chovinista y sacapechoso, y lo es, pero no es más que la lectura de la realidad: en este momento, el dominio del motociclismo español es tal que no conoce parangón en la historia del motor. Hace un par de décadas, pocos se atrevían a soñar con una victoria de los nuestros en 500, y hoy, en el año 12 del nuevo milenio, que los primeros puestos de todas las categorías estén ocupados por españoles es algo tan cotidiano como el amanecer o el anochecer.
El motociclismo español es el inequívoco referente mundial, y, lo mismo que ocurre con el fútbol, los países con intención de hacerse un hueco en este deporte tratan de copiar el "sistema español". En tal estado de cosas, no es de extrañar la noticia de este enlace que incluyo:
http://www.elmundo.es/elmundodeporte/20 ... 05579.html