Paprika, sólo faltaba que ahora empezáramos a celebrar los campeonatos sub-17...
De todas formas, son circunstancias diferentes. España ya había ganado el Mundial y se había coronado reina del fútbol mundial cuando fue a jugar ese amistosito en tierras aztecas contra los ultramotivados mexicanos. Y ni si quiera pudieron ganarnos. Se notaba que los españoles jugaron a medio gas. Sólo se pusieron las pilas para lograr el empate.
Este partido fue de preparación y España pudo haber metido una goleada si no llega a ser por el mexicano que teníais en la portería. Se nota que adquirió los reflejos esquivando escorpiones en el desierto de Sonora.