Jelen

Literatura, cine, mundo musical, fotografía y toda la cultura en general.

Re: Jelen

Notapor Leary » 05 Ago 2015, 23:17

Lucas se sienta enfrente de mí. Nos pedimos una caña y empezamos a hablar, primero algunas cosas del curro, luego sobre películas y libros. A excepción de Gusto no aparece nadie más de la oficina. El rato va pasando y yo voy teniendo ganas de marcharme, el impulso que me hizo invitar a Lucas se ha ido enfriando y ahora no estoy muy segura de haber actuado bien.
Me pasa más veces. Una tiene que ir tomando decisiones, no siempre acertadas, pero hay que tirar con las que tomes.
Mucha gente me toma por una tipa dura. Y yo no hago mucho por cambiar esa sensación. No creo ser tan dura, pero la verdad es que la vida ya me ha ido encalleciendo el alma. Hay que resistir y para ello muchas veces no puede una andar con ternuras. Aunque realmente lo mío es más una fachada de dura que otra cosa. Si me empezasen a golpear con un escoplo se darían cuenta que es yeso y no cemento.

Lucas se mantiene callado mientras yo me he perdido en mis pensamientos y cuando vuelvo a aterrizar en la vida real me lo encuentro mirándome a los ojos. No sé si se habrá dado cuenta…

-Hola- me dice sonriendo.

Así que sí, se ha dado cuenta de mi viaje astral.

-Hola, yo es que iba para astronauta, ¿sabes?
-Sé, sé. Ya he observado que muchas veces te evades.

No me lo dice como un reproche, ni me lo tomo como tal. Es así.

-Perdona, es una falta de atención.
-No te preocupes, no hablaba, te estaba mirando…
-Sobre eso, Lucas, no sé si ha sido buena idea…
-¿El qué? ¿Tomar una caña?
-No hombre, imagino que tomar una caña no esté mal, lo que pueda significar tomar una caña es lo que me preocupa.
-Depende de si es con alcohol o sin alcohol.
-Ciertamente.

Decidimos ir marchándonos, teníamos un trozo de camino en común, en la calle hacía fresco, golpeaba una ligera brisa en la calle. Mire al cielo y me encontré con la luna, aún no sabía qué iba a hacer. Aún no sabía qué esperaba Lucas que fuéramos a hacer. Igual lo mejor fuera preguntar.

-Jelen, no te preocupes. Yo quería tomar una caña contigo, conocernos, pero no te agobies. Ya te he invitado en más ocasiones y siempre me has dicho que no, quizás hoy te pillé en un momento más flojo, me has dicho que sí y quizás ahora te arrepientas…
-No es que me arrepienta, es… bueno, no sé lo que es. La verdad.

Le miré y sonreí. Él me miró. Abrió sus brazos de oso y me invitó a arrebujarme en ellos. Y no necesité más invitación, me arrebujé en ellos, hundí mi cara en su pecho y sin darme cuenta empecé a llorar.
Mira que me da rabia llorar. Procuro hacerlo siempre a solas. Porque es algo que pone muy nerviosa a la gente en general y a los hombres en particular. Además siempre da una sensación de debilidad, se te pone la nariz roja, se te hinchan los ojos…
Hay gente que llora con mucho estilo. No diré tanto como que les envidio, pero cuando lloro siempre me gustaría llorar con más gracia. Un dejar caer las lágrimas despaciadamente, Que rueden por las mejillas ordenadamente, en silencio, sin sollozos, sin hipidos.
No me gusta llorar. No me gusta tener motivos para llorar. No me gusta llorar sin saber por qué lloro. Me gusta menos saber por qué lloro. Vamos, que llorar es una ruina. Totalmente demodé.

Y cuanto más lo pienso, más me dejo caer en el pozo de la pena. Esto de llorar es una cosa que se retroalimenta, lo tengo comprobado. Pero Lucas no dice nada, se mantiene firme, con sus brazos alrededor de mi contorno. Y tranquilo. Cuando mi llanto se reduce, noto los latidos de su corazón y laten templadamente.

Le miro y deseo no tener que comérmelo. Deseo fervientemente poder quererle y no tener que decir eso de te quiero pero como amigos…

A veces creo que las personas no sólo tenemos el color de ojos diferente, también hay alguna diferencia en la pupila, pero tiene que ver con la forma, nos incrustan un pequeñísimo prisma que nos hace ver la vida de una manera personal, e intransferible.
En algunos casos se acercará a la visión de otras personas, porque la pieza que nos hayan incrustado sea parecida, pero nunca será exactamente igual.
Por eso creo que muchas veces nos autoengañamos. No es que no queramos ver la realidad como realmente es, es que no podemos. No nos es permitido, sólo podemos captarla como nuestro prisma, nuestro punto de vista, nos lo permite. Por eso a veces las opiniones difieren tanto.

Creo que en ninguna especie animal se comen tanto la cabeza como nosotros, no sé si será porque realmente somos más racionales, que lo pongo en duda, o porque sencillamente nuestros instintos básicos están más desvaídos, los animales se aparearan y no estarán haciendo rascacielos de sentimientos, ni pozos de decepciones en cada una de sus relaciones. Se desearán, se saciarán y se alejarán, casi en todos los casos.

Creo que yo soy un poco animal, o por lo menos cultivo mis instintos básicos. No soy inmune a los sentimientos, joder, soy mujer, la costilla aquella que nos originó debía estar corrupta. Seguramente en aquellos tiempos, no fue conservada en hielo y algo se estropeó, lo cual hace que todo nos lo tomemos a pecho. Me gustaría saber cómo se tomarían ellos las cosas sabiendo que vienen de una costilla de prestado...

Cuando Miguel no contestó a mi mail, me revolqué un poco en la lástima, en el consuelo, me esparcí como un cerdo por un barrizal, quizás mi ego me picaba y lo tenía colocado en ese punto de la espalda al que no te llegas por mucho que te retuerzas. Pero lo que nunca haría es llamar y llamar, insistir e insistir. No.
A otra cosa.

Alguien muy sabio que conozco me dijo que si esperas meses, años, siglos... acabas por recibir ese mail. Pero eso será para quien sea capaz de esperar. Yo no. Si ese mail llegaba dentro de algún siglo, ya vería a ver cómo contestarlo.

Por ahora me tiraba a Lucas sin muchos problemas por parte de ninguno de los dos. Las cosas estaban claras desde el principio, nada de compromisos, nada de exigencias, nada de posesiones. Al menos por ahora. Y la verdad es que a mí me iba bien. Y parecía que a él también. Lucas cumplía fantásticamente bien con su parte del trato. Pasábamos buenos ratos y el sexo era fantástico. Pero nunca nos planteamos nada más allá, no sé si él tenía algo más pensado, pero si era así, demostraba conocerme y no decía nada que pudiera poner en peligro nuestra relación actual. Ahora mismo ya tenía bastante compromiso con mi hipoteca. Por mí estaba todo bien.

El tiempo pasa inexorablemente. Inexorablemente. Suena un poco como inoxidable, pero el sentido es totalmente diferente. El tiempo no deja de pasar y según pasa va arrancado esperanzas, sueños, se come las alegrías, y aunque trae otras te las da con tanta medida que cada vez tienes más la sensación de que te las está racaneando. Nada extraño tampoco en alguien que prefiere pasar inexorablemente cuando podía pasar plácidamente.

Sí, sé que quizás dentro de un tiempo desee otro estilo de vida, puede ser, pero como ya dije antes, ese tren lo tomaremos cuando llegue. No pienso estarme en la estación esperando...

Sé que tengo un manera ácida de afrontar la vida, sé que la miro con un desapasionamiento que no todo el mundo puede comprender, y por eso no quiero tener a mi lado a nadie que no comprenda mi forma de ser. Soy ácida y por lo tanto, si alguien se somete demasiado a mis lametazos se puede llegar a oxidar, y el óxido acaba con todo. No sería capaz de pedir a nadie que aguantara eso para siempre. Y no me veo capaz de cambiar.
Por no hablar de que tampoco me veo aguantando a alguien durante mucho tiempo. Soy egoísta. Pues sí.
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Re: Jelen

Notapor Leary » 07 Ago 2015, 09:39

Hay veces que mis ojos quedan atrapados en una escena. No sé exactamente qué es lo que me atrae, unas veces es un pequeño detalle, una lengua que repasa un labio o un diente desigual. Alguna vez es una mirada cruzada, o un dedo que tamborilea.
Me quedo prendada de la cadencia, del ritmo, y a veces no soy consciente de estar mirando, me olvido de disimular, me siento transparente, como si yo no estuviera allí, como si mi cuerpo se convirtiera en humo.
A veces la cosa ha sido más grave y cuando he despertado estaba tres calles más lejos de donde quería ir, sencillamente porque me he dejado llevar y he acompasado mi paso con el de delante de mí o me he quedado mirando el movimiento de caderas de una muchacha, e hipnotizada he perdido el paso en el mundo real y me he convertido en una estela de quien me ha arrebatado la atención.
Casi siempre puedo dominarme, pero a ratos soy tremendamente despistada.

Hoy no me he dado cuenta de que el piso de enfrente, después de varios meses vacío volvía a estar habitado. Después de haber perdido la costumbre de cerrar las cortinas y bajar las persianas, de hurtar mi intimidad a ojos que se pudieran colar...
He entrado en casa como si fuera mi mundo. Y ya por el pasillo me he empezado a quitar la ropa. He puesto música al pasar por el salón y he recreado mi propia escena de Risky Business, me he quitado la ropa como Tom Cruise en aquella película y me he paseado en sujetador y bragas, desde el dormitorio hasta la cocina para beber un poco de agua. Me he quitado el sujetador en el salón y he cambiado el cd. Y ahí ha sido donde algún movimiento ha captado mi atención, he mirado por la ventana, primero para ver si había algún pájaro en la barandilla, si algún gato había saltado al balcón, y luego más allá para encontrarme con la mirada divertida de un hombre en el piso de enfrente. Ahí me he convertido en Lara Croft y he saltado detrás del sofá. No sé por qué lo he hecho, aunque hubiera cerrado la persiana ya no me habría visto más de lo que ya ha visto. Pero ha sido lo que me ha salido hacer.
Detrás del sofá, como si estuviera en una trinchera de Vietnam, he planeado mi estrategia, con el aliento apresurado he sopesado mis posibilidades, reptar por el pasillo hasta el dormitorio, arrancar un cojín y usarlo de escudo a esas miradas que me han calentado el cuerpo, o quizás no tenga que hacer nada...
He levantado la cabeza por encima del sofá para escrudiñar el piso de enfrente. Él me ha visto y me ha saludado, la sonrisa está a punto de convertirse en una carcajada. “Piensa Jelen, tú eres una mujer de mundo, no te vas a dejar acoquinar...”
Y realmente no es para tanto, pero me ha pillado por sorpresa. Me he sentido invadida en mi intimidad.

He decidido hacer lo que mejor se me da, disimular y tomar el toro por los cuernos. Me he levantado y he ido hacia el balcón. Él no ha dejado de mirarme y yo he recuperado un poco de aplomo. He puesto mis tetas sobre el cristal mirándole yo también. Y he bajado al persiana un poco, hasta mis caderas. Luego me he bajado un poco las bragas hasta las rodillas y me las he sacado. Las he hecho rotar en mi dedo, como si fueran un molinillo y las he tirado por el pasillo adelante para que llegaran hasta mi cama. En ese espacio estaba aún la persiana levantada, no sé si las habrá visto volar, pero a mí me parece que ha quedado muy cinematográfico.
Para cuando he salido de la ducha, ya no estaba. Tampoco se ha perdido nada, ya que llevaba toalla.

La palabra tabú para mí siempre ha tenido un significado muy restringido. Se acotaba a muy pocos temas. Sobre todo si el apellido era sexual. Noto que mi época más bestia ya ha pasado. Me ha invadido una especie de placidez que atempera mis instintos. Probablemente si el voyeur me hubiera pillado en otra época hubiera jugado más con él, ahora sencillamente he cerrado las cortinas y me he olvidado del tema.

Lucas y yo tenemos un pacto tácito, estamos juntos cuando estamos juntos, pero cuando estamos separados no estamos juntos, no ha hecho falta decir que cada uno puede tener sus propios planes. No sé si es a lo que Lucas aspira, pero parece entender que yo no estoy dispuesta a dar más, quizás lo nota de alguna manera, puede que mi reserva se note más de lo que yo creo, o quizás es que Lucas no quiere nada más.

Para mí siempre fue mejor organizarme así. No sabía ser fiel, no porque no lo intentase, sencillamente no podía. Era superior a mis fuerzas, a uno le encontraba una sonrisa encantadora, a otro, su forma de mirar. No es que no fuera selectiva, pero aún seleccionando aún me quedaban demasiados para ser fiel sólo a uno.
Tenía amor para muchos, una samaritana, eso es lo que yo era.
Nunca me importó mucho, fui siempre clara y directa, y a excepción de alguno que se colgó de mí, la cosa siempre fue bastante bien. Luego me llegó esa época en que los polvos de una noche me dejaban medio vacía y ahí ya tuve que seleccionar más, y luego lagunas de sequía, quizás eso fue lo que me fue haciendo cada vez más a ser menos impulsiva, a sentir menos la necesidad de dar y de tomar amor, que ya que no era amor, bueno era que fueran caricias, mordiscos y empujones.
Ahora llevo unos meses en que mis ansias sexuales las cubre Lucas cuando tengo necesidad y no dedico muchos más pensamientos a ello. Imagino que Lucas y yo somos follamigos. Bien está.

Irina tuvo su bebé, un niño precioso. Yo no la fui a ver al hospital y esperé un poco, un tiempo prudencial para ir a visitarla a casa. En el hospital estaría la pobre suficientemente agobiada. Le compré un regalo y le llamé para ver si le iba bien que me pasara aquella tarde por su casa. Y allí me fui. Me gustan los bebés, y los niños. Me llevo bien con ellos, quizás porque hablamos el mismo idioma.

Yo tenía a su niño en los brazos, una criatura preciosa a la que le había plantado el nombre de Yago. Yago con Y griega. Me encantaba tener su peso en brazos, verle tan plácido y tan inocente.

Oí voces en la entrada, Irina había ido a la cocina a por el biberón del enano y probablemente había interceptado a unas visitas en el descansillo. Torcí el gesto. Prefería haber estado sola.

Seguí mirando al bebé, que me arrobaba.

- Te queda genial, Jelen, ya va siendo hora de que tengas tú uno.

No pude evitar un estremecimiento ante su voz ronca, aunque ya hacía mucho tiempo que no le escuchaba. A pesar de estar un poco resentida con él por no haber contestado al mail.

Levanté la vista y vi su cara sonriente. Irina hablaba con alguien, así que Miguel no había venido sólo. Y así era, entró Irina acompañada de una mujer.

- Jelen, esta es Paola una amiga de Miguel.

Miguel me estaba mirando a mí, imagino que esperaba mi reacción. Yo sonreí, y le dije estar encantada de conocerla, Irina me presentó como su prima. Ya hacía por lo menos quinientas noches, que no le veía -y si no las hacía andaba cerca porque algunas noches habían sido muy largas y se podían contar por dos- , normal que él tuviera otra relación.

Miré con más atención a Paola. No sabría decir si era del tipo de las que le gustaban a Miguel. Yo qué sé. Nunca había hablado con él sobre eso, desde luego si le gustaba yo y yo era su tipo, Paola no se parecía a mí. Así que imaginé que Miguel no tenía un tipo fijo.
Paola también empezó a hacerle cucamonas al bebé y yo me retiré discretamente a la cocina para ir a buscar algo que beber. Decidí ponerme un café y estaba mirando cómo daba vueltas el vaso en el microondas cuando noté que entraba Miguel. No me giré a mirarlo, siempre que le miro a los ojos me dejo caer en ellos y pierdo la poca prudencia que tengo.

- ¿No me vas a saludar en condiciones? – dijo él desde mi espalda, bastante más cerca de lo que eraprudente, juraría que podía sentir su aliento en mi nuca.
- Hola Miguel- dije sin girarme.
- Qué seca. – Y sí ahora su boca estaba prácticamente rozando mi cuello.

No es que yo haya sido nunca muy remilgada, soy remilgada para lo mío, pero la verdad es que tener a Paola en el salón y estar olisqueándome la nuca no me pareció muy de recibo.
Me giré para obligarle a separarse.
Pero la jugada no me salió bien y él se mantuvo firme en su lugar mientras yo quedaba peligrosamente cerca de su cara. Así no había manera de no mirarle a los ojos.

- ¿Quieres un café?- vale, soy consciente de que es una bobada, pero algo tenía que decir.
- No, te quiero a ti.

Y sus labios se posaron en mi boca y para mi vergüenza he de confesar que le devolví el beso y le aspiré el aliento. Ahí en plan comedia americana mala para que Irina o Paola o las dos y los vecinos del cuarto entraran en la cocina y nos pillaran de marrón.
Pero él que me había besado había sido él, él sabría lo que hacía, yo no tenía ningún Paolo en la sala esperando ni a punto de pillarme.

- Tenía ganas de verte.

Y entonces sí, me desasí, y abandoné el café dentro del microondas. Mascullé una disculpa y me fui al salón volando para coger mi bolso y salir corriendo.

Si llego a decir algo hubiera sido: Mamón, si tantas ganas tenías haberme contestado al mail...

Me negaba a que saliera de mi boca un reproche, antes salir huyendo. Mejor ser una cobarde que una llorica.

El teléfono sonó varias veces pero me negué a mirarlo, sencillamente le quité el volumen. Cuando llegué a casa, después de pasear un rato grande, vi que dos llamadas eran de Miguel y cuatro de Irina. Imagino que estaría preocupada por mi intempestiva manera de marcharme, pero joder, ella me conoce y tampoco es algo tan raro en mí.

Aún así decidí llamarla, no quería que se preocupara por mí.

- Jelen, ¿Qué ha pasado? ¿Por qué te has ido así? ¿Has discutido con Miguel?
- No, me acordé de que tenía algo que hacer.
- Pero sin decir nada, Jelen, juer, que me preocupé. Y encima no pude preguntarle nada a Miguel con su compañera de trabajo delante.
- ¿Compañera de trabajo?

Me senté. Porque sentí que me fallaban las piernas.

- Sí, Paola, pasaban hacia una reunión y Miguel se paró para traerme el regalo que aún no había venido con él y decía que igual se le quedaba pequeño al bebé.
- ¿Compañera de trabajo?
- Sí, tía, ¿qué te pensabas que era su novia?
- No pensé nada.
- No jodas que te has puesto celosa, Jelen...

Qué me voy a poner celosa, que soy gilipollas integral. Eso es lo que me pasa a mí. Que me creo muy lista pero soy tonta, más tonta que yo qué sé.

- Que no. Que no ha sido eso, pensé que sería una amiga suya.
- Hombre, se lleva muy bien con ella y vamos, no te diría yo que no hayan follado a veces, pero ya sabes que Miguel siempre ha bebido los vientos por ti, pero tú siempre has sido una déspota con él.
- Yo no...
- Qué sí, Jelen, que sí, que lo has sido.

Bah, para qué le voy a decir que le mandé un correo electrónico y que ni siquiera me contestó. Y en ese momento una idea se coló en mi mente... algo en lo que yo no había caído durante los quinientos días en los que estuve esperando una respuesta.

- Oye, Irina, ¿tienes el correo electrónico de Miguel por ahí?
- Mmmm no sé, imagino que sí. Cuando coma el bebé, abro y te lo mando, ¿vale?
- Vale, un beso.
- Ciao, déspota.

Me metí debajo de la ducha, y dejé que el agua caliente me resbalara por el cuerpo, lentamente, hasta que cogí complejo de garbanzo, dejando que los nudos por la tensión se deshicieran y a medida que me relajaba volviendo a sentir los labios de Miguel sobre mi boca. El deseo se despertaba otra vez en mí. Maldito Miguel, es el efecto que me causaba. Gozoso deseo por el Maldito Miguel.
Y encima Irina decía que yo era una déspota... pero sí, es cierto que me había portado así con él, en mi afán de no atarme a nadie. Y en la última ocasión pensé que él me devolvía la moneda, al no contestar al mail, no pensando que quizás, ese mail no fuera el que utilizará actualmente, o se le hubiera bloqueado o lo hubiera cambiado...

Envuelta en el albornoz, abrí el ordenador y miré el correo. Tenía el correo con la dirección de Miguel. Y efectivamente no era a la que yo le había escrito. Después de la boda él no me pudo contestar porque mi mensaje no le había llegado, se había perdido por el ciber espacio. Pero yo no intenté llamarle o hacerle llegar un recado, sencillamente pensé que tenía que ser así.

Cogí el móvil y le mandé un guasap a Irina:

- Sabes si Miguel sigue viviendo en el mismo sitio?
- Sí, vive donde siempre.
- Ok, gracias.

Miré el móvil y dudé en llamarle. Imagino que ya estaría en casa, aunque igual era uno de los días en los que había quedado a follar con Paola, si follaba con ella... El cuerpo me pedía salir corriendo y plantarme en su puerta, pero y si ella estaba allí?
Maldita impulsividad. Me obligué a sujetarme.

Al final pensé que lo mejor era contactar con él por guasap.

- Hola, Miguel.
- Jelen...
- Tienes un rato para hablar?
- Sí. ¿Te llamo?
- ¿Estás en casa?
- Sí.

Escribí sólo y lo taché.

- ¿Puedo ir?
- Ven.

Me vestí y fui. Paré a comprar una botella de vino, para presentarla como una ofrenda de paz. Me mordí los labios mientras subía en el ascensor. Y llamé a la puerta.

Me abrió y le miré a los ojos. Para ver si podía deducir algo de su estado de ánimo o por dónde iría la conversación. No fui capaz de decir nada, y le ofrecí la botella de vino. Él la tomó y sonrió. Yo entré y me quité la chaqueta.
No recuerdo mucho más. No sé cómo me perdí en sus brazos y encontré sus labios, no sé cómo mis manos pasearon por su cuerpo y le robaron el aliento. No tomé vino, pero me lo tomé entero a él. Cuando el deseo más insistente se había saciado.
Busqué sus ojos otra vez. Tumbada sobre su pecho, sintiendo sus latidos, paseando mis dedos por el ligero vello que tenía repartido por el torso.

- Miguel...
- Jelen...
- Miguel...
- ¿Nos vamos a estar toda la noche así?

Yo reí.

- No. Que te quiero decir una cosa...
- Pues dila, mujer...
- Que yo te quiero a ti.

Y fue fácil y sencillo. Y no me dolió decirlo. Y después de dicho parecía lo más natural. Y supe instintivamente que estaba bien.
A pesar de no saber qué pasaría después supe sin duda alguna que sí, que le quería, a él y a nadie más.
Por lo menos por ahora.
Y aquí es donde quiero colocar el fundido en negro, dejando a Jelen en brazos de Miguel, en uno de esos momentos perfectos en que el deseo acaba de saciarse y ya está presto a inflamarse otra vez.
Probablemente no todo su futuro será perfecto, pero eso ya es otra historia.
Y no es ahora el momento de contarla.

Fin.
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Re: Jelen

Notapor niccolò » 07 Ago 2015, 10:05

Leary escribió:Lucas y yo tenemos un pacto tácito, estamos juntos cuando estamos juntos, pero cuando estamos separados no estamos juntos, no ha hecho falta decir que cada uno puede tener sus propios planes. No sé si es a lo que Lucas aspira, pero parece entender que yo no estoy dispuesta a dar más, quizás lo nota de alguna manera, puede que mi reserva se note más de lo que yo creo, o quizás es que Lucas no quiere nada más.

Para mí siempre fue mejor organizarme así. No sabía ser fiel, no porque no lo intentase, sencillamente no podía. Era superior a mis fuerzas, a uno le encontraba una sonrisa encantadora, a otro, su forma de mirar. No es que no fuera selectiva, pero aún seleccionando aún me quedaban demasiados para ser fiel sólo a uno.
Tenía amor para muchos, una samaritana, eso es lo que yo era.



La parábola del buen samaritano es una de las parábolas de Jesús más conocidas, relatada en el Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículos del 25 al 37. e1119
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Re: Jelen

Notapor Leary » 07 Ago 2015, 10:21

Veo que conoces la biblia. e1119
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Re: Jelen

Notapor niccolò » 07 Ago 2015, 10:31

La biblia en verso!! e1119
De Miguel solo sé que es un arcángel y
una cerveza!!
Mejor que Jelen se quede con él, es más
poliédrico!! e1118
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Re: Jelen

Notapor sys_1971 » 24 Ago 2015, 14:23

No había chafardeado por aquí aún....muy bueno!!
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Re: Jelen

Notapor Zaratrustro » 24 Ago 2015, 15:33

sys_1971 escribió:No había chafardeado por aquí aún....muy bueno!!



A las 15,23 posteabas con Nico ...y un minuto despues te has leido las 4 paginas de Jelen? e1117


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Re: Jelen

Notapor niccolò » 24 Ago 2015, 15:40

Zaratrusto nos vamos a volver todos tarumbas, yo no he posteado con ella, ella ha añadido un comentario al post de carta de amor, pero no te parece que en este caso el orden de los factores no altera el producto!!
No crees que primero haya leído Jelen?
Crees que puede ser eso, por favor di que si!!
Que a tí te tengo por persona formal!!
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Re: Jelen

Notapor sys_1971 » 24 Ago 2015, 15:45

Zaratrustro escribió:
sys_1971 escribió:No había chafardeado por aquí aún....muy bueno!!



A las 15,23 posteabas con Nico ...y un minuto despues te has leido las 4 paginas de Jelen? e1117


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e2009 nunca te he hablado de mis super poderes??????

La verdad es que lo he leído este mediodía, después me he ido a comer y cuando he vuelto (y en vista de lo entretenidísimo que está el otro foro), he aprovechado para comentar.
He comido ensalada y carne a la plancha, me he saltado el postre y he tomado café con hielo.
Así mejor?

MODERADORRRRRRRRR quiero reportar a un cotilla!!
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Re: Jelen

Notapor Zaratrustro » 24 Ago 2015, 15:47

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