¿Uds creen en la importancia de los nombres? ¿Eso de que el nombre que nos imponen marca carácter? Yo creo que sí. Que algo nos imprime, aunque sea una mala hostia del quince.
Mi nombre es Jelen. Así, tal como lo leen. A mí madre le sonaba bien y se ve que el del Registro no sabía que se escribía Hellen. Ya podía mi madre haberme puesto Elena, o en un caso peor Helena, para pasarme la vida diciendo: Helena, con hache.
Pero no, decidió que sería Jelen.
- ¿Su nombre?
- Jelen.
- ¿Con hache y dos elles?
- No, tal como suena. Con jota y una ele.
Dirán uds que al llegara cierta edad me lo podría haber cambiado si tan harta estaba de mi nombre. Pero para qué, eso sería solucionar sólo un tercio del problema. Mi patronímico completo es: Jelen Bartomeu Mendiluce, para servirles a uds.
Imagino que comprenden mi problema. Y encima, para más INRI, ni mis ascendientes por parte de padre son catalanes, ni mis ascendientes por parte de madre, son vascos.
Con nombre inglés, españolizado, apellido vasco y catalán y de Madrid. Del barrio de Entrevías para más datos.
Me dirán uds si no es como para amargar el carácter a cualquiera y que le marque...
Estaba tomando un café con una amiga, cuando me sonó el teléfono. Miré a ver quien era y corté. No me gusta atender llamadas que no sean urgentes mientras estoy con otras personas.
Mi amiga me dijo que no me preocupara y que podía contestar si era urgente, le dije que no, que sólo era mi ex.
Mi amiga se sorprendió:
- ¿Tú ex?
- Sí, hija, sí. Mi ex, que está pesadísimo.
- ¿Pero qué quiere?
- Según dice: volver.
- ¿Volver? ¿Pero no te dejó él?
- Sí, por una compañera de trabajo.
- ¿Y la ha dejado a ella?
- Sí. Y además está en el paro.
- ¡No jodas!
- ¿A qué es alucinante?
- Pues la verdad es que sí.
- El otro día me llamó y me dijo que quería hablar conmigo, yo le dije que no teníamos nada que hablar, que me dejara en paz y le colgué. Al salir del curro me estaba esperando.
- Qué papelón...
- Te puedes imaginar, yo no quería líos allí, así que me fui a tomar un café con él para que me dejara en paz.
- ¿Y qué te dijo?
- Pues que se había dado cuenta de que se había equivocado y que quería volver conmigo.
- Juer, qué cosas.
- Sí. Entonces yo le dije que en este año que ha pasado en qué consideraba él que había mejorado... Se quedó con la mandíbula descolgada y me dijo que bueno, que no sabía, y qué tenía que ver eso.
El teléfono sonó otra vez. Era él. Corté.
- ¿Es él otra vez? Preguntó mi amiga.
- Sí, es súper pesado y súper insistente, este más que mejorar, ha empeorado...
- ¿Por qué le preguntaste en qué había mejorado...?
- Bueno, es que cuando me dejó, me dijo que yo me merecía algo mejor. Él no se lo vió venir y entonces yo se lo recordé y se lo dije: Pero ¿tú no decías que yo necesitaba alguien mejor? Pues si no has mejorado, puerta. Y me marché y le dejé con la palabra en la boca y el café por pagar, pero el pobre insiste e insiste. Quizás cree que voy a caer por aburrimiento...
Volvió a sonar el teléfono. Era él.
- Disculpa, voy a contestar.
- Claro, tranquila.
- Hola Jorge. ¿Se puede saber qué mosca te ha picado ahora?
- ....
- No, no voy a volver contigo. Pero me alegra que me llames porque tenía que comentarte una cosa. No te he contado que durante nuestra relación te puse los cuernos en varias ocasiones.
- ...
- Oye, no te alteres eh, que técnicamente tú también me los pusiste con esa compañera de trabajo por la que me dejaste. En fin, a lo que vamos, que hace poco me hicieron unas pruebas y tengo el SIDA. Me dijeron que avisase a todas las personas con las que hubiera tenido relaciones pero se me pasó decírtelo...
- ...
- Hombre, no es para tanto, son cosas que pasan, tú vete al médico de cabecera y que te hagan un análisis. Hale, te dejo, que estoy liada.
Mi amiga tenía los ojos fuera de las órbitas.
- Jelen, no me lo habías contado.
- ¿El qué?
- Lo del Sida.
- ¿Y qué querías que te contase?
- Pues que lo tenías...
- Pero si no lo tengo, es para ver si este cabrón en lo que se hace las pruebas y tal está entretenido y deja de llamarme. Además me ha parecido una buena excusa. Le iba a decir que no vuelvo con él porque folla fatal, pero esto me ha parecido menos cruel.
- Hay que ver cómo eres, Jelen.
- Cómo me han hecho, reina, cómo me han hecho...