Cuando lo inexistente se topa con lo decrépito
Publicado: 29 Ago 2015, 09:52Cuando lo inexistente se topa con lo decrépito
Cuando lo inexistente se topa con lo decrépito, cuando tu alma, vacía de amor, busca la mía llena de soledad, cuando tus ojos irreparablemente perdidos para la causa de amar, inquieren a los míos que yacen exhaustos en el fondo de sus concavidades, llenos de profundo dolor.
Cuando tus insinceras palabras, llenas de falsa satisfacción, se topan con el infranqueable muro de mi terca necesidad por no querer oír, cuando tus falaces manos, colmadas de desamor inverso, tratan de acariciar las mías, que tan solo existen en el absurdo bosquejo del quebranto y la perplejidad.
Cuando desde el vanidoso corazón, que, en tu interior, tan solo palpita por ti, fluye a borbotones la escarlata y egoísta sangre, solo para crear un río de emociones, que llegue hasta el mío, y se lleve, en silencio y para siempre los restos de mi naufragio de amores consumidos, sentimientos caducos y antiguas penas.
Cuando lo que no es, ni ha sido, se tope de bruces con la realidad de lo ruinoso, cuando tu absurda nada se encuentre con el ocaso de mi decadencia, cuando eso acontezca, conoceré, conocerás, ambos comprenderemos que la palabra amor nunca existió en nuestro vocabulario y que el extraño y efímero camino recorrido por ti se llamaba egoísmo. Y en ese único momento yo podré, desde la soledad de mi vetusto espíritu, reconocer que lo más valioso que he aprendido en ese viaje ha sido a desconfiar del amor para siempre jamás.
Y por ello te doy las gracias, unas gracias liberadoras, absurdas y llenas de tristeza. Un agradecimiento eterno que ahora me permite ser emocionalmente neutro, y por tanto inaccesible a nuevas posibilidades sentimentales.
Por tanto cuando lo inexistente se topa con lo decrépito, mi alma solo puede sacar una conclusión: algo muere en mi interior, en mi propio beneficio.
Aunque también podría ser:
Cuando lo existente se topa con lo decrépito
“Cuando lo inexistente se topa con lo decrépito”, es una frase que escuché en un capítulo de juego de tronos, y que me pareció muy interesante.
Cuando lo existente se topa con lo decrépito, cuando tu alma, llena de armoniosa ductilidad ilumina, con exquisita liturgia, los últimos rescoldos de mi afligido epílogo, cuando tus ojos abundantes y misteriosos inquieren a los míos, que, entrecerrados asisten al penúltimo baile de la existencia.
Cuando desde el benéfico corazón, que, en tu interior, late en nombre de la anhelada felicidad, mane delicadamente la generosa y purpúrea sangre, solo para dibujar un rio de emociones, que se acerque calmo al mío, y confluya en pacíficos meandros de paz donde poder, con pleno conocimiento, encontrar complicados puentes de unión.
Cuando lo que es, y ha sido, se tope mesuradamente con la realidad de lo perjudicado, cuando tu empecinada realidad se encuentre con el crepúsculo de mi ocaso, cuando eso suceda, conoceré, conocerás, ambos percibiremos que la palabra beneficio nunca formó parte de nuestro diccionario, y que el amable y efímero camino recorrido por ti se llamaba utopía. Y en ese único momento yo podré, desde la conveniente soledad de mí vieja alma, reconocer, de nuevo, que lo más valioso que he aprendido en este viaje ha sido renunciar al amor para siempre jamás.
Y por ello, te doy las gracias, unas gracias liberadoras, entendibles y llenas de nostalgia. Un agradecimiento eterno que ahora me permite tornarme equilibrado, y por tanto inaccesible a diferentes elecciones emotivas.
Y en consecuencia, cuando lo existente se topa con lo decrépito, mi alma solo puede llegar a una conclusión: algo debe morir en mi interior, en beneficio de todos.
Cuando lo inexistente se topa con lo decrépito, cuando tu alma, vacía de amor, busca la mía llena de soledad, cuando tus ojos irreparablemente perdidos para la causa de amar, inquieren a los míos que yacen exhaustos en el fondo de sus concavidades, llenos de profundo dolor.
Cuando tus insinceras palabras, llenas de falsa satisfacción, se topan con el infranqueable muro de mi terca necesidad por no querer oír, cuando tus falaces manos, colmadas de desamor inverso, tratan de acariciar las mías, que tan solo existen en el absurdo bosquejo del quebranto y la perplejidad.
Cuando desde el vanidoso corazón, que, en tu interior, tan solo palpita por ti, fluye a borbotones la escarlata y egoísta sangre, solo para crear un río de emociones, que llegue hasta el mío, y se lleve, en silencio y para siempre los restos de mi naufragio de amores consumidos, sentimientos caducos y antiguas penas.
Cuando lo que no es, ni ha sido, se tope de bruces con la realidad de lo ruinoso, cuando tu absurda nada se encuentre con el ocaso de mi decadencia, cuando eso acontezca, conoceré, conocerás, ambos comprenderemos que la palabra amor nunca existió en nuestro vocabulario y que el extraño y efímero camino recorrido por ti se llamaba egoísmo. Y en ese único momento yo podré, desde la soledad de mi vetusto espíritu, reconocer que lo más valioso que he aprendido en ese viaje ha sido a desconfiar del amor para siempre jamás.
Y por ello te doy las gracias, unas gracias liberadoras, absurdas y llenas de tristeza. Un agradecimiento eterno que ahora me permite ser emocionalmente neutro, y por tanto inaccesible a nuevas posibilidades sentimentales.
Por tanto cuando lo inexistente se topa con lo decrépito, mi alma solo puede sacar una conclusión: algo muere en mi interior, en mi propio beneficio.
Aunque también podría ser:
Cuando lo existente se topa con lo decrépito
“Cuando lo inexistente se topa con lo decrépito”, es una frase que escuché en un capítulo de juego de tronos, y que me pareció muy interesante.
Cuando lo existente se topa con lo decrépito, cuando tu alma, llena de armoniosa ductilidad ilumina, con exquisita liturgia, los últimos rescoldos de mi afligido epílogo, cuando tus ojos abundantes y misteriosos inquieren a los míos, que, entrecerrados asisten al penúltimo baile de la existencia.
Cuando desde el benéfico corazón, que, en tu interior, late en nombre de la anhelada felicidad, mane delicadamente la generosa y purpúrea sangre, solo para dibujar un rio de emociones, que se acerque calmo al mío, y confluya en pacíficos meandros de paz donde poder, con pleno conocimiento, encontrar complicados puentes de unión.
Cuando lo que es, y ha sido, se tope mesuradamente con la realidad de lo perjudicado, cuando tu empecinada realidad se encuentre con el crepúsculo de mi ocaso, cuando eso suceda, conoceré, conocerás, ambos percibiremos que la palabra beneficio nunca formó parte de nuestro diccionario, y que el amable y efímero camino recorrido por ti se llamaba utopía. Y en ese único momento yo podré, desde la conveniente soledad de mí vieja alma, reconocer, de nuevo, que lo más valioso que he aprendido en este viaje ha sido renunciar al amor para siempre jamás.
Y por ello, te doy las gracias, unas gracias liberadoras, entendibles y llenas de nostalgia. Un agradecimiento eterno que ahora me permite tornarme equilibrado, y por tanto inaccesible a diferentes elecciones emotivas.
Y en consecuencia, cuando lo existente se topa con lo decrépito, mi alma solo puede llegar a una conclusión: algo debe morir en mi interior, en beneficio de todos.
