covi escribió:Buenos dias Leary ! leyéndote me has hecho recordar a Pearl Sydenstricker Buck. La he leído hace años y me encantaban sus libros sobre Geishas, esas mujeres que dedicaban su sabiduría y exquisita educación al placer de los hombres.
Me gusta tu relato, me gustaría saber el por qué de tus conocimientos al respecto, saludos.
Precisamente uno de los primeros libros de los que tengo recuerdo, es de Pearl S. Buck: Viento del Este, Viento del Oeste.
No iba de Geishas, era una chica china a la que le conciertan su matrimonio con un chino que ha estudiado medicina en Estados Unidos y que está en contra de los pies vendados, ella por amor, pasa por el proceso de quitarse las vendas, aunque va en contra de lo que siempre le han enseñado.
Quizás de ahí me venga la afición, aunque China no es Japón, podríamos decir a lo oriental.
De todas maneras tengo muchos ámbitos de interés porque tengo una curiosidad insaciable. Os sabéis el chiste de la polla insaciable*?
Bien, el caso es que siempre me he leído todo lo relacionado con China y Japón. E incluso me concedieron una beca para ir seis meses a Tokio por estudios.
Pero yo como he sido una estudiante eterna, estaba embarazada de mi segundo bebé y con un niño de tres años. Imposible aceptar. Trauma que arrastraré toda la vida porque a saber si alguna vez conseguiré irme para allí.
El caso es... que me gustaría mucho.
Luego para más inri y más encima, uno de mis primeros amores era súper aficionado a las artes marciales y a lo japonés. Y quedé marcada irremisiblemente.
Así que siempre he leído cosas relacionadas con esta cultura, desde clásicos hasta Murakami, etc.
Un libro que me gustó y que te podría gustar a ti Covi, es el abanico de Seda, lo leí el año pasado y la verdad era ameno, interesante y sencillo.
*** El chiste de la polla insaciable.
Un hombre entra en un bar con una gallina. Se sienta en la barra y pide un whisky y toda la barra de pinchos para la gallina.
Coloca la gallina en el mostrador y le se pone a comer todos los pinchos.
Paga la cuenta. Y pide tres raciones de jamón, dos tortillas, unos cueros... y la gallina sigue que te sigue.
El camarero intrigado le pregunta al respecto, y el hombre dice:
Nada, me encontré con un genio y pedí tres deseos: ser guapo, ser extremadamente rico y tener una polla insaciable.