Rendirse es besar la muerte
Detrás, dentro, detrás del corazón, dentro del cerebro, dentro de las palabras.
De cosas que nunca podremos ver. El ritmo propio de la sangre que circula por nuestras venas.
Las autopistas del cerebro, donde nuestras neuronas intentan controlar ese caótico tráfico que forma nudos difíciles de resolver.
Del dolor que se forma en la piel que se ahoga por falta de oxigeno, de la luz que nos hace cerrar los ojos y esconder la mirada.
Detrás, dentro, afuera...
De los sueños, de las ilusiones, de las cenizas en las que algún día, alguien sumergirá en el agua marina...dentro, detrás, afuera...