Joaquín Murrieta
fue una figura legendaria en California durante la Fiebre del oro de la década de los años 1850. De uno u otro modo, para algunos activistas políticos su nombre ha simbolizado la resistencia latinoamericana ante la dominación económica y cultural de los angloparlantes en las tierras de California.
Murrieta es un héroe caballeresco, es un personaje trágico y romántico de la lucha del oro en California que tiene tres cunas y tres tumbas. Algunos lo hacen chileno, «...el honrado mozo natural de Quillota». Otros lo nombran como mexicano de Sonora. Sus pasos se pierden en el lugar del parto, pero algo sí es: latinoamericano.
Fiebre del oro
A partir de 1848 llegan miles de migrantes hasta California en la llamada «fiebre del oro». Los lavaderos son explotados por mexicanos, chilenos y peruanos . Los norteamericanos ven como algunas de las mejores vetas son explotadas por los latinos a quienes llaman «greasers» (grasientos). Las persecuciones y la xenofobia no tardan en llegar . El Gobernador de California, Gral. Persifor Smith, acusa a los extranjeros de transgresores y anuncia su expulsión. La violencia de los mineros y comerciantes norteamericanos se vuelca sobre los latinos. En las minas del centro y norte de California se les da tres horas a los perseguidos para que se marchen sin llevarse sus pertenencias y aperos; muchos se refugian en San Francisco y en las minas del sur. Luego se les impone un impuesto de veinte dólares mensuales por lavar oro, y se prosigue con otras formas de persecución y hostigamiento. En este estado de cosas llegó Murieta a California.
Tradicionalmente, se asegura que Joaquín Murieta llegó a California en 1850 para buscar fortuna durante la fiebre del oro. En vez de oportunidades, encontró racismo y discriminación; primero por la aprobación de la ley que obligaba a pagar un alto impuesto a los mineros de origen latinoamericano que laboraban en las minas californianas y, después, por la violación y asesinato de su esposa. Los delitos y crímenes cometidos por no-latinos quedan impunes; un chileno es muerto de un tiro mientras baila cueca en una taberna, un mexicano es linchado después de ser sacado de la cárcel del Sheriff. El poblado de Dry Diggins cambia su nombre por Hang-Town (Ciudad de los Ahorcados).
Se forman bandas como la famosa Guadalajara o la de Mariposa, la de Narrato Ponce, la del bandido Leiva o la de Tiburcio Vásquez. Entre ellas la de los Joaquines: Carrillo, Valenzuela, Ocomorenia, Botellellir y la del legendario Joaquín Murieta junto a «Juan Tresdedos».
La banda de los Joaquines
Imposibilitado para ganarse la vida legalmente, Murrieta se convirtió en el líder de una banda llamada Los cinco Joaquines formada por Joaquín Botellier, Joaquín Carrillo, Joaquín Ocomoreña y Joaquín Valenzuela.
Entre 1850 y 1853, estos hombres, al lado de la mano derecha de Murrieta, Manuel García, conocido como “Jack Tres Dedos”, fueron responsables de la mayoría de asaltos, robos y asesinatos que se cometieron en el área de Mother Lode, en la Sierra Nevada. Se les ha llegado a atribuir el robo de más de 100.000 dólares en oro y de más de cien caballos, el asesinato de 19 personas (la mayoría de ellos mineros chinos) y de haber escapado de tres procesos “posse comitatus” habiendo matado a tres oficiales. Hasta el momento, no hay consenso acerca del nombre del líder de este grupo, por lo que simplemente se le ha llamado Joaquín, además nunca se supo si se trataba solo de una banda o si había otras. Se supone que la banda era apoyada y protegida por californianos, entre ellos, Robert Livermore.
El 11 de mayo de 1853, siendo Gobernador de California John Bigler, se firmó un acuerdo legislativo que creaba a los "Rangers de California" al mando del Capitán Harry Love (un ex ranger tejano y viejo hampón ), cuyo propósito era arrestar a los "Cinco Joaquines". El salario de estos rangers era de unos 150 dólares pero, además, tendrían la opción de ganarse entre todos una recompensa de 5.000 dólares en caso de que se lograra la captura de Murrieta. El 25 de julio de 1853, un grupo de estos rangers se encontró con unos mexicanos cerca del Paso Panoche, en el Condado de San Benito, a unos 50 km de Mother Lode y, como cabía esperar, hubo un enfrentamiento en el que dos de los mexicanos murieron y los rangers afirmaron que se trataba de Murrieta y de García.
Posible Muerte
Los rangers le arrancaron una mano a García y la cabeza a Murrieta como evidencia de sus muertes y las colocaron en un jarrón conservándolo en brandy, para luego llevarlo a Stockton, San Francisco y, eventualmente, a todo California, donde los espectadores podían observar los restos, a cambio de un dólar. Diecisiete personas identificaron los restos como de Murrieta por lo que Love y sus rangers recibieron el dinero de la recompensa. Sin embargo, una joven mujer que aseguraba ser hermana de Murrieta afirmó que la cabeza no le pertenecía a su hermano pues carecía de una cicatriz característica. Asimismo, se reportaron numerosos avistamientos de Murrieta después de su supuesta muerte. Muchas personas criticaron a Love por haber exhibido la cabeza de Murrieta en ciudades muy alejadas de los campos mineros en donde Joaquín habría sido reconocido fácilmente. Incluso se llegó a decir que Love y sus rangers inventaron la historia de la captura y muerte de Murrieta para cobrar la recompensa. La supuesta cabeza de Murrieta se perdió durante el terremoto de San Francisco de 1906.
Leyenda
Poco después de su desaparición, el bandido-patriota se convirtió en objeto de historia y leyenda. El primer texto relativo a su vida apareció en 1854, firmado por John Rollin Ridge. La narración cuenta cómo la esposa del Murrieta fue violada y asesinada por norteamericanos y su hermano, colgado por un crimen que no había cometido y cómo él juró vengarlos matando a todos los yanquis o gringos con que se encontrara. Aunque no hay evidencia que confirme que estas cosas le sucedieran a un hombre llamado Joaquín Murrieta, la verdad es que cosas muy parecidas le pasaron a muchos latinoamericanos que vivían en California en esa época.
La atribución de la nacionalidad chilena puede ser el resultado de que Murrieta haya luchado del lado de los mineros naturales de ese país durante la llamada "Guerra chilena". Un fragmento de la novela de Ridge fue reimpreso en 1859 en la California Police Gazette (‘Gaceta de la policía de California’). Esta historia fue traducida al español, de allí al francés y, finalmente, del francés otra vez al español, por Roberto Hynne, que aseguraba haber estado en California durante la fiebre del oro. Esta última versión colocaba a Murrieta como nacido en Chile en vez de México.
Las leyenda de Joaquín Murrieta posiblemente habría sido olvidadada a no ser por los trabajos John Rollins Ridge, periodista de origen Cherokee quien escribió una novela Vida y aventuras de Joaquín Murrrieta, célebre bandolero californiano en la que trama la vida, aventuras y muerte de Joaquín. La prosa de Ridge ayudó a colocar a Murrieta en un lugar prominente dentro de las tradiciones de la Califomia mexicana y para los mexicanos su imagen se agrandó de tal manera que se le llamó El Patrio, símbolo de la causa perdida en la guerra de invasión estadounidense de 1847 a México que había terminado con el Tratado de Guadalupe Hidalgo y la pérdida de la mitad de su territorio.
Según la historia de Ridge, Joaquín Murrieta y sus hombres se refugiaron en los alrededores montañosos de la población mexicana de Madre Lode. Integró a sus compañeros, los cinco Joaquines, en un sólido grupo, que por la simpatía de los habitantes mexicanos aumentó sus operaciones y efectividad. Así Joaquín Murrieta y sus hombres fueron la expresión sublimada de los deseos de los mexicanos de sacudirse el yugo de los anglos y a su muerte la admiración de sus compatriotas se reflejó en canciones y corridos que conforman hoy su propia épica.