Australia se queja de ldh españoles por fallas.
Publicado: 24 May 2017, 05:45
Los problemas de propulsión de los dos nuevos buques de guerra que han costado al contribuyente 3.000 millones de dólares australianos (unos 2.000 millones de euros) podrían ser consecuencia de fallos de diseño fundamentales, según han revelado jefes de la Armada que han confirmado que al menos uno de los navíos se perderá unas maniobras importantes con Estados Unidos el mes que viene. Uno de los dos buques, el HMAS Adelaide, ha entrado en el dique seco de Garden Island, en la Bahía de Sidney para que ingenieros navales y fabricantes pueda abrir el sistema de hélices y examinar si los problemas son consecuencia de una mala instalación o si responden a algo más grave. El Jefe de la Armada, Tim Barret y el Almirante Adam Grunsell, responsable de Sistemas Marítimos en el Grupo de Capacidades de Defensa, admitieron que podría deberse a un fallo de diseño, aunque hicieron hincapié en que todavía se está investigando. Un problema tan fundamental acarrearía que el constructor extranjero del buque –la firma española Navantia- se hiciese cargo de los costes de reparación como garantía.
“¿Estoy desilusionado? Si. No esperábamos encontrarnos con esto”, dijo el vicealmirante Barret en una rueda de prensa el viernes en Canberra.
Lo que se sabe es que, en secciones de los pods exteriores de propulsión donde no debería haber aceite, este se ha filtrado. Estos pods sirven para impulsar y orientar el buque. En el Adelaide, además, se han encontrado partículas metálicas en ese aceite.
El hallazgo indicaría que son problemas de sellado los responsables de que el aceite se filtre. Diferentes partes del sistema usan diferentes tipos de aceites que varían en densidad.
Esto, a su vez, habría causado que los rodamientos se desgastasen, lo que habría producido las partículas metálicas en el aceite del Adelaide.Cada buque costó, más o menos, 1.500 millones de dólares australianos ( Unos 1.000 millones de euros) y fueron construidos por la firma española Navantia, usando un sistema de propulsión fabricado por la firma alemana Siemens. La empresa británica BAE Systems integró los sistemas del buque.
El almirante Grunsell declaró: “Las tres compañías están investigando y trabajando juntas estrechamente, porque quieren entender qué ha causado esta situación. Podría tratarse de un problema de diseño”.
La Armada española tiene un buque del mismo diseño, el Juan Carlos I. El mismo ha sufrido problemas, pero no de esta naturaleza. A pesar de haber sido puesto en servicio en 2010, ha navegado menos tiempo que los más nuevos Canberra o Adelaide (puestos en servicio en 2014 y 2015), según declaró el Vicealmirante Barret.
Esto podría dejar abierta la posibilidad de que el buque no pueda desempeñar sus funciones al nivel declarado por los fabricantes. El Vicealmirante Barret reconoció dicha posibilidad, incluyendo la posibilidad de que se tratase tanto de problemas del diseño básico o de construcción.
“Estamos considerando todas esas posibilidades en este momento”, dijo. “Hasta que no hayamos analizado todo, no estamos en posición de afirmar nada y no especularé sobre el posible resultado, pero claramente en cualquier análisis en profundidad uno tiene que tomar en cuenta todas las opciones”.
El HMAS Canberra, mientras tanto, ha zarpado para realizar más pruebas. El Vicealmirante Barret confirmó que el Adelaide se perderá las maniobras Talisman Sabre realizadas conjuntamente con Estados Unidos y que empiezan a fines de junio, aunque todavía tenía esperanzas de que el Canberra pudiera tomar parte. Sobre la cuestión de quién asumiría los costes, Barret declaró: “Si tenemos que cambiar nuestros requerimientos debido a lo que descubramos… entonces claramente es un asunto de garantía, un asunto que el Estado tendrá que gestionar, y por eso soy prudente acerca de decir demasiado, ya que el estado podría decidir encargarse de este asunto más adelante”.
http://www.smh.com.au/federal-politics/ ... w8vmd.html