Genios, cientificos, e inventores de la historia de España

Debate sobre todos los acontecimientos de la historia universal

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Re: Genios, cientificos, e inventores de la historia de Espa

Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:17

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Un aventajado para su tiempo, Torres Quevedo llevó a cabo una multitud de inventos. Tiene el honor de ser el precursor del mundo de la automática, la informática o el mando a distancia.

Leonardo Torres Quevedo nació el Día de los Inocentes, 28 de diciembre de 1852 en Santa Cruz de Iguña, Molledo (Cantabria) fruto del matrimonio entre el ingeniero bilbaino de caminos Luis Torres de Vildósola y Valentina Quevedo de la Maza .Sus trabajos científicos e inventos destacan en el campo de la aeronáutica, el radiocontrol, las máquinas analógicas de cálculo y de la automática. Entre sus innumerables inventos podemos encontrar algunos que sentaron las bases de la informática moderna. Nos centraremos en los más importantes.

Lo cierto es que Leonardo Torres Quevedo es una de las personas más extraordinarias de principios del siglo pasado y sobre la que poca o ninguna justicia se ha hecho. Y es que, estando a principios del siglo XX, se producen noticias como las que se mencionan al inicio de este artículo y que suponen uno de los inventos más importante en nuestra vida doméstica y parece que no le hemos dado importancia.

En 1903 presenta en la Academia de Ciencias de París el primer autómata telecontrolado mediante telegrafía sin hilos (ondas electromagnéticas). El invento es bautizado como Telekino. Tres años después es presentado en España, en presencia del Rey, donde hace una demostración teledirigiendo una embarcación en el agua a distancia. Nadie había hecho nada parecido anteriormente. Desgraciadamente, la falta de financiación dieron al traste con el desarrollo del invento.

Durante su prolífica vida, creó también máquinas capaces de realizar operaciones matemáticas. Estas máquinas algebraicas eran analógicas, de tipo mecánico. Desde mediados del sigo XIX ya había máquinas capaces de sumar y multiplicar, pero las de Torres Quevedo podían resolver ecuaciones de segundo grado y realizar operaciones logarítmicas. La más llamativa es el aritmómetro electromecánico. Esta máquina estaba conectada a una máquina de escribir, a través de la que se introducían los números. La misma máquina de escribir, de forma automática, escribía el resultado. Pero lo más llamativo del aritmómetro era que podía realizar comparaciones entre números y operaciones lógicas, creando algo muy similar a lo que hoy entendemos como ordenador.

Pero de todos sus inventos, quizás el más espectacular fue “El ajedrecista”. Un ingenio electromecánico capaz de jugar al ajedrez gracias a un brazo mecánico. Esta máquina, y sus procedimientos algorítmicos, sienta los rudimentos de la inteligencia artificial.se consideran como precursores de la inteligencia artificial. Construyó dos, el primero en 1912 que fue expuesto en Paris, y el segundo en 1920 con la ayuda de su hijo. En 1914 publicó una memoria titulada "Ensayos sobre Automática". Con este trabajo Torres Quevedo muestra la posibilidad de diseñar un computador digital electromecánico 20 años antes de que se empezaran a construir

Leonardo Torres Quevedo fue reconocido de forma internacional en los entornos científicos. de hecho, la noticia de su muerte fue mucho más difundida en el extranjero que en una España plenamente inmersa en la guerra civil.


En 1902, Leonardo Torres Quevedo presentó en las Academias de Ciencias de Madrid y París el proyecto de un nuevo tipo de dirigible que solucionaba el grave problema de suspensión de la barquilla al incluir un armazón interior de cables flexibles que dotaban de rigidez al dirigible por efecto de la presión interior.

En 1905, con ayuda de Alfredo Kindelán, Torres Quevedo dirige la construcción del primer dirigible español en el Servicio de Aerostación Militar del Ejército, creado en 1896 y situado en Guadalajara. Finalizan con gran éxito, y el nuevo dirigible, el España, realiza numerosos vuelos de exposición y prueba. A raíz de este hecho empieza la colaboración entre Torres Quevedo y la empresa francesa Astra, que llegó a comprarle la patente con una cesión de derechos extendida a todos los países excepto a España, para posibilitar la construcción del dirigible en el país. Así, en 1911, se inicia la fabricación de los dirigibles conocidos como Astra-Torres. Algunos ejemplares fueron adquiridos por los ejércitos francés e inglés a partir de 1913, y utilizados durante la I Guerra Mundial, en muy diversas tareas, fundamentalmente de protección e inspección naval.


Desde mediados del siglo XIX se conocían diversos artilugios de índole mecánica, como las máquinas de calcular de Pascal y Leibnitz, integradores, multiplicadores, llegando a la máquina analítica de Charles Babbage. Los primeros artículos publicados por Torres Quevedo son precisamente para describir sus máquinas algébricas. En 1893 presenta en la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales la Memoria sobre las máquinas algébraicas. Esta memoria fue comentada en un informe de Eduardo Saavedra fechado el 15 de enero de 1894 y publicado en la Revista de Obras Públicas. Ya ha desarrollado una primera maqueta de la máquina, y el Sr. Saavedra recomienda que se financie el proyecto definitivo del aparato.

La máquina de calcular de Leonardo fue considerada en su tiempo como un suceso extraordinario en el curso de la producción científica española. La Crónica científica del semanario Nuevo Mundo del 22 de agosto de 1895 ve en este invento el despertar de la Ciencia en España.

En 1895 presenta la Memoire sur les machines algébraiques en un Congreso en Burdeos. Posteriormente, en 1900, presentará la Memoria Machines á calculer en la Academia de Ciencias de París. En ellas, examina las analogías matemáticas y físicas que son base del cálculo analógico o de cantidades continuas, y cómo establecer mecánicamente las relaciones entre ellas, expresadas en fórmulas matemáticas. Su estudio incluye variables complejas, y utiliza la escala logarítmica. Desde el punto de vista práctico, muestra que es preciso emplear mecanismos sin fin, tales como discos giratorios, para que las variaciones de las variables sean ilimitadas en ambos sentidos.

En el terreno práctico, Torres Quevedo construyó una serie de máquinas analógicas de cálculo, todas ellas de tipo mecánico. En estas máquinas existen ciertos elementos, denominados aritmóforos, que están constituidos por un móvil y un índice que permite leer la cantidad representada para cada posición del mismo.


El interés de Torres Quevedo por los transbordadores, funiculares o teleféricos comenzó muy pronto, cuando fijó su residencia en su pueblo natal. En Molledo, junto a su casa, construyó en 1887 su primer transbordador. Salvando un desnivel de unos 40 metros, y con 200 metros de longitud, emplea como tracción animal una pareja de vacas y una silla a modo de barquilla. Este experimento fue la base para la solicitud de su primera patente: "Un sistema de camino funicular aéreo de alambres" (patente 7348 de 17/9/1887). Lograba un coeficiente de seguridad que lo hacía apto para el transporte de personas y no solo de materiales. Posteriormente construyó el denominado transbordador del río León, de mayor envergadura, ya con motor, que siguió siendo utilizado exclusivamente para transporte de materiales, no de personas.

En 1890 presenta su transbordador en Suiza, donde ya se utilizaban los funiculares para el transporte de bultos, debido a su particular orografía. Pero el proyecto de Torres Quevedo es rechazado, permitiéndose la prensa suiza ciertos comentarios irónicos.

En 1907 Torres Quevedo construye el primer transbordador apto para el transporte público de personas, y lo instala en el Monte Ulía de San Sebastián. Este transbordador desapareció en 1912, cuando se inaugura el parque de atracciones del Igeldo.

El problema de la seguridad estaba solucionado con un ingenioso sistema múltiple de cables-soporte, sustituyendo los anclajes de un extremo por contrapesos. El diseño resultante era muy robusto, resistiendo perfectamente la ruptura de uno de los cables de soporte. La ejecución del proyecto corrió a cargo de la Sociedad de Estudios y Obras de Ingeniería, de Bilbao, que construyó con éxito otros transbordadores en otros lugares: Chamonix, Río de Janeiro, etcétera.
ero es sin duda el Spanish Aerocar en las cataratas del Niágara, en Canadá el que le ha dado la mayor fama en esta área de actividad, aunque desde un punto de vista científico no sea la más importante. El transbordador de 580 metros de longitud es un funicular aéreo que une dos puntos de la orilla canadiense, en el lugar donde se produce un gigantesco remolino (whirlpool). Se construyó entre 1914 y 1916 siendo un proyecto español de principio a final: ideado por un español, construido en Bilbao por una empresa española con capital español (The Niágara Spanish Aerocar Co. Limited), y basado en una patente española denominada "Enganche y freno automáticos para transbordadores aéreos" (patente 59627 de 22/1/1915)

Una placa de bronce, situada sobre un monolito a la entrada de la estación de acceso recuerda este hecho: Transbordador aéreo español del Niágara. Leonardo Torres Quevedo (1852-1936). Se efectuaron las primeras pruebas el 15 de febrero de 1916, inaugurándose oficialmente el 8 de agosto de 1916. El transbordador, con pequeñas modificaciones, sigue en activo hoy día, sin ningún accidente digno de mención. Es un atractivo turístico y cinematográfico de gran popularidad.


El 6 de septiembre de 1906, en presencia del Rey Alfonso XIII y ante una gran multitud, hizo una demostración del Telekino en el puerto de Bilbao, maniobrando un bote desde la terraza del Club Marítimo del Abra. Previamente había realizado varias pruebas, tanto en Madrid como en el puerto de Bilbao. Finalmente intentaría aplicar el telekino a proyectiles y torpedos, pero tuvo que abandonar el proyecto por falta de financiación.

El Telekino ha sido reconocido por la IEEE en el año 2006 como Milestone [2], un hito para la historia de la ingeniería a nivel mundial. El trabajo de investigación sobre el Telekino y la propuesta para su reconocimiento por la IEEE es obra de Antonio Pérez Yuste, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, que hizo una presentación sobre el Telekino en la Conferencia sobre la Historia de la Electrónica (CHE'2004)

Lo que Torres Quevedo inventa no es ni más ni menos que "El Mando a Distancia", ese objeto pequeño, que siempre está perdido entre los cojines del sofá y que proporciona, al que lo detenta en cada casa, carácter de reyezuelo que, a manera de cetro, lo exhibe como diciendo: no te olvides que aquí "mando" yo, mientras hace ostentación del "mando a distancia" de la televisión, por ejemplo. El mando a distancia es ahora lo que el "vallet de chambre" fue en el pasado. Ya no hay que pedir que te abran la ventana o enciendan la chimenea, suene la música o lo que sea. Ahora se elige de la mesa del salón el mando adecuado y apretando los botones apropiados, ponemos en marcha el televisor, el vídeo a grabar y el aire acondicionado a funcionar.

Leonardo desarrolló otros muchos inventos, algunos tan ingeniosos como un Sistema para guiarse en las ciudades, que patentó al menos en Gran Bretaña y en España

En los últimos años de su vida Torres Quevedo dirigió su atención al campo de la pedagogía, a investigar aquellos elementos o máquinas que podrían ayudar a los educadores en su tarea. Patentes sobre las máquinas de escribir (patentes n.º 80121, 82369, 86155 y 87428), paginación marginal de los manuales (patentes n.º 99176 y 99177) y las del puntero proyectable (patente n.º 116770) y el proyector didáctico (patente n.º 117853).

El puntero proyectable, también conocido como puntero láser se basa en la sombra producida por un cuerpo opaco que se mueve cerca de la placa proyectada, esta sombra es la que utilizaría como puntero. Para ello diseñó un sistema articulado que permitía desplazar, a voluntad del ponente, un punto o puntos al lado de la placa de proyección, lo que permitía señalar las zonas de interés en la transparencia. Torres Quevedo expresa así la necesidad de este invento: «Bien conocidas son las dificultades con las que tropieza un profesor para ilustrar su discurso, valiéndose de proyecciones luminosas. Necesita colocarse frente a la pantalla cuidando de no ocultar la figura proyectada para llamar la atendión de sus alumnos sobre los detalles que más les interesan y enseñárselos con un puntero».

También construyó un proyector didáctico que mejoraba la forma en la que las diapositivas se colocaban sobre las placas de vidrio para proyectarlas.
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Re: Genios, cientificos, e inventores de la historia de Espa

Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:25

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Jerónimo de Ayanz fue Caballero de la Orden de Calatrava, militar «de fuerza descomunal», Comendador, Regidor, Gobernador y «Administrador General de las minas del Reino Español». Este cargo le daba la responsabilidad de explotación de las 550 minas registradas por entonces en territorio ibérico además de las existentes en la América hispana.

Ni inglesa, ni francesa ni alemana: la primera patente de una máquina de vapor moderna, aquel invento que desencadenaría la revolución industrial, fue española. La registró en 1606, con otro medio centenar de inventos, el militar y político navarro Jerónimo de Ayanz y Beaumont, Administrador General de las Minas del Reino. No sólo la patentó, sino que además la aplicó. Era la época de Galileo, un tiempo vibrante para la ciencia. Cuando el inglés Savery patente su máquina de vapor, en 1698, lo hará sobre las ideas de don Jerónimo.

Don Jerónimo de Ayanz y Beaumont fue uno de los mayores talentos de la historia de España. En muchos de sus planteamientos se adelantó dos siglos al nivel tecnológico de su tiempo. Algunos de sus inventos se hicieron de uso común; otros tendrían que esperar siglos para ser llevados a la práctica, porque no se contaba con los materiales adecuados ni se conocía bien el principio científico que los animaba. En todo caso, su obra habría sido imposible si la España de los siglos de oro no hubiera poseído un nivel científico muy superior al que la historia convencional nos cuenta. Y a don Jerónimo hay que recordarle como lo que fue: un verdadero genio.

El inglés Somerset, sobre los trabajos de Ayanz, diseñó una máquina que a su vez le será copiada por el también inglés Savery y que se aplicó igualmente a la minas. El francés Papin, el alemán Leibniz, el inglés Newcomen… esos son los nombres del camino que lleva a la máquina de vapor atmosférica en 1712, antes de la máquina de Watt con condensador incorporado. Así empezaría la revolución industrial.Don Jerónimo inventó otras muchas cosas: una bomba para desaguar barcos, un precedente del submarino, un traje de buceo (ese que veíamos al principio de nuestra historia), una brújula que establecía la declinación magnética, un horno para destilar agua marina a bordo de los barcos, balanzas “que pesaban la pierna de una mosca”, piedras de forma cónica para moler, molinos de rodillos metálicos (se generalizarían en el siglo XIX), bombas para el riego, la estructura de arco para las presas de los embalses, un mecanismo de transformación del movimiento que permite medir el denominado “par motor” es decir, la eficiencia técnica, algo que sólo siglo y pico después iba a volver a abordarse… Hasta 48 inventos le reconocía en 1606 el “privilegio” firmado por Felipe III. Decía así:

“Y nos, superintendentes, que atento al trabajo, estudio y industria que habéis puesto en declarar y apurar los ingenios, trazas e invenciones, por la orden y forma contenida en la declaración y dibujos que aquí van insertos y declarados, tan útiles y necesarios a nuestro servicio y al bien público, fuésemos servido de daros y concederos nuevo privilegio para que vos y vuestros sucesores, y no otra persona sin licencia vuestra o suya, puedan usar de ella, o como la nuestra merced fuese. Lo cual, visto en el nuestro Consejo de la Cámara, habemos tenido por bien, y por la presente damos licencia y facultad a vos, el dicho don Jerónimo de Ayanz, para que por tiempo de los veinte años siguientes, siendo las dichas invenciones, ingenios y máquinas nuevos en nuestros reinos, podáis usar y uséis de ellas, so pena que cualquier otra persona o personas que sin tener vuestra licencia o de quien vuestro poder hubiere, durante el dicho tiempo hiciere o usare de los dichos ingenios o trazas de cualquiera de ellas, incurra por el mismo caso y hecho, cada vez que los hiciere, en cincuenta mil maravadís de pena y el arte perdido”.
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Un documento de Felipe III fechado el 1 de septiembre de 1606 otorga privilegios de invención (lo que hoy en día llamaríamos patentes) a Jerónimo de Ayanz por nada menos que 48 inventos. Cabe señalar que, al contrario de otras invenciones, como algunas de Leonardo de Vinci, que quedaron en el papel, Ayanz llegó a hacer prototipos de todas estas y probarlas con éxito, ya que era un requisito para la concesión de patentes. Veamos algunas:

--Creó un traje de buceo que permitió, el 2 de agosto de 1602, que un hombre permaneciera durante una hora tres metros bajo las aguas del Pisuerga en presencia del Rey y de la Corte, hasta que monarca se cansó y lo mandó salir. El aire se suministraba desde el exterior por medio de tuberías flexibles. Los buzos también podían ser autónomos, para lo cual iban provistos de vejigas de aire y fuelles que accionaban con los brazos.

--La «barca submarina», verdadero sumergible, que construyó con madera calafateada que impermeabilizó recubriéndola de un lienzo pintado de aceite. Y avanzaba por medio de remos. Herméticamente cerrada, tenía un sistema de renovación de aire perfumado con agua de rosas, contrapesos para subir y bajar, ventanas de gruesos cristales y hasta unos guantes con los se podían recoger objetos desde el interior de la nave, de forma parecida a los que se utilizan en los laboratorios para manipular sustancias radiactivas dentro de un recipiente hermético.

--Para los barcos que iban a América, ideó un horno con destilador de barro que eliminaba malos sabores al destilar el agua marina para su consumo por los navegantes. Incluía una suspensión cardán (como se llamaría actualmente) para que no se moviera con el vaivén de la nave.

--Su cargo de administrador general de minas lo obligó a buscar la solución a numerosos problemas. Investigando en los archivos nacionales, descubrió minas que habían sido abandonadas por falta de recursos y estaban sin explotar. Ideó procedimientos para utilizar los minerales negrillos, los cuales permitieron la explotación de las minas de plata de Potosí, que se resistían a los métodos metalúrgicos entonces conocidos. También construyó molinillos, destiladores, hornos de fundición y hasta balanzas de precisión «que pesaban la pierna de una mosca». Un sifón con intercambiador le permitió desaguar minas inundadas. Lo más sorprendente, sin embargo, es el empleo del vapor para desaguar las minas o para producir lo que hoy conocemos como aire acondicionado.
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Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:27

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Andrés Manuel del Río Fernández nació el 10 de noviembre de 1764 en Madrid (España) y falleció el 23 de marzo de 1849 en la Ciudad de México. Científico y naturalista, fue el descubridor del elemento químico vanadio.

En 1801, al examinar muestras minerales procedentes de Zimapán en el actual Estado de Hidalgo en México, Andrés Manuel Del Río llegó a la conclusión de que había encontrado un nuevo elemento metálico. Preparó varios compuestos con él y al observar la diversidad de colores que presentaban, lo denominó "pancromio" (muchos colores, en griego). Poco después, al observar que los compuestos calentados cambiaban su color al rojo, denominó al nuevo elemento como eritronio (eritros, significa rojo en griego). Un año después entregó muestras que contenían el nuevo elemento a Alexander von Humboldt, quién los envió a Hippolyte Victor Collet-Descotils en París para su análisis. Collet-Descotils analizó las muestras e informó, equivocadamente, que contenía sólo cromo por lo que von Humboldt, a su vez, rechazó la pretensión de su amigo Don Andrés sobre un nuevo elemento.

En 1830 en Suecia, el profesor Nils Gabriel Sefström lo redescubrió y lo bautizó con su nombre definitivo: vanadio, en homenaje a Vanadis, la diosa escandinava de la belleza y el amor. En el mismo año, Friedrich Wöhler, el químico alemán que sintetizó la urea por primera vez, demostró, analizando muestras del mismo mineral estudiado por Don Andrés, que vanadio y eritronio eran el mismo elemento. Posteriormente, el geólogo estadounidense George William Featherstonhaugh propuso, sin éxito, que el nuevo elemento fuese llamado rionio en honor a su descubridor original. Don Andrés comentó irónico frente al despojo: “el uso, que es tirano de las lenguas, ha querido que se llame vanadio, por no sé que divinidad escandinava; más derecho tenía otra mexicana, que en sus tierras se halló hace treinta años”. Finalmente el químico inglés Henry Enfield Roscoe lo aisló en forma pura, por primera vez, en 1867. El último esfuerzo sin éxito por cambiar el nombre del elemento lo realizaron el físico mexicano Manuel Sandoval Vallarta y el historiador Arturo Arnaiz y Freg ante la Comisión Internacional de Nomenclatura Química, en 1948.
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Re: Genios, cientificos, e inventores de la historia de Espa

Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:28

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Jeronimo Muñoz. Dio clases de astronomía y hebraismo primero en Valencia entre 1563 y 1578 y fue nombrado catedrático en la Universidad de Salamanca.

Se formó en Italia. Obtuvo la cátedra de matemáticas de la Universidad de Salamanca en el año 1578.

Publicó, a petición del rey Felipe II, un sólo libro sobre el descubrimiento de la aparición de una supernova en 1572 (esta aparición fue observada también por Tycho Brahe). El libro se titula Libro del nuevo cometa y fue muy criticado porque mencionaba un aspecto no muy bien visto en aquella época: "La corruptibilidad del cielo" que incidía directamente en el postulado aristotélico de la incorruptibilidad de los cielos sobrenaturales y no tardó en entrar en disputas con los teólogos de la época.

Fue uno de los primeros astrónomos españoles en defender el sistema copernicano.

Recientemente se ha publicado una obra suya inédita, Introducción a la Astronomía y la geografía, pues dejó de publicar en vista de la reacción de teólogos y profesores a su libro sobre la supernova, y decidió vivir en la oscuridad sin publicar y limitarse a dar clases. De ahí que sus manuscritos circularan sólo entre sus discípulos de confianza y se encuentren hoy en Munich, Roma, Nápoles o Salamanca. Este que se ha recuperado se encontraba inédito.

También es el autor del primer mapa del reino de Valencia que publicó Hortelius, pues se han encontrado los cálculos y triangulaciones.

Pero de este gran profesor de cosmógrafos españoles ahora se sabe que también era eminente hebraísta, lo que hace sospechar que era converso o de familia de conversos.

Algunos de sus cálculos fueron aprovechados por Galileo a partir de copias y apuntes de sus alumnos.
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Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:28

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Francisco Lucas pionero en el alfabeto para ciegos

Los ciegos leen por el tacto, al deslizar sus dedos sobre un alfabeto especialmente ideado para ellos.
El primer registro conocido de un sistema similar es de comienzos del siglo XVI, cuando un español, Francisco Lucas, tuvo la idea de grabar letras sobre madera.
Este hombre del siglo XVI está considerado el mejor calígrafo español de todos los tiempos y padre de nuestra escritura actual. Lucas, parece ser, que diseño y contruyó una tabla de madera sobre la que marcaba las letras en relieve.
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Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:29

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Juan de Pablo Bonet (1573-1633). Pedagogo y logopeda español, nacido en El Castellar. Tuvo en sus manos la educación de un joven noble, sordomudo de nacimiento, hijo del condestable de Castilla, Juan Fernández de Velasco, a cuyo servicio estaba. A la vez que ascendía en su carrera política y llegara a presidir el "brazo de los caballeros" en las Cortes del Reino de Aragón, se dedicó a desentrañar los misterios del habla, los secretos de los sonidos, de las letras y de las estructuras gramaticales y fonéticas, para conseguir que los niños, y sobre todo los niños mudos, consiguiesen leer y hablar con facilidad.
Inventó, pues, toda una pedagogía de la lengua para hablantes, sordos y sordomudos.
Es el autor de la obra Reduction de las letras y Arte de enseñar á ablar los Mudos considerado como el primer tratado moderno de Fonética y Logopedia, en el que se proponía un método de enseñanza oral de los sordos mediante el uso de señas manuales en forma de alfabeto manual, para mejorar la comunicación de los sordos y mudos.
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Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:29

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Fray Pedro Ponce de León fue un pedagogo, logopeda y monje benedictino español nacido a principios del siglo XVI en Sahagún. Murió el 29 de agosto del año 1584. Fue responsable de la educación de varios niños sordos en el monasterio burgalés de San Salvador de Oña. Aunque se le conoce como el primer educador de sordos del mundo, se le anticipó varios años fray Vicente de Santo Domingo.
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Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:30

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Jorge Juan y Santacilia fue un científico y marino español.

Consciente de que la armada española comenzaba a estar anticuada, el marqués de la Ensenada le encargó viajar a Inglaterra para conocer las nuevas técnicas navales inglesas, y a su regreso se hizo cargo de la construcción naval española, renovando los astilleros. Su actividad tuvo tan buenos resultados que pocos años después los ingleses devolvieron la visita para estudiar sus mejoras.
Jorge Juan era uno de los dos españoles que habían participado en la expedición francesa de La Condamine, impulsada por la Académie Royale des Sciences de París en 1734 para obtener el valor de un grado terrestre y despejar, por fin, uno de los debates científicos más acalorados del momento: averiguar si la tierra era achatada como un melón o redonda como una sandía.

"Era un hombre excepcional, mitad Einstein y mitad James Bond, y el marqués de la Ensenada, su gran valedor, lo sabía", afirma el historiador Pablo de la Fuente, autor de un erudito estudio titulado El Triunfante: tecnología y ciencia en la España de la Ilustración. Jorge Juan fue enviado a la capital británica con un nombre falso en abril de 1749. En Londres se hizo pasar por librero y matemático, y sus embustes tuvieron tanto éxito, que incluso fue admitido en la prestigiosa Royal Society. Durante 18 meses se dedicó a espiar barcos y astilleros, y no tuvo reparos en sumergirse en las frías aguas del Támesis para conseguir información.

El espía de Fernando VI tuvo tanto éxito en su misión que no solo consiguió datos sobre el sistema de construcción británico, sino que logró llevarse a España a medio centenar de técnicos navales, en lo que ha sido una de las fugas de cerebros más sonadas de la historia. "Fue una de las operaciones más brillantes y exitosas de los servicios secretos españoles", sostiene De Pablo. "Una acción así es inconcebible hoy en día. Sería como si un militar ruso se infiltrara en las bases aéreas norteamericanas para espiar los transbordadores espaciales", añade Nieto.

¿Pero en qué consistían los avances británicos para que sus barcos fueran mejores? "Los elementos de fijación que utilizaban eran de madera, ya que los clavos metálicos, al oxidarse, dañaban el casco. También tenían otra forma de construir las cuadernas, las costillas de la nave, porque no dejaban espacios vacíos entre ellas, lo que reforzaba todo el barco", precisa el arqueólogo Marcel Pujol. "A pesar de que la forma constructiva era inglesa, el diseño de El Triunfante era propio de Jorge Juan, ya que cogió lo mejor de las escuelas francesa, británica y española para crear un modelo propio", añade este especialista.

Genio Naval
Jorge Juan triplicó la vida media de los navíos españoles, que apenas sobrepasaban la docena de años. Además, consiguió barcos con más capacidad de maniobra, gracias a sus conocimientos de hidrodinámica y a que los descargó de sobrepeso artillero. "Uno de los aspectos más sobresalientes que ha dado la ciencia del siglo XVIII ha sido la aplicación del cálculo infinitesimal en la arquitectura naval. Y en este terreno, Jorge Juan fue uno de los protagonistas más significativos", señala De la Fuente.
Tanto fue así, que británicos y franceses hicieron lo posible para copiar sus avances.
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Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:30

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Notapor Blackneis » 17 Oct 2011, 12:32

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El precursor y pionero de la Radio

11 antes que Marconi, el comandante Julio Cervera logró transmitir la voz sin cables de Alicante a Ibiza. La falta de los apoyos que le sobraron al italiano puede explicar su anonimato

Julio Cervera Baviera. Existe la constancia de que Cervera patentó su sistema de radiotelefonía en 1901 en España, Bélgica, Alemania y Gran Bretaña. Sin embargo, Marconi no trabajó en la radio hasta 1913, “las inglesas son significativas ya que se consiguieron sin oposición de Marconi y su entorno empresarial”. Tanto Marconi como otras personalidades científicas de la época entre las que destaca el inventor del audión, Lee de Forest “estaban a otra cosa”, centrados en un “sistema distinto”, concretamente en la radiotelegrafía sin hilos.

Eran esos fascinantes tiempos, románticos o no tanto, de Julio Verne, de Claude Monet, de Graham Bell... Eran los tiempos de Guillermo Marconi, el italiano que ha pasado a la Historia como el padre de la radio. Y eran los tiempos de Julio Cervera.

Desde 1894, Marconi, primero en Italia y después en Inglaterra, venía trabajando en la telegrafía sin hilos. Ya en 1896 había transmitido mensajes telegráficos a través del mar entre Penarth, en Gales, y Weston-super-Mare, en Inglaterra, a unos 10 kilómetros de distancia.

Julio Cervera Baviera era entonces un comandante del arma de Ingenieros del Ejército de Tierra español. El ferrocarril, el telégrafo, el teléfono estaban alumbrando la era de la comunicación, pero las noticias no viajaban tan rápido como ahora. Cervera aún tardó dos años en enterarse de los avances de Marconi y lograr permiso del Ministerio de la Guerra para desplazarse a Londres.

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Durante tres meses de 1898, Cervera estuvo trabajando en el laboratorio privado de Marconi. Fueron tres meses intensos en los que el comandante, de 45 años, llegó a conocer personalmente al genio italiano, por aquellos días un veinteañero bien relacionado con los círculos de poder de Londres.

Cervera, un castellonense brillante (Segorbe, 26 de enero de 1854), volvió con muchas ideas. En los años siguientes registró más de una veintena de patentes. Entre ellas, según afirma el profesor de la Universidad de Navarra Angel Faus, la del primer sistema de radio como la conocemos hoy de la Historia.

«Marconi inaugura la era de la comunicación inalámbrica y eso nadie lo discute; tampoco yo», mantiene Faus. «Él es el padre de la telegrafía sin hilos. Pero su imperio de empresas, y él mismo lo reconoce en algún escrito, no entra en la radio, esto es, en la transmisión de la voz humana [y no de meras señales telegráficas] hasta 1913. Para entonces Cervera ya hacía 11 años que había demostrado que funcionaba un sistema de transmisión de voz sin hilos».

A su regreso de Londres, el comandante de Ingenieros había seguido trabajando en la misma línea que Marconi, la transmisión sin cable de señales telegráficas. Una de sus primeras patentes, de hecho, fue un ingenio que permitió duplicar la velocidad de transmisión de mensajes. El sistema de telegrafía sin hilos de Marconi se basaba en el morse, por lo que, dependiendo de la habilidad del operario, se podían transmitir unas 20 o 22 palabras por minuto. Cervera lo aplicó a una máquina de escribir, con lo que consiguió transmitir 40 palabras por minuto, además de sentar el primer precedente de lo que hoy es un e-mail.

Más tarde estableció la segunda red telegráfica permanente sin hilos del mundo, después de la que Marconi había iniciado entre la Isla de Wight y Bournemouth. Fue entre Tarifa y Ceuta. Durante tres meses el Ejército estuvo usando a diario ese sistema. «Como militar, Cervera sentía una pasión enorme por Marruecos», explica Faus. Entre 1888 y 1890, Cervera, que también se distinguió tiempo después en la defensa de Guanami, en Puerto Rico, fue agregado militar en la embajada española en Tánger. «Es probable que llegara a la comunicación sin hilos pensando en Marruecos y en las dificultades para la comunicación entre Africa y la Península».

Pero el verdadero avance de las investigaciones de Cervera llegó en 1902. Fue entonces cuando sus pruebas con la telefonía sin hilos, en otras palabras, la transmisión de voz, la radio, dieron sus frutos. Durante 40 días de aquel año estuvo habiendo transmisiones telefónicas sin hilos entre la localidad alicantina de Jávea e Ibiza. Llegó a registrar la patente en cuatro países: España, Inglaterra, Alemania y Bélgica.

Otras patentes.

En 1899, una vez finalizada la guerra, y centrándose ya en su faceta de ingeniero, empezó a colaborar con Guillermo Marconi y su ayudante, George Kemp, resolviendo diferentes problemas de la telefonía sin hilos, obteniendo las primeras patentes antes de finalizar el año. Entre estas, una de las más destacadas es la del telemando de equipos y sistemas, antecesor del mando a distancia.
Última edición por Blackneis el 23 Mar 2016, 17:49, editado 1 vez en total
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