Severo Ochoa Bioquímico español, nacido en Luarca (Asturias) y fallecido en Madrid. El segundo español distinguido con un premio Nobel científico
En 1955 Ochoa publicó, con la bioquímica francorrusa Marianne Grunberg-Manago, el aislamiento de una enzima del colibacilo que cataliza la síntesis de ARN, el intermediario entre el ADN y las proteínas. Los descubridores llamaron «polinucleótido-fosforilasa» a la enzima, conocida luego como ARN-polimerasa. En 1956, el norteamericano A. Kornberg, otro discípulo de Ochoa, demostró que el ADN se sintetiza igualmente mediante su polimerasa. Ambos compartieron el premio Nobel en su edición de 1959 por sus respectivos hallazgos, que supusieron un avance enorme, pues ya se podía atacar el desciframiento del código genético, como se hizo muy rápidamente mediante análisis estadístico de frecuencias, al modo como se descifran otros códigos y lenguajes desconocidos. Vista la utilidad de la doble hélice, Watson y Crick compartirían el Nobel de Fisiología y Medicina en 1963.
Sus investigaciones condujeron a la síntesis del ácido ribonucleico, ARN, tras el descubrimiento de la enzima polinucieótido-fosforilasa. Este hallazgo le valió, junto a su discípulo Arthur Kornberg, el premio Nobel de Medicina de 1959. La aportación científica de Severo Ochoa se ha realizado esencialmente a tres niveles. En primer lugar mediante trabajos de enzimología metabólica con el descubrimiento de dos enzimas, la citrato-sintetasa y la piruvato-deshidrogenasa, que permitieron concluir el conocimiento efectivo del ciclo de Krebs, el cual podría denominarse con toda justicia ciclo de Krebs-Ochoa, y que representa un proceso biológico fundamental en el metabolismo de los seres vivos. En segundo lugar Severo Ochoa realiza una serie de trabajos que conducen finalmente a la síntesis del ácido ribonucleico, ARN, tras el descubrimiento de la enzima polinucieótido-fosforilasa. Este hallazgo le valió, junto a su discípulo Arthur Kornberg, el premio Nobel de Medicina de 1959. En tercer y último lugar la aportación científica de Severo Ochoa se materializa en una serie de trabajos en los que se desarrollan las ideas y los hallazgos anteriores y que se relacionan con el desciframiento del código genótico, la biosíntesis intracelular de las proteínas y los aspectos fundamentales de la biología de los virus.
Lo más importante y quizás la idea principal se puede resumir en: “Sus hallazgos fueron decisivos para descifrar el codigo genético, ya que fue la primera persona que sintetizó un ácido nucleico, en 1955.”