No hay duda de que el amor trasciende todo tipo de diferencias, incluso en especies distintas.
Esta incríble y tierna historia comenzó cuando el español, Ángel Labordeta, encontró a los gatitos -por casualidad- debajo de su gallina Fortunata cuando fue a recoger sus huevos.
Los gatitos habían sido abandonados por su verdadera madre y desde entonces, la gallina les dio calor y no se apartó de su lado.
Por ahora la convivencia es perfecta y sólo se separan a la hora de comer.
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