Me interesa el hilo.
Yo he tenido varias experiencias paranormales e inexplicables. Quisiera compartir una de esas experiencias que tuve; es a vuestro criterio juzgar si creen o no, pero nadie me quita lo bailado.
Poco tiempo después de fallecer mi abuelo de un paro cardiorrespiratorio en el pasillo del costado de su dormitorio, fui yo el que ocupó mientras tanto su habitación. Estaba en la habitación más alejada de todas, no tenía a nadie cerca. La habitación estaba casi vacía, pues repartimos los muebles y pertenencias de mi abuelo a mis otros tíos y amigos de la familia.
Era una noche calurosa de verano, bien entrada la madrugada. En medio de un silencio casi absoluto, escucho por un momento exactamente los pasos de mi abuelo, esos pies que se arrastran al caminar. El sonido era muy real para decir que son ecos o sugestión.
Estaba acostado de costado y de espalda a la puerta de la habitación. Empiezo a sentir que la temperatura de la habitación empieza a bajar bruscamente, produciéndome escalosfríos. La piel se me erizó a lo largo de la espalda; tenía las piernas y los pies tiezos. Y sentí la presencia de alguien en la habitación, pero sentí su presencia, la de mi abuelo. Es esa sensación que uno tiene cuando alguien se para detrás de uno, y sin mirarlo, sabe que está ahí.
Soy una persona creyente, pero creo a mi manera, por lo que empecé a hablarle y a entonar suras del Corán en árabe, algunos versos de la Torá en hebreo y mantras de iluminación en sánscrito. Para mí son instrumentos que generan energía positiva y transmutadora, y la verdad es que me calman mucho cuando estoy acongojado.
Cuando terminé de entonar, la habitación volvió a la temperatura normal, bien calurosa, que me obligó a elevar la potencia del ventilador. Me invadió una calma muy grande después de eso, y la verdad es que dormí tranquilo y no estuve asustado para nada, ni antes, ni durante, ni después.
Es una de mis experiencias, que no me atrevo a contar todo, no sea que me llamen "el paraguayo loquillo del foro".