Galicia y Asturias arde.
En Galicia es mucho peor.
Algo falla en la política forestal. La mente criminal del hombre, el abuso, egoísmo y las malas gestiones, hacen de nuestros bosques un lugar propicio para los pirómanos. Son gente enferma que necesitan adrenalina para sus fechorías.
Tienen que poner penas ejemplarizantes y aun así, no cesaran, me temo, tienen complices.