Fijaos la tortura a la que someten a estos nobles animales antes de comérselos:
Tendrás que hacer ayunar a los caracoles al menos una semana, para ello te recomendamos que los metas en una maya y los dejes en un lugar con ventilación, preferiblemente colgados.
Oh my God!...
Pero eso no es todo... el sadismo continúa:
Puedes darles harina para acelerar el proceso de eliminación de todos los residuos que los caracoles puedan tener en su organismo.
¡Harina!... por supuesto, sin preguntarle nada al pobre D. Caracol...
Cuando hayan pasado entre 7 y 10 días, sumerge los caracoles en un recipiente con agua fría, sal y un poco de vinagre y déjalos para que suelten toda la baba. Puedes poner sal en el borde para que no se escapen.
Y lo peor...
Para cocinar los caracoles, deberás meterlos en una olla o cacerola con agua fría -porque si está caliente, se esconderán todos en la concha- y cuando empiecen a sacar los cuernos, tendrás que subir el fuego para que hierva el agua.
¡Dios!... estoy casi llorando... ¡ASESINOS!...