camilo de madarnás escribió:Jovellanos escribió:Bueno, si vosotros consideráis a Sabina un ídolo al cual adorar, me parece bien.
Esa necesidad del pueblo llano de crearse ídolos, esa debilidad...
Pero que ídolo ni que niño muerto... yo a Sabina si le adoro es por sus debilidades, por sus contradicciones y, sobre todo... por lo mal que le cae a algunos...
Ya sabes que no comparto en absoluto tu concepción elitista de la vida... no puedes o quieres entender que Miguel Hernández es un Poeta tan grande como Lord Byron o, en cierto modo, incluso más...
¿Y el dolor, dónde está? Sabina parece que compone su música dando martillazos de voluntarismo, sin atender a las posibilidades reales, esas de donde emana el sufrimiento: cada martillazo es una especie de consuelo, una palmada en la espalda para que sigas adelante, un susurro fuerte que te runrunea: <<sigue adelante, hacia donde sea, porque no importa mucho lo que hayas hecho, ni a quien se lo hayas hecho, lo importante es no sufrir, ¡no sufras!, sigue andando, sigue..., el horizonte está repleto de infinitos caminos por los cuales aún no has transitado, sigue andando, sigue...>>. ¿Y los perdedores, aquellos para los cuales ya no hay caminos?, ¿y su música? ¿Por qué si Sabina canta a la vida vista desde un microscopio, es decir, en todos sus detalles, se calla su cara más cruel y despiadada? ¿No está siendo él un elitista, no canta realmente a los felices del mundo?