jessi_ven escribió:Pikotasso escribió:jessi_ven escribió:Menos mal que no te gusta, porque es medio deforme
Por estos lados las mujeres tienen mas cirugías y silicon que en otra parte del mundo, bien dicho cuando dicen que las venezolanas somos bellas, pero, de cada 5 mujeres al menos 2 son operadas
Hay que tener un gusto muy deformado y estrambótico para considerar bonito el culo de la Kardashian que, para más inri, ni siquiera es natural. Pero ya ves cómo está el patio: no solo vive de ese trasero operado y recauchutado, sino que se ha hecho millonaria y famosa en todo el mundo gracias al mismo. ¿Será que una buena parte de la peña está embrutecida y bastante mal de la azotea? No tengo dudas al respecto.
Es una lástima que tantas venezolanas recurran al bisturí, el botox y la silicona, ya que pienso que en ese país hay muchas bellezas naturales que no tienen necesidad alguna de esos manejos.
Kim Kardashian: A la riqueza por el culo
Lo que sucede acá en Venezuela es que al hombre venezolano le gustan los traseros y senos gigantes, es una manera de hacerte famosa, incluso si ves el instagram de alguna venezolana tetasculodependiente te darás cuenta que siempre muestran paravtener likes y mayor número de seguidores y si la mujer es de busto pequeño o delgada proporcionada igual terminan cag...la y se operan para verse y que mas bellas!
Ya, pues vaya un gusto descarriado el de tus paisanos
Una cosa es que una mujer tenga por naturaleza unos generosos atributos femeninos, lo que puede hacerla atractiva para muchos, y otra muy distinta que su meta sea obtener unos globos gigantescos delante y detrás a base de bisturí, recauchutados, silicona, hormonas y artificios de diversa índole.
No sé si resultan más patéticos los tipos que se sienten atraídos por semejantes esperpentos o las mujeres que se prestan a esa estúpida vorágine en detrimento de su salud. Hace falta ser imbécil. Que se lo pregunten por ejemplo a Lolo Ferrari en el Más Allá, una mujer que quiso hacer carrera a base de recauchutarse las tetas (una de tantas) hasta que pagó el juego con su propia vida. Tenía multitud de admiradores que por lo visto la encontraban muy sensual. ¡Dios, cómo está la peña!