Se trata de Emile Griffith, nacido en las Islas Vírgenes y nacionalizado norteamericano en 1965, y Benny Kid Paret, un cubano de carácter tímido y amigable que, no obstante y por avatares del destino, eligió el duro camino del deporte de los guantes. Dos boxeadores duros y resistentes, acostumbrados a encajar golpes dentro y fuera del ring. En el primer combate entre ambos, que tuvo lugar en abril de 1961, Griffith venció por KO al cubano en el 12º asalto, celebrándose la revancha en septiembre del mismo año, que concluyó con una victoria a los puntos de Benny Paret, una decisión de los jueces muy criticada por muchos aficionados y que el propio Griffith nunca llegó a aceptar.
En este tercer combate pues los dos púgiles querían poner toda la carne en el asador para que quedara claro de una vez por todas quién era mejor y merecedor de la gloria. El pique existente entre ambos, por lo llamativo, no pasaba desapercibido a nadie. En la ceremonia del pesaje previa al combate intercambiaron sus miradas, de las que salían chispas, momento en el que Benny Paret cometió el mayor error de su vida y que a la postre le llevaría a la muerte.
Para provocar a su rival y como muestra de su desprecio hacia él, le llamó delante de todos los presentes 'FAGGOT', o sea, 'MARICÓN'. La mirada y el semblante de Emile Griffith se transformaron por completo, sus ojos no echaban chispas ahora, sino que aparecían inyectados en sangre. ¡Llamar 'MARICÓN' al boxeador oponente en los EE UU de los primeros años 60 y delante de centenares de testigos en la ceremonia del pesaje era una afrenta insoportable para el agraviado, una humillación que tenía que ser vengada a toda costa! Y no se trataba simplemente de vencer al provocador en el ring, no. Eso habría sido demasiado 'light'. ¡Griffith tenía que matarlo! La palabra 'MARICÓN' sería la última que Benny Paret pronunciara en su vida.
El combate fue especialmente duro y Griffith mantuvo el control sobre el mismo la mayor parte del tiempo, si bien llegó a besar la lona en una ocasión durante el sexto asalto, un golpe del que se recuperó no sin gran esfuerzo. Poco a poco, Paret empezó a mostrarse muy cansado y lastimado, llegando así al 12º asalto en el que, después de un traspiés que le hizo enredarse entre las cuerdas, Griffith se abalanzó sobre él como un león hambriento, golpeándole salvajemente en una serie interminable de ganchos, parece que 25 en total, lanzados con furia asesina y en los que se adivinaba la intención de matar. El árbitro, sorprendentemente pasivo, no se atrevió a parar la carnicería hasta que Paret, ya inconsciente, se derrumbó pesadamente sobre las cuerdas. Fue trasladado al hospital, pero nunca más saldría del coma, falleciendo pocos días después, el 3 de abril de 1962. Tenía 25 años. La venganza había sido consumada, Benny Paret había pagado su imprudencia con la propia vida. Años después y en privado, Emile Griffith confesó que, efectivamente, su intención aquel día había sido la de matarlo.
El asalto decisivo:
Video desde : www.youtube.com
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Joven no es la persona que ha vivido pocos años, sino aquella a la que le quedan muchos por vivir. Por tanto, como nadie sabe el tiempo de vida que le queda, tampoco puede saber si es joven