Numeral escribió:Doña Berenguela escribió:Numeral escribió:pelayo escribió:¿Cómo funcionarian los motores sin combustible?
Con electricidad. También hay alternativas más ecológicas y fáciles de implantar para las ciudades como el gas GLP.
http://www.coches.net/noticias/ventajas ... icuado_glp
Sí...
...o a pedos...
;-))
.
Creo que con el tiempo pasará como con el fumar, que al principio nos echamos las manos en la cabeza y ahora vemos lo vemos lo más normal y saludable entrar en una cafetería y que el aire no esté apestado a tabaco. Llegará el momento en que en las grandes ciudades no se permita circular con vehículos de combustión de gasolina o diésel. Ya se deberían estar apoyando el uso de gas o electricidad para taxis y repartidores...
Todavía recuerdo a los fumatas hace unos años negando rotundamente la posibilidad de que las personas normales pudiéramos algún día tomar un café en un bar o pasar una noche en una sala de fiestas sin salir apestando a alquitrán desde el pelo hasta los gayumbos. Según ellos, el humo del tabaco tenía que formar parte sine qua non del ambiente en cualquier local de ocio o restaurante, la alternativa de poder comer, beber, bailar o simplemente charlar en un entorno con aire limpio simplemente no la contemplaban, no entraba en sus cabezones.
Tiempo después, cuando el gobierno Zapatero hablaba ya abiertamente de imponer una ley general antitabaco ante el choteo que significaron las anteriores y tímidas medidas restrictivas con 'lugares separados' en bares y restaurantes y que nadie cumplía, auguraban las peores consecuencias para el sector del ocio y la restauración, ya que, según ellos, de implantarse dicha ley, en menos de un año habrían quebrado prácticamente todos los locales ante la ausencia del público fumata, que en su docta opinión era el que mantenía el negocio. Pues bien, han pasado 4 años y el tiempo ha puesto a cada cual en su sitio.... a los fumatas en las puertas de los bares tiritando de frío en invierno y haciéndoles como posesos felaciones a los pitillos mientras dejan todo perdido de colillas y cenizas, nada raro teniendo en cuenta que siempre fueron unos guarros. Y nosotros, los no adictos, tomando ¡por fin! nuestro café o cerveza sin tener que aguantar semejante peste.