Me gusta cuando te alejas porque no debo soportarte
Y aunque te oigo desde lejos tu agría voz no me toca.
Cuando, engreída, me faltas al respeto
Parece que los ojos se te salgan de las órbitas
y parece que solo la verdad podría cerrarte la boca.
Pero insultas y mientes para sentirte bien, por necesidad.
Como todas las cosas están llenas de lacras
emerges de las cosas, llena de porquería
Polilla de pesadilla, pareces a menudo
y te pareces a la palabra estulticia. Su miedo guarda tu viña.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, inversa mariposa convertida en capullo.
Y te oigo desde lejos, y tu voz no me alcanza:
Déjame que me calle, pendón desorejado, con el silencio tuyo.
O déjame que te hable también con tu sucio discurso
Oscuro como un pozo de aguas fecales, simple como una puta mierda.
Eres como la noche, fúnebre y tétrica. Ignorante e ignorada.
Y aún así tu silencio ensucia, tan lejano y repugnante.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, lo rompería todo, pero
Estoy alegre, alegre de que no aciertes a pronunciarla.
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