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Solvia escribió:Alicante si se sabe buscar tiene bonitos rinconcitos, no la conozco pero ha de tener buenos sitios para irse a vivir... llegado el caso.
Rienzi escribió:Solvia escribió:Alicante si se sabe buscar tiene bonitos rinconcitos, no la conozco pero ha de tener buenos sitios para irse a vivir... llegado el caso.
Sí tiene rincones muy bonitos, pero son aquellos rodeados por edificios antiguos, el resto de la ciudad está repleta de edificios horribles, todos nuevos. Alicante es un caso paradigmático de la destrucción del patrimonio arquitectónico español. Un auténtico drama.
Y es una pena, porque si algo sabíamos hacer los españoles, era construir ciudades bonitas. El franquismo y sus herederos, el progresismo, eliminó esa cualidad propia de la idiosincrasia española, esto es, la de tener una sensibilidad especial para el arte y para el buen gusto.
Antes:
Atentado contra el patrimonio del progresismo. Ahora:
Solvia escribió:
En ese aspecto peor esta benidor que alicante, benidor si que es una aberracion a la arquitectura... pero a su vez se ve muy futurista, sobre el gusto no ahi nada escrito...
Zeta escribió:'
Solo faltaba la basura de la "bandera" LGTBI, que no es la arcoiris aunque se le parezca...
Rienzi escribió:Si me pones una foto deteriorada, en donde apenas se puede observar nada, pues aun así, la antigua Alcobendas es mucho más bonita que la nueva. De hecho, la nueva son solo bloques de edificios feos y nada más.
Creo que ya he puesto suficientes imágenes para demostrar que tengo razón. España es un país acabado y culturalmente desestructurado. Todos los males nacidos durante el franquismo, se han perpetuado a lo largo de la era del progresismo. Lo único que merece la pena en el país es su naturaleza y los restos que quedan de lo que construyeron los antiguos españoles.
Las ciudades españolas son muy parecidas a las ciudades construidas en el Este de Europa en tiempos de la URSS. Son construcciones erigidas por un pueblo que ya no se reconoce a sí mismo, que ha perdido su idiosincrasia y que se mueve bajo la ideología del progresismo, esto es, del nihilismo. Si no crees en nada, y los españoles ya no creen en nada, no puedes creer en el poder del arte como manifestación de la vitalidad de la cultura de un pueblo, en la necesidad de que nuestras construcciones expresen la concepción artística que siempre han tenido los españoles.
Con el franquismo, murió un pueblo y nació otra cosa distinta, una cosa amorfa que ya no se reconoce en sus antepasados. España es en el más amplio sentido de la palabra una nación fracasada y esto se puede comprobar a la perfección en la evolución arquitectónica de sus ciudades.
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